jueves, 6 de diciembre de 2012


Ingaramo: “Somos soja dependientes”

El economista Jorge Ingaramo conversó con Alejandro Cánepa sobre el panorama económico para el próximo y advirtió: “hay que tener cautela y no gastar a cuenta”.
AC: ¿Cómo ves el escenario actual para el sector?
JI: Es un momento difícil para la siembra, porque no hay muchas condiciones favorables, desde las dificultades que hubo con el clima hasta con los precios. Por eso, yo esperaría para hablar de superproducción. Todos estamos esperando que haya por lo menos 53 millones de toneladas de soja y 25 millones de toneladas de maíz, pero de ahí a que ocurra falta un buen rato.
AC: ¿Por qué hay dudas?
JI: Mucha gente ha decidido posponer, se han pasado a maíces tardíos y en girasol han bajado el área sembrada por cuestiones climáticas. En cuanto a la soja, la duda se debe a que hay campos que no están en condiciones de ser sembrados.  Por tal motivo, hay que ser muy cuidadosos.
 AC: ¿Cómo está la economía en términos generales?
JI: Está empezando a querer salir de un planchazo terrible que le metió el gobierno con su política de restricciones cambiarias, inmovilización de capitales y las dificultades que pone para las inversiones en Bolsa. La economía está casi parada pero nos salvamos de que sea peor por el precio internacional de la soja y las commodities. La perspectiva que hay —si tenemos 50 millones de toneladas de soja— es que crezca por lo menos un 2% pero con inflación, porque el gobierno no va a hacer nada para frenarla.
AC: ¿Por qué le conviene que haya inflación?
JI: Le convenía, porque aplicando un impuesto inflacionario aumentaba la recaudación y hacía mucha más caja. Pero ese instrumento se agotó porque ahora el Banco Central emite al 35% y la AFIP en lugar de recaudar al 35% recauda al 23%. Quiere decir que el instrumento ya no da para más, aunque sigue perjudicando al tipo de cambio real. El retraso cambiario es evidente: todos los rubros de exportaciones industriales argentinos, salvo químicos, han declinado en valores y en volumen, lo mismo que las economías regionales, lo que quiere decir que el retraso se está sintiendo notablemente.
AC: ¿Cómo afecta esto al campo?
JI: Yo creo que los productores tienen que hacer muy bien los números, porque de ninguna manera están cerrando como cree el gobierno. El atraso cambiario seguirá profundizándose y más el año que viene, que es electoral, cuando evidentemente el gobierno necesita alimentos baratos. Además, la tasa de inversión está cayendo y no hay creación neta de empleo, factores que se van a profundizar si el gobierno no interviene. No estamos bien, pero podemos mejorar.
AC: Parece que apostamos todo a la supercosecha de soja, ¿qué pasa si fracasa?JI: Es cierto, somos soja dependientes. Habíamos empezado a abrir el juego - mal a mi juicio – con el negocio del petróleo y el gas, pero el gobierno hizo tan mal las cosas que ahora YPF no encuentra socios genuinos y se tiene que financiar con un aumento del precio del gas en boca de pozo, lo que traerá algunos inconvenientes de costos para el resto de los sectores productivos.
AC: ¿Seguirá el cepo cambiario?
JI: Debería levantarse, porque en 2013 tenemos muchos menos vencimientos que este año y se espera una buena cosecha. Además, festejar que se dejen de producir cosas en la  Argentina por falta de insumos es entender muy poco del proceso de sustitución de importaciones. A éstas hay que sustituirlas cuando conviene no a costa de la competitividad de los sectores más eficientes, como está haciendo el gobierno.

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