jueves, 2 de mayo de 2013


Bronca e incertidumbre en el campo por la dolarización “blue” de los costos

Muchos de los insumos que necesitan los productores para poder encarar la campaña fina vienen aumentando al ritmo del dólar paralelo haciendo inviable la producción agropecuaria. El presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, reclamó “un mismo dólar para comprar que para vender”. Los efectos de la enorme dispersión de precios del gasoil.
En el sector agropecuario comenzó a ocurrir finalmente -a nivel generalizado- lo que muchos operadores sospechaban cuando se acrecentó de manera notable la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo (que actualmente es del 80%).
Sucede que de cara a la campaña fina muchos productores se volcaron al mercado en los últimos días para averiguar los costos productivos que deberían asumir para encarar la siembra de trigo, cebada y colza, entre otros de los principales cultivos de invierno.
Fue allí cuando muchos productores se encontraron con la sorpresa de que los precios de los insumos que necesitan para sembrar no aumentaron al ritmo de la inflación real anual (en torno al 25%), sino que lo hicieron en línea con la suba del dólar “blue”.
Según cuentan a La Política Online varios productores y dirigentes del sector, los precios de las semillas, los distintos tipos de fertilizantes, los fletes y hasta el gasoil registran un aumento promedio de alrededor de un 60% respecto al año pasado.
En diálogo con este medio, el presidente de la Sociedad Rural (SRA), Luis Miguel Etchevehere, señaló que “todas las actividades económicas deberían tener un mismo dólar para comprar que para vender por una cuestión de certidumbre y supervivencia”.
“Con el dólar oficial a $ 5,10, sumado a las retenciones del 35% a la soja, los productores están vendiendo como si tuvieran un dólar a $ 3,20, mientras que los insumos y los servicios siguen creciendo al ritmo del mercado paralelo”, apuntó.
En este contexto, Etchevehere aprovechó para revivir un viejo reclamo del campo: “Hay que eliminar las retenciones (a las exportaciones) para devolver la competitividad que perdió la producción; de esta forma no hay economía que aguante”, dijo el dirigente.
En tanto, este lunes un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) dejó en claro, aunque desde el aspecto productivo, las consecuencias que está generando en la producción agropecuaria el aumento de costos.
“En lo que respecta a la intención de siembra de trigo, la gran mayoría de los colaboradores visitados coincidieron en que la pre-campaña comercial aún se mantiene fría”, alertó el documento de la entidad porteña.
Por su parte, en el sector lácteo también hay incertidumbre por el aumento en los costos. “Hay preocupación por los elevados costos en una coyuntura de precios internacionales en baja”, reconoce un informe de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE).
Así las cosas, uno de los principales insumos en época de siembra y cosecha para los productores agropecuarios es el gasoil. La cuestión es que, en algunas zonas productivas, existe una elevada dispersión de precios del combustible.
Según un artículo publicado en valorsoja.com, en la zona cordobesa de Marcos Juárez, por ejemplo, en febrero pasado el gasoil agropecuario se comercializó en un rango de 6,38 a 8,41 $/litro. En Tandil –otro ejemplo– el rango fue de 6,32 a 7,08 $/litro.
El tema es que en las últimas semanas –y a pesar del congelamiento de precios dispuesto por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno- el gasoil y la nafta en el interior del país aumentaron hasta un 15%.

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