sábado, 30 de abril de 2011

Las palomas, contra el cultivo de girasol



Hubo fuertes daños en Entre Ríos, entre otras provincias


Como ocurrió la campaña pasada, los ataques de palomas volvieron a golpear con dureza al cultivo de girasol en varias zonas, sobre todo en el litoral.
Guillermo Alonso, técnico de Nidera Semillas, expresó: "La paloma sigue siendo la principal plaga para el cultivo, con daños que en muchos casos superaron el 30 por ciento". Según Alonso, las zonas más damnificadas continúan siendo Entre Ríos, con riesgo de la pérdida total de la superficie del cultivo, el norte de Santa Fe, el sudoeste del Chaco, el este de Santiago del Estero y el norte de las provincias de La Pampa y San Luis.
Frente a estos ataques, las estrategias fueron variadas. "Muchos productores han cosechado con mayor humedad (de 15 a 16%), evitando el mayor daño que realiza la torcaza cuando el grano ya está seco y la planta entregada. Otros optaron por pasar desecantes para realizar una cosecha anticipada; son formas de disminuir las pérdidas y contrarrestar los problemas", explicó Alonso.
En este sentido, el técnico Enrique Fernández precisó que en Entre Ríos hubo daños por palomas y loros de hasta un 20%. "También los daños son importantes en sorgo", comentó.
Hoy el tema de los ataques de las palomas no es menor, ya que en no pocas zonas agrícolas está llevando a los productores a reconsiderar sus estrategias de siembra de este cultivo. Al margen de los ataques de palomas en esas zonas, para Alonso "el año fue muy girasolero", porque no hubo graves problemas sanitarios en ningún ambiente, los nacimientos del cultivo fueron muy parejos, se logró sembrar en fecha y hasta la cosecha tuvo lugar con buenas condiciones.
Por si fuera poco, se observó un nuevo avance de la tecnología Clearfield, que combina la mejor genética con un herbicida resistente a imidazolinonas. "En muchos ambientes ya supera el 50% del área", dijo Alonso.
Menos rindes
De acuerdo con el consultor Gustavo Duarte, en el noroeste bonaerense hubo otros factores que redujeron el rinde del cultivo. "En girasol hubo distracciones en los controles al final del ciclo y esto afectó al llenado de los aquenios y generó una caída en los porcentajes de materia grasa", indicó.
El especialista agregó que esa pérdida estuvo entre 300 y 400 kilos por hectárea. Para el técnico, además, los lotes que se enmalezaron perdieron agua por el consumo que hicieron de este recurso las malezas no controladas.
Para tener en cuenta, de acuerdo con el consultor, en el cultivo de girasol las malezas llegaron a provocar mermas en el rendimiento de 200 kilos por hectárea.

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