La importación de tomates en conserva tuvo una suba del 1077% en mayo pasado versus igual mes de 2016.
El llamativo incremento surge de datos del Ministerio de la Producción de Santa Fe, que realiza un relevamiento de diversos productos agroindustriales. En rigor, en mayo último se importaron 7254,1 toneladas de tomates en conserva, contra 615,8 toneladas de mayo del año pasado. Los tomates en conserva llegaron en un 80% de Italia y en un 20% de Turquía.
Según informó una fuente a LA NACIÓN, fueron doce las empresas importadoras. En la lista están Marolio, Arisco, Maycar (Vital), Bavosi, Jumbo, Coto, Alyser, La Anónima, INC, Dos Santos Pereira y Cía., Digimpex y Lucio Di Santo SA.
Este año, en cambio, la producción tuvo rindes récords y se alcanzaron 488.000 toneladas, con lo cual se estima que se importará para industrialización menos que en 2016. Se habla que ese volumen necesario rondaría las 25.000 toneladas, según fuentes vinculadas con la actividad.
Más allá de estos números sobre la importación de pasta de tomate, lo llamativo es el salto de las compras al exterior de tomate conservado. Según fuentes que pidieron no ser identificadas, mayores costos internos de elaboración y “oportunidades de precios” en otros mercados volcaron la balanza en favor de la importación.
“No somos competitivos; hoy los costos de elaboración son superiores a cualquier otro país”, graficó una fuente consultada.
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