domingo, 9 de diciembre de 2012


“Estamos en un año particular para el maíz argentino”

Martín Fraguío dijo que “venimos de una sequía terrible y, a pesar de eso, tuvimos una gran cosecha”. Además, está la gran seca que sufren en Estados Unidos.
“En Argentina, la expectativa de una gran siembra se nos empezó a complicar con las lluvias, sobre todo en el Oeste de Buenos Aires que no encuentran la vuelta para poder sembrar. Si uno compara el porcentaje de siembra de este año con el año pasado, estamos en una situación de atraso bastante importante”, indico Martin Fraguío, director ejecutivo de Maizar, la asociacion de la cadena del maiz.
Sin embargo, el retraso en la siembra no implica una pérdida grande en rendimiento: “El año pasado, al sembrarse un 35% de forma tardía, fue una gran experiencia para todos. Hubo rendimientos mucho más altos de lo que se esperaba. Se pensaba que iban a tener 6 a 7 mil kilos, y luego rindieron 9 mil” le dijo a Ondas de Campo.
Lo que observa Fraguío, por lo tanto, es que “la tecnología incluida en la semilla, los agroquímicos, sembradora y practicas agronómicas, tienen un nivel tal que nos dan rendimientos más grandes de lo que era posible”.
“Siempre dijimos que uno siembra temprano, en septiembre u octubre, y puede tener 11 mil killos, pero si siembra en diciembre obtiene 7 mil kilos. En realidad, se vio que los maíces de diciembre y enero llegaron a rendir 10 mil kilos. Hay un paquete tecnológico en el maíz que se empieza a expresar ahora en situaciones extremas”, remarcó.
Con respecto al dilema de si producir maíz para alimentos o para biocombustibles, Fraguió consideró: “La prioridad es la producción de alimentos.  La discusión con el etanol es tratar de poder controlar el problema del maíz que son los excedentes. En el mundo, la cuestión era saber qué hacer con los excedentes. ¿Por qué los países desarrollados y en desarrollo generaron subsidios enormes para producir maíz? Para generar excedentes. Esta práctica apareció en los países desarrollados y luego en Brasil, en China, subsidiar en años de precios bajos. Los que hacían esto les costaba fortunas”.
“El etanol es la primera industria a la que se canalizan el excedente de maíz. Con el petróleo caro, el etanol es competitivo. El etanol se hace importante empieza en el año 2000 y se acelera en 2004. A partir de ese año desaparecen las ventas de excedentes y lo que hacían era destruir al productor local. Cuando se acababa el barco de excedentes, la gente era más pobre que antes. Todo eso desaparece a partir de 2005”, recalcó.
Por eso, asegura Fraguío, “estas plantas de etanol cumplen con el rol de dar incentivos y dar equilibrio. Hay países subdesarrollados que aumentaron su rendimiento por hectárea, que antes era de 600 a mil kilos por hectárea. Ahora, porque el precio del maíz subió y porque desaparecieron excedentes, empieza a haber una vuelta al campo. Estimula la producción de alimentos en zonas pobres”.

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