sábado, 8 de diciembre de 2012

Sectores se unen para combatir la PSA en Chile


Se prevé que 3.000 hectáreas podrían encontrarse amenazadas por la bacteria
El Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG), en conjunto con la Asociación de Exportadores de frutas de Chile ASOEX, Fedefruta y el Comité del kiwi, dieron a conocer una situación que podría afectar negativamente al sector, de no prevenirse y controlarse con tiempo.
Las autoridades informaron de la detección de 30 casos positivos de PSA (Pseudomonas siryngae patovar Actinidiae) enfermedad que afecta a los kiwis, en la Provincia de Linares en la Región del Maule, zona en la cual se encuentra casi el 45% de las plantaciones de esta especie.
Ronald Bown, presidente de Asoex, señaló que se trata de una plaga “que ha llegado al país de forma leve hace algunos años atrás, pero que hoy hemos visto con profunda preocupación como ha comenzado a generar de una manera prácticamente exponencial su presencia, especialmente, en la zona de Linares, donde ahora tenemos cerca de 40 focos, de 6 ó 7 que aparecieron inicialmente”.
¿Cómo detectar si sus plantaciones están infectadas? Primero, la variedad más propensa a sufrir de esta bacteria es la amarilla, que por su natural cultivo protegido bajo mallas (Italia), genera un clima más sombrío y húmedo, con mayor crecimiento vegetativo susceptible. Y además, las plantaciones jóvenes de 1 a 6 años pueden ser más susceptibles a contraer la enfermedad.
La PSA se puede manifestar a través de puntuaciones angulares necróticas de color café en las hojas rodeadas de un halo amarillo. Exudación de savia anaranjada a rojiza entre agosto y septiembre, con presencia de cancros y decaimiento de brotes, cargadores, brazos y/o plantas completas con emisión de chupones del tronco.
Cada hectárea tiene una inversión de 30 mil dólares, por lo que el problema podría ser catastrófico para los productores que se ven afectados por la bacteria, ya que la única forma de deshacerse de ella, es sacar las plantaciones, enterrarlas, quemarlas y ponerles cal encima.
Según cifras del Comité del Kiwi de Chile, este fruto aporta más de US $ 200 MM en facturación, US $ 50 MM en mano de obra directa y US $ 1.000 MM en infraestructura y huertos.
Medidas para evitar la propagación
Bown señaló que Nueva Zelanda ya ha perdido el 50% de su producción producto de la enfermedad. “Si uno hace una proyección de lo que puede pasar en Chile, estamos hablando de cifras muy superiores a los 400 millones de dólares en términos de inversión, en términos de exportaciones y ya estamos trabajando con las autoridades”, dijo.
Si bien ya se decretó la cuarentena en las regiones afectadas, el presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta en Chile fue enfático en las medidas que tanto las autoridades como privados deben adoptar para controlar la propagación de la bacteria.
“Debemos profundizar en términos de definir un plan estratégico de mediano plazo. Esta no s una situación que vayamos a solucionar en días, semanas e incluso años, va a ser al menos un quinquenio que vamos a tener que buscar fórmulas de contención o eliminar la enfermedad”.
Asimismo, Bown enfatizó en que no hay un problema sanitario o que alguna persona se pueda enfermar por comer un kiwi de un predio infectado. “No hay un problema sanitario, es un problema que se conversa en términos de si se pueden usar antibióticos o no. Nosotros no estamos en esa línea, ya que siempre hemos trabajado con el objeto de que nuestra producción sea lo más inocua posible”.
Además, se expuso que una fuente de propagación es la higiene. Carlos Cruzat, Gerente General del Comité del Kiwi, comentó que hay que prevenir con podas no muy tardías porque generan materiales muy vigorosos para el otoño. Junto con esto hay que prevenir manteniendo limpios los espacios de los huertos, así como desinfectando las ruedas, herramientas, manos, etc.
“Nosotros partimos más tarde con la PSA y por lo tanto, no debemos desperdiciar la opción de atacar y prevenir muy temprano la enfermedad entre los productores, exportadores y el gobierno. Hasta el momento no existen barreras de control que realmente detenga la enfermedad, por ende, al estar presente nosotros debemos saber convivir con ella y saber prepararnos”, dijo Cruzat.
“Estamos solicitando al mundo privado que tome medidas, que se eduque y actúe. Y al mundo público les estamos pidiendo que hayan fondos disponibles para la investigación, acciones de vigilancia a la enfermedad y un aumento en el presupuesto”, agregó.
El caso de Nueva Zelanda como alerta
El año 2010 comenzó el brote de la bacteria en las plantaciones de kiwi de Nueva Zelanda y las pérdidas han sido del orden de US $ 400 millones en los últimos 5 años.
“Han gastado 400 millones de dólares tanto en investigación, programas fitosanitarios, compras de licencias de nuevas variedades, entre otras. Se estima que en los próximos años llegarán a los 1.000 millones de dólares asociados a la contención de la bacteria. Este costo lo asumen los mismos productores”, señala Carlos Cruzat.

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