En el Día Mundial de la Tuberculosis, la veterinaria Ana Balseiro explica cómo se enfrenta España a esta enfermedad en el ámbito de los animales y los avances que se están produciendo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo como el Día Mundial de la Tuberculosis con el objetivo de acelerar los esfuerzos para poner fin a la epidemia mundial de esta enfermedad, que sigue siendo la más letal del mundo.
En el sector de la salud animal también se dedican muchos esfuerzos para erradicarla, especialmente en ganadería. Y es que aunque la bacteria Mycobacterium tuberculosis no es la que afecta a los animales, existen otras como la Mycobacterium bovis o Mycobacterium caprae que sí que lo hacen.
Desde el sector veterinario se lucha por tanto contra esta amenaza. Ana Balseiro, investigadora de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, explica para Animal’s Health cómo está la situación en España, y recuerda que M. bovis es una zoonosis.
Balseiro, que lleva 20 años trabajando en tuberculosis, apunta que la transmisión a humanos de M. bovis es muy pequeña y no es un problema grave, pues se estima que solo entre 0,03 y 0,05% de los casos de tuberculosis a nivel europeo están causados por esta bacteria. No obstante, afirma que hay que controlarla. “Con que afecte a una persona ya es suficiente”, defiende.
La investigadora asegura que en España se está avanzando mucho en la investigación para hacer frente a la tuberculosis. “España está a la cabeza en investigación en tuberculosis animal a nivel mundial”, afirma, y recuerda que se está investigando mucho para conocer los reservorios implicados, los movimientos entre granjas o la eficacia de posibles vacunas.
De hecho, en su grupo de investigación se está trabajando en una vacuna inactivada para tejones, y tratan de conocer si es eficaz para disminuir las lesiones y la carga bacteriana. Su proyecto, además, consiste en una vacuna oral, lo que la haría mucho más práctica para su aplicación en animales silvestres.
En general, Balseiro defiende que para erradicar la tuberculosis hay que trabajar desde todos los ámbitos, también en animales silvestres, y no centrarse exclusivamente en los bovinos, sino también en otros animales domésticos que no están incluidos en planes de erradicación.
Por tanto, para la investigadora, un plan de erradicación eficaz en España pasa por un plan lo más amplio posible. Eso sí, recuerda que según las investigaciones a nivel mundial, la compraventa y el movimiento de animales siguen siendo la principal causa de que la tuberculosis llegue a un rebaño libre. “No podemos olvidar otras causas, no podemos echarle la culpa solo a la fauna silvestre”, afirma.
Sin embargo, admite que en algunas partes de España, sobre todo en el sur, la prevalencia de tuberculosis sigue siendo importante en fauna silvestre, aunque explica que esta situación se da por la interacción en los dos sentidos. “Si tienes mucha tuberculosis en granjas tendrás en fauna, y viceversa”, señala.
FATIGA TRAS DÉCADAS DE ERRADICACIÓN DE LA TUBERCULOSIS
La veterinaria reconoce que tantas décadas aplicando planes de erradicación de tuberculosis en ganadería, con avances que a veces son difíciles de apreciar —aunque existen— y en los que se siguen sacrificando animales año a año, puede generar frustración, aunque recuerda que la erradicación es el camino que se ha elegido en Europa, porque ha tenido éxito en otros países.
Balseiro admite que puede entender que exista una fatiga por parte de los ganaderos, pero defiende que lo que se está haciendo es tratar de mejorar la sanidad animal y la sanidad pública, y que los ganaderos tienen que entender que esto repercutirá a largo plazo en la salud de su ganado. Y es que, asegura, el ganado de un país libre de tuberculosis se vuelve más valioso.
No obstante, se siguen criticando por parte de los ganaderos algunos aspectos de los planes de erradicación, como los test utilizados, especialmente la intradermotuberculinización o tuberculina.
La veterinaria entiende que pueda existir confusión ante el hecho de que haya animales que den positivo y no muestren lesiones en el análisis post-mortem, pero aclara que eso solo significa que se ha detectado la enfermedad muy pronto, a diferencia de lo que ocurría en el pasado.
“En realidad si un animal da positivo a la tuberculina tiene un porcentaje ínfimo de error”, afirma, y apunta que existen otros test alternativos, como el ELISA o el gamma-interferon, aunque a la hora de la verdad el positivo en tuberculina es un resultado oficial. “Hay información sobre esto”, apunta.
VACUNAS COMO OPCIÓN FRENTE A LA TUBERCULOSIS ANIMAL
Para Balseiro el futuro de la lucha contra la tuberculosis animal podría pasar por la vacunación, pero admite que esto “de momento no va a pasar”. Y es que la apuesta europea por los planes de erradicación implica que estos, de momento, sean incompatibles con la vacunación, pues interfieren en las pruebas diagnósticas.
Así, señala que la vacuna más efectiva a día de hoy, la BCG, que también es la que se utiliza en humanos, es una vacuna viva atenuada que no permite con los test diagnósticos actuales diferenciar entre un animal vacunado y uno infectado.
La estrategia, por tanto, pasa por buscar vacunas inactivadas eficaces que no provoquen esas interferencias o métodos de diagnóstico alternativos. Asimismo, recuerda que de avanzarse en el uso de la BCG tendría que haber cambios profundos en la producción, pues la actual no es suficiente para cubrir la hipotética demanda del ganado vacuno europeo.
Además, indica que todas las vacunas que se han probado no eliminan la micobacteria, aunque defiende que reducen lesiones y carga bacteriana, y por lo tanto repercuten en una disminución de la transmisión, porque se excretan menos micobacterias.
En general, asegura que está habiendo muchos avances en las pruebas de eficacia de vacunas tanto en bovino como en otras especies, pero recuerda que los tiempos con los que se juega en la creación de nuevos medicamentos son largos, porque debe de realizarse un número considerable de estudios para probar su efectividad y seguridad ante las autoridades sanitarias.
“De aquí a no muy lejos podremos contar con una vacuna que sea una opción”, asegura, e insiste en que, lógicamente, todas las investigaciones tienen como objetivo que se termine aplicando en la práctica en el futuro. “Cuando sepamos a ciencia cierta que la vacunación funciona y haya test diagnósticos que diferencian entre animales infectados y vacunados se pondrán en marcha”, concluye
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