sábado, 22 de diciembre de 2012

¨La siembra directa permite un 20% más de infiltración del agua en la tierra¨


 El gerente de AAPRESID desmiente las afirmaciones de un ex presidente del INTI, quien culpó a la siembra directa de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires.

Mucha agua ha corrido debajo del puente…literalmente. Las inundaciones en la provincia de Buenos Aires todavía dan que hablar. Por ejemplo, el ex presidente del INTI, Enrique Martínez, había asegurado que la siembra directa no permite el normal escurrimiento de agua por los suelos, y debido a ello es que se generan estos excesos hídricos.  Ante esto, el gerente de AAPRESID Santiago Casas le respondió, y dijo que la situación es exactamente inversa: la siembra directa, asegura, permite filtrar un 20% más que con otros sistemas.
“Seguramente (Martínez) debe tener algún error o el conocimiento no lo tiene muy presente. Se han hecho estudios científicos por parte del INTA donde dejan claramente expresado que la siembra directa es una forma de aumentar la eficiencia del uso del agua. Le permite una infiltración a los suelos sin cobertura. Es erróneo decir que el agua escurre arriba de los rastrojos y tiende a depositarse en la zona más baja y provocar inundaciones. Lo que pasa es que el rastrojo es como una esponja que permite infiltración más lentamente en el suelo”, afirmó.
“Se han visto una incorporación de agua superior al 20% en comparación con otros sistemas. Nos basamos en datos científicos medidos por organismos oficiales. La realidad es que la siembra directa es el único sistema sustentable de producción. AAPRESID busca una  producción sostenible. Periódicamente se miden parámetros de la evolución del suelo. Es La única forma de sembrar de manera sostenible, pensando en el recurso finito del suelo y en el crecimiento de la población. Si no trabajamos de forma sostenible, vamos a tener complicaciones alimentarias”, añadió.
Casas destacó: “La siembra directa evita la erosión hídrica y eólica. Permite mucho menor consumo de combustible fósil, produciendo menor posibilidad de inundación. Lluvias tan copiosas como las que están ocurriendo, con el perfil ya saturado de agua, hacen que no pueda infiltrar más y escurra a zonas más bajas”.
Reiteró que “En condiciones normales, se han medido diferencias de más del 20% en infiltración. Hay varios mitos. Uno cree que, al haber rastrojo en superficie, impide que el agua entre. Es todo lo contrario. Obviamente que cuando el suelo ya está saturado es imposible que entre más agua”.

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