viernes, 28 de diciembre de 2012


Sursem lanza la primera variedad de cebada forrajera en la Argentina

“Esta es una importante noticia para la Argentina y para los productores”, aseguró Roberto Enriquez, gerente de Arpov.
El director General de Sursem, Ricardo Reddy, destacó que gracias al Sistema de Regalía Extendida de Arpov (Asociacion Argentina de Proteccion a las Obtenciones Vegetales), Sursem encontró el marco de reconocimiento adecuado para lanzar la primera variedad de cebada forrajera desarrollada especialmente para la Argentina por el Instituto Nacional de Investigación Agrícola, INIA, de Uruguay, bajo el nombre Cebada Dorada 232.
“Esta es una importante noticia para la Argentina y para los productores”, aseguró Roberto Enriquez, gerente de ARPOV, ya que “permitirá que el productor tenga cada vez una mayor oportunidad de opciones que se adapten a su sistema productivo”. Destacó también que “tanto los productores como las empresas confían cada vez más en ARPOV” y explicó que si bien esta es la primera variedad de Cebada que entra al sistema de Regalías Extendidas, con ella ya suman 5 los cultivos dentro del sistema junto a la soja, el trigo, el algodón y el arroz. “Año tras año se reconoce el valor que nuestras empresas socias están desarrollando. Empezamos en 1990 con 5 criaderos y hoy hay 18 criaderos trabajando con nosotros; en el 2007 había 150 variedades dentro del sistema, hoy hay 312″, señaló.
Enriquez destacó este apoyo al sistema de Regalías Extendidas ya que “el reconocimiento a la propiedad intelectual asegura una continuidad en el desarrollo sostenido de nuevas variedades vegetales autógamas como el trigo, el algodón, el arroz, la soja, y ahora la cebada, contribuyendo así a generar mayores ingresos para el productor y a la sociedad”.
En este sentido, Juan Díaz Lago, Director del Programa de mejoramiento de Cebada del INIA, explicó que desarrollar una nueva variedad toma unos 10 años y exige una inversión promedio de 1 millón de dólares por variedad; “por esto es absolutamente imprescindible contar con un sistema que garantice el reconocimiento de la Propiedad Intelectual como el del Sistema de Regalía Extendida de ARPOV”.
Señaló que el INIA desarrolló esta variedad en el 2004 y desde entonces, cuentan con 8 años de testeos a través de 54 ensayos, que confirman la estabilidad del producto logrado, una cebada de muy alto rendimiento, de ciclo intermedio-largo y que seguramente rinda entre un 5 y 10% que los rindes actuales. El INIA tiene la propiedad genética de esta variedad, y se encuentra asociada para su comercialización con SURSEM en partes iguales.
“Este lanzamiento cobra una dimensión estratégica si se tiene en cuenta el crecimiento de la cebada en la Argentina”, destacó Reddy, quien señaló que en los últimos 5 años se quintuplicó la superficie sembrada con cebada y que la producción aumentó 10 veces. En la última campaña se sembraron 1,4 millones de hectáreas y se produjeron 4,5 millones de toneladas, que equivalen casi a la mitad de la producción actual de trigo.
El aumento en la demanda de cebada obedece para Reddy a la firmeza en la demanda internacional de la misma. Hoy, la cebada es el tercer cultivo en demanda de forrajeras por detrás del maíz y el trigo, y tiene además una excelente calidad nutricional, que la convierten en una muy buena alternativa para la producción de carne y poder así abastecer la creciente demanda de proteínas a nivel mundial.
Para los presentes un dato importante a tener en cuenta es que el 90% del mercado local de semilla de cebada se siembra con 5 variedades, todas ellas seleccionadas por sus condiciones cerveceras, y un 70% corresponde a una sola variedad. Esto genera un alto riesgo para el cultivo, sobre todo en respuesta a enfermedades. “Hasta ahora, la lógica de la genética estuvo liderada por la capacidad cervecera. Es la primera vez que se introduce una variedad específicamente seleccionada por su capacidad forrajera”, destacó Reddy.
Finalmente, Enriquez explicó que ARPOV será el contralor de que se cumplan los estándares del convenio y de ordenar el creciente mercado para cebada forrajera y reiteró que ARPOV trabajará para “lograr un mercado de semilla de cebada transparente y de calidad, donde se respeten los derechos de propiedad de los cultivares inscriptos y para poder asegurar así al productor las mejores posibilidades, con semillas de alta calidad, que se adapten a sus necesidades cada vez más específicas”.

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