lunes, 10 de diciembre de 2012


“El Mercado de granos atrapado entre lo viejo y lo nuevo”

El mercado de granos tuvo esta semana un comportamiento interesante, ya que los pisos descubiertos la semana pasada siguieron sirviendo de soporte y lograron empujar a la suba los valores. Sin embargo, no logramos superar todavía el impacto de los viejos elementos fundamentales, al tiempo que los nuevos no parecen tan claros tampoco como para [...]
El mercado de granos tuvo esta semana un comportamiento interesante, ya que los pisos descubiertos la semana pasada siguieron sirviendo de soporte y lograron empujar a la suba los valores. Sin embargo, no logramos superar todavía el impacto de los viejos elementos fundamentales, al tiempo que los nuevos no parecen tan claros tampoco como para inspirar una suba definitiva.
Entre los viejos fundamentos tenemos una cosecha norteamericana de maíz muy afectada por la seca, y una demanda que se tiene que ajustar, vía precios más altos, al contexto estrecho de oferta. Aquí lo que vemos es que el mercado sigue todavía mirando los datos de rinde que vienen del campo, sorprendido con los magros resultados de maíz, y los no tan malos de soja. Incluso llama la atención como la soja logró recuperarse con las pocas lluvias que vimos y que llegaron muy tarde en el ciclo productivo. En cuanto a la demanda, los datos que seguimos semana a semana, como exportaciones semanales o uso de maíz para etanol, nos hacen pensar en que el mismo se redujo, pero todavía está fresca en la memoria el reporte de existencias de septiembre, donde el consumo por diferencia entre stocks al inicio y al final del trimestre, se mostró más firme de lo que pensábamos, presumiblemente por un aumento de consumo forrajero que compensó con creces los dos anteriores.
Entre los fundamentos nuevos, lo que tenemos son las perspectivas sudamericanas. El mercado requiere de una gran cosecha para salir del escenario de catástrofe actual, y descuente una producción de 55 mill.tt. para Argentina y de 80 mill.tt. para Brasil. Si bien la intención de siembra para esto está, lo que complica la situación es el clima que demora en las tierras anegadas de nuestro país y el sur de Brasil la implantación, mientras que hacia el norte de ambos países las lluvias no están llegando. Recordemos que todo debe salir perfecto para que los precios no se desboquen. Por esto un problema productivo menor puede generar un problema grave.
Ante todo esto el posicionamiento de los fondos especulativos es clave. Cuando a fines de mayo la seca en EEUU se empezó a insinuar, se desataron las fuertes compras en maíz y soja. Cuando a mediados de agosto ya teníamos una idea del impacto en los rindes, los precios encontraron techo, y comenzó la toma de ganancias. Ahora ante estos nuevos fundamentos tímidamente aparece el interés comprador
Lo que todavía sigue sin dirimirse y que merma el interés de los compradores es la cuestión de la determinación del volumen exportado y las multas que el gobierno pretende endilgarle a los exportadores por las declaraciones anticipadas del 2008 por medio de la ley Martínez Remonda.
La cosecha en EEUU se aproxima a su fin, pero la presión de cosecha fue baja mientras que los rindes siguen dando que hablar
Como comentamos esto está en el corazón de los “viejos fundamentos” del mercado. Al momento ya estaríamos superando el 90% trillado tanto para maíz como para soja. Antes de considerar los rindes, merece la atención hablar de la presión de cosecha. Si bien se supone que los contratos de futuro recogen los factores de oferta y demanda para el mes de entrega, y todos saben que para la soja noviembre y el maíz diciembre, es común que esté entrando la cosecha y generando más oferta, también es cierto que por una cuestión psicológica los precios de todas formas tienden a bajar cuando los granos ingresan físicamente a los canales comerciales. Esto sucede porque los compradores se empiezan a hacer de mercadería y sus operaciones se pueden realizar en condiciones más ventajosas. Sin embargo este año veníamos con precios muy elevados ya que los operadores habían descontado en precios el problema productivo. Si bien la baja por presión de cosecha se produjo, lo cierto es que no fue muy profunda, ya que los productores norteamericanos alertados de la situación de escasez existente prefirieron no vender en la baja y esperar al rebote. Por ello la presión fue menor, y ya comenzamos a ver un rebote.
En cuanto a los rindes, los reportes privados dejan ver que a pesar de los últimos ajustes realizados por el USDA, serían todavía menores a lo reportado en maíz y algo mayores en soja. Esto es un problema para el mercado de maíz, que aún con la producción actual en la mente de los compradores, está muy convulsionado.
En cuanto a la soja, claramente no es lo mismo una cosecha más chica que una más grande: si realmente hay más producción este es un dato negativo, pero también debemos ver la demanda.

La demanda internacional de soja está muy firme, pero la de maíz sigue tranquila, mientras que el interés por trigo crece a medida que se reportan más problemas de producción

Muchas veces usamos las exportaciones norteamericanas como el termómetro de lo que sucede con la demanda internacional. Así las cosas lo cierto es que en soja las ventas semanales reportadas en EEUU estuvieron por debajo de lo esperado, lo cual es negativo, pero de todas formas por encima de lo que debería exportarse para llegar al total estipulado por el USDA para el año.
Cuando por otro lado vemos los datos de importación de China, todo esto cuadra, ya que cuando normalmente en septiembre las importaciones ceden, la sorpresa es que este año subieron respecto al mes anterior. Esto quiere decir que la baja de precios fue vista por China como una oportunidad de compra.
La pregunta de fondo aquí es si la demanda seguirá firme ya que la Economía China está cada vez más debilitada, creciendo ya más cerca del 7% anual que del 8%, mientras que el otro gran mercado que es Europa también sufre una recesión muy importante. Sin embargo en respuesta a esto debemos decir que la restricción raramente vendría por el lado de los commodities agropecuarios. Los rubros en los que se sentirá una menor intención de compra serán de bienes más elaborados, de lujo o sencillamente aquellos que sean fácilmente remplazables.
En el caso de maíz ocurre lo contrario que en soja. Desde la segunda parte de la campaña norteamericana 2011/12, cuando los precios se picaron, que los compradores dejaron de demandar granos norteamericanos. De hecho las exportaciones siguen siendo reportadas por debajo de lo esperado y de lo requerido por el USDA para llegar al objetivo del año.
En tanto la producción de etanol, que insume maíz, está en niveles muy bajos. Esto implica que este importante uso industrial para el maíz también está complicado.
Lo que si genera algo de expectativa es el consumo forrajero interno. Si bien los números de cabezas en feed lot vienen bajando, lo cierto es que cuando se hizo el recuento físico de mercadería al 1 de septiembre, el mercado se encontró con mucho menos maíz que lo esperado. Esto marca que el consumo que faltaba censar, que es el forrajero, no está ajustándose a la baja vía precios en la magnitud esperada. Esto es seguramente lo que sigue por detrás de la fortaleza del mercado de maíz.
En cuanto al trigo, la situación es extraña: cuando arrancó el ciclo se esperaba una buena campaña. Hoy sabemos que los problemas en varios países principales productores del mundo generaron problemas: Europa del Este con frío y luego seca, en EEUU con seca para la siembra, mientras que en Australia la falta de lluvias y el frío son preocupantes, localmente la importante lluvia que está llegando amenaza a la cosecha. Por esto los compradores que descansaban pensando en una oferta amplia, debieron salir a buscar trigo desde hace un tiempo.

Las expectativas en Sudamérica: cuanto impactaría una buena campaña, y cuanto una con pequeños problemas productivos

Atento a la magra disponibilidad de soja y maíz en el mercado internacional, la cosecha de Sudamérica tiene una importancia fundamental: debería trazar un puente que no solamente permita llegar a la cosecha norteamericana de noviembre/diciembre, sino además recuperar niveles de stocks realmente muy bajos.
El USDA está trabajando con supuestos fuertes: una producción de soja de 55 mill.tt. de soja, una de soja en Brasil de 81 mill.tt. y una de maíz para nuestro país de 28 mill.tt. y de 70 para Brasil. Sin embargo el problema es que lograr estos guarismos o incluso algunos un tanto más elevados que esperan algunos analistas, supondría condiciones climáticas muy buenas, y comienzan a aparecer algunos problemas al respecto.
Tanto en el sur de Brasil como en el centro y sur de Argentina, las abundantes lluvias están generando problemas de anegamiento. En el caso puntual de Argentina, los mismos tienen un impacto muy fuerte para trigo, que ya está en fases finales del cultivo, susceptible a problemas de enfermedades, e incluso estando inundados en vastas zonas. La falta de piso hace muy complejo aplicar productos para el control de enfermedades, y además las lluvias periódicas van lavando las aplicaciones que se hacen previamente.
Pero además de esto el problema es que se está viendo afectada la siembra de maíz. Por lo pronto los estimadores privados no se animan a definir que vaya a darse una caída en la intención de siembra, pero parece poco probable que se logre sembrar el maíz de primera en fecha. Así las cosas lo posible es que pase a soja o a maíz de segunda.
Pero la situación climática es tan complicada, y sumada a pronósticos de lluvias que seguirían en el corto plazo, que podríamos también ver problemas para la siembra de soja. Aquí la cosa es distinta porque hay mucho tiempo para sembrar la soja en sus diversas variedades: se podría implantar bien entrado el mes de enero. De todas formas el cambio de variedades tendría su impacto en el rinde obtenido.
Mientras tanto , el noroeste Argentino, y el norte de Brasil, así como Bolivia y Uruguay no están recibiendo lluvias suficientes, y si bien la temporada en la cual habitualmente llegan no está aquí de todas formas aparece la preocupación.
Finalmente esto genera un a “duda razonable” en un mercado donde no hay espacio para la misma: si se pierden un total de 5 mill.tt. repartidas en todo América del Sur de todas formas el mundo sufriría. Si bien la cantidad puede parecer baja, hay tan poca mercadería dando vueltas, que termina siendo crucial.

Que hacer con este panorama

Este panorama promete volatilidad, y lo que estamos viendo esta última semana sugiere que dentro de la misma los pisos se alcanzaron y se vienen las subas nuevamente.
Empezando por soja, debemos primero recordar que es el único grano que sigue de cerca el precio internacional, sin interferencias, por ello en este contexto deberíamos ser cuidadosos con las ventas. Realizarlas sólo si llegan a valores “buenos” de 340 U$/tt para arriba. En ese rango de precios la recomendación es ir haciendo promedio con ventas y compras de PUT.
En tanto lo otro que suponemos es que deberíamos aprovechar las bajas para la compra de CALL. Esto debería hacerse con mercados por debajo de 330 U$S/tt también paulatinamente para ir haciendo un promedio.
En lo que hace a maíz la situación es más relajada porque hay bastante vendido a buenos valores, y como el mercado internacional muestra un cuadro alcista, y localmente todavía hay espacio para ROE VERDE, la recomendación sería esperar mientras el saldo de ROE sea positivo. El problema aquí es que pasaría si se pierde capacidad productiva por las inundaciones? Seguramente volveríamos a sufrir estreches.
En el trigo la situación es acuciante para los productores locales: los precios son atractivos en el exterior, y localmente no son malos aunque están por debajo de los hechos tocados recientemente. Por ello deberíamos pensar en vender. El problema es que los exportadores que ya tomaron su parte del sado exportable, saben que quedaría poco por hacer, y prefieren no meterse par no tener que salir a responderle al Gobierno.

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