lunes, 27 de mayo de 2013

El campo habla . . .

 … que, pese a que el frío y el mal tiempo no perdonan, igual resultó intensa la actividad en el sector agropecuario que ya está finalizando la cosecha 2012/13, aunque con un volumen menor al que esperaba el Gobierno. A la asamblea de Junín, la última de la serie organizada por la Mesa de Enlace [...]
 … que, pese a que el frío y el mal tiempo no perdonan, igual resultó intensa la actividad en el sector agropecuario que ya está finalizando la cosecha 2012/13, aunque con un volumen menor al que esperaba el Gobierno. A la asamblea de Junín, la última de la serie organizada por la Mesa de Enlace que conforman las cuatro entidades nacionales del campo, se sumaron varios almuerzos privados, una charla sobre las posibilidades del maíz, realizada en el Hotel Sofitel de la calle Arroyo por Monsanto (parece que el cereal sigue ampliando su margen positivo respecto de la soja), el encuentro de la organización Fertilizar en Rosario que, entre otras cosas, evaluó la caída de consumo del 15% que se registró en el último ciclo (y donde también se pudo observar in situ el efecto del paro de un grupo díscolo del SOMU -gremio de marítimos- que hasta ayer tuvo inmovilizado un centenar de barcos granarios de ultramar). Además, se realizó la iniciación del ciclo 2013 de remates ganaderos de algunas cabañas emblemáticas, en los que se analizó la nueva realidad ganadera, con precios nominales estancados (en pesos), todo lo cual dio lugar a muchos comentarios de diverso tenor.
… que la previsible flexibilización de los controles oficiales de precios a los alimentos fue uno de los temas más abordados por los productores, preocupados como están por el achicamiento en los márgenes de sus actividades a partir de costos crecientes. La parte más evidente de la situación se manifiesta en la falta de operaciones para el nuevo ciclo que ya se inicia. “La campaña viene planchada. Ni siquiera se terminan de definir los contratos de arrendamiento y ya hay que comenzar con la fina”, reconocía un proveedor de insumos alarmado por la demora en arrancar los negocios. Para colmo, varios se quedaron con stock remanente de productos que, de no colocarse, generarán un costo extra de almacenamiento. Eso habría determinado distintas campañas de “promoción”, desde la “financiación cero” hasta los planes canje más variados. El caso es que la incertidumbre es la que parece dominar la escena y no sólo en el plano local. Por caso, las demoras en las campañas agrícolas de China, por exceso de frío y humedad; y en la de Estados Unidos por sequía, tuvieron a maltraer a las cotizaciones de Chicago. Si el clima se acomoda, los precios a futuro van a caer, pero, de no ser así, podrían verse nuevos récords ya que los stocks mundiales de granos son muy bajos y, sólo en Estados Unidos, la propia demanda interna de maíz supera los pronósticos de su producción. El caso de China es más ajustado aún. Seguramente es lo que el titular de Agricultura, Norberto Yauhar, va a palpar dentro de 10 días en Pekín, cuando se celebre el estratégico foro de ministros latinoamericanos, en el que Brasil y la Argentina serán el epicentro y al que se le asigna gran importancia en Paseo Colón, y no sólo por la “cooperación” y el “intercambio” que constituyen el eje (declarado) de semejante cumbre. Entre otras cosas, allí se debería lograr algún avance en la aprobación de las nuevas sojas, por parte de China, para evitar que tambaleen las ventas de la oleaginosa al gigante asiático. Se dice que, de todos modos, se tendrá que aceptar ya que los países productores sin excepción ya incorporaron los nuevos materiales genéticos, por lo que los chinos no tendrían de dónde abastecerse.
… que, mientras algunos comentaban sobre la llamativa cosecha récord de soja en Paraguay, de alrededor de 10 millones de toneladas (sobre todo, considerando la gran diferencia de precios respecto de la Argentina, donde la tonelada de la oleaginosa cuesta un tercio), otros analizaban la mejor performance económica del maíz que, en campo propio en zona núcleo, puede dejar un margen bruto de alrededor de u$s 700 por hectárea, muy superior al de la soja, además del beneficio que trae aparejada la rotación de cultivos, ya que además de cortar ciclos de insectos y malezas, el cereal permite obtener luego mejores rendimientos de la oleaginosa. A pesar de esto, el área maicera sigue estancada en alrededor de 3,5-4 millones de hectáreas, contra cerca de 20 millones de la soja, situación que muchos atribuyen al mayor riesgo comercial que enfrenta el cereal por las cambiantes medidas que adopta el Gobierno. Algo de esto se reflejó también en la última asamblea de la Mesa de Enlace en Junín, tras la cual se iniciará una serie de actos de “esclarecimiento” y, de no mediar cambios positivos (como podría ser algún tipo de respuesta del Gobierno), podrían dispararse medidas más contundentes. El Gobierno, de todos modos, evalúa que esta posibilidad está lejos aún y que, en parte, son las propias diferencias en el seno de la Mesa de Enlace, especialmente por los “protagonismos” de algunos de los miembros, las que les impiden avances más concretos. Algo de esto se vio en la reunión de esta semana, que contó con una participación sensiblemente mayor que las anteriores y donde otra vez los carteles de la Federación Agraria pidiendo, por ejemplo, una nueva ley de arrendamiento, tema que se sabe tiene diferencias conceptuales marcadas entre los miembros de la Mesa, parece dar la razón a los funcionarios, por ahora.

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