La correcta toma de decisiones de cómo tratar una adversidad debe basarse en el correcto diagnóstico y en el monitoreo permanente de los lotes en producción.
Una de las prácticas esenciales de un manejo integral que prevenga la aparición de resistencia es la rotación de activos según su modo de acción, por lo cual el conocimiento de la clasificación de los fungicidas es imprescindible para minimizar la presión de sección en las poblaciones de patógenos y retrasar la aparición de resistencias.
En trabajo publicado por la Red de Manejo de Plagas de la Asociación de Productores en Siembra Directa se recomendó al productor tener un porfolio de herramientas a su alcance para el tratamiento de una adversidad, más posibilidades de rotar activos tendrá, y cuanto mayor sea esa rotación mayor será la probabilidad de retrasar la aparición de resistencias.
Desde la REM de Aapresid se celebra y ve con buenos ojos que una de las empresas sponsors del programa lance al mercado una nueva molécula y nada menos que desde Argentina.
“Es una novedad tecnológica no solo para Argentina sino también a nivel mundial: es el primer fungicida de nuestro portfolio que suma una carboxamida y que se presenta para cultivos extensivos”, señaló Matías Retamal, gerente de fungicidas de FMC.
El producto lleva el nombre comercial: Onsuva y está compuesto por dos ingredientes activos: el más importante es fluindapyr, una novedosa carboxamida que se combina con difenoconazole, logrando de esta manera un innovador fungicida de amplio espectro de control para enfermedades foliares.
Fluindapyr posee marcada sistemia, acción preventiva, curativa y erradicativa, logrando su poder fungicida al interferiren la respiración mitocondrial de las células de los hongos. Por su parte, el triazol que acompaña la mezcla,inhibe la biosíntesis del ergosterol, teniendo efecto de contacto y sistémico, con mismo poder preventivo, curativo y erradicativo, lo cual hace de este producto una herramienta con destacada performance para el control integrado de patógenos.
Como lo viene remarcando la REM, la correcta toma de decisiones de cómo tratar una adversidad debe basarse en el correcto diagnóstico y en el monitoreo permanente de los lotes en producción. En el caso de las enfermedades, prevenir es mejor que curar, es decir, adelantarnos a la jugada y no tener que llegar a apagar incendios cuando la enfermedad se torna casi incontrolable.
Desde FMC aseguran que Onsuva es un producto que debe utilizarse siempre de manera preventiva: donde lo ideal es aplicarlo ante la detección de los primeros síntomas de enfermedades, y ante la aparición de condiciones predisponentes para su proliferación.
Ya se sabemos que esta recomendación se basa en los conceptos técnicos para el uso de este tipo de fungicidas, que siempre poseen mejores performances de control aplicando de manera anticipada sobre los agentes causales de enfermedades.
Esta mezcla de carboxamida y triazol se posiciona para los cultivos de soja y maní. Para el primer cultivo la dosis es de 250cc/ha, logrando excelente control de mancha ojo de rana, mancha marrón, tizón de la hoja y roya asiática. En maní, la dosis recomendada es de 330 cc/ha, mostrando resultados a campo que arrojan muy buena performance para detener la incidencia de viruela tanto temprana como tardía.
Conocer el sistema donde se está actuando e identificar el patógeno al que estamos apuntando es el primer paso de cualquier estrategia de control químico. En cuanto a los activos, no todas las mezclas y moléculas son iguales, incluso moléculas dentro de una misma familia. El tratamiento debe realizarse sólo de ser necesario, deben respetarse las dosis de marbete y no aplicar de forma dividida. La aplicación de subdosis tiene como inminente efecto contraproducente el aumento de la probabilidad de generar resistencia a los fungicidas.
Como concepto, debe erradicarse la idea de que un fungicida tiene por objeto “apagar incendios”.
Los fueron diseñados para actuar como preventivos y frenar infecciones de forma temprana, cuando la pérdida de performance de nuestro cultivo ya no es lo que entra en juego.
El periodo de protección de los productos depende de un conjunto de factores entre los que se destacan: la cantidad de inóculo inicial, la molécula a utilizar, la dosis, la calidad de aplicación, las condiciones ambientales.
Pero es clave el momento de aplicación, vinculado sobretodo con la tasa de crecimiento del cultivo; este último punto es vital para saber realmente cuánto tiempo tendremos nuestro cultivo protegido de ataque de patógenos.
Este nuevo fungicida viene de la mano de otro producto que se suma al portfolio de FMC, valido para ser aplicado con todos sus productos, pero esta vez recomiendado de la mano ONSUVA; estamos hablando de BioFusión un Co-Factor orgánico, que permite homogeneizar el caldo de aplicación, proteger la gota y los ingredientes activos que se encuentran en ella, disminuir inconvenientes que puedan derivar en cortes de mezclas de productos, mejorar la calidad del agua utilizada, disminuir pérdidas por evaporación, logrando mayor uniformidad de tamaño de gota, aumentar el número de impactos por unidad de superficie, minimizar la deriva y disminuir la generación de espuma en el caldo.
De esta manera se logra un caldo completamente estable, que permite en este caso asegurar que cada gramo de ingrediente activo llegue al destino que buscamos y logre de esta manera maximizar la eficiencia de control de los patógenos que se busca controlar en nuestros cultivos
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