domingo, 11 de junio de 2017

Las malas hierbas se están haciendo resistentes al glifosato



Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba ha descubierto la razón por la cual un tipo de maleza o malas hierbas, que causa graves problemas al olivar y a los cultivos de cítricos, resiste a uno de los herbicidas más utilizados como es glifosato.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba, liderados por el catedrático de Química Agrícola y Edafología, Rafael de Prado, ha conseguido descubrir esa resistencia se debe a que, al ser aplicado dicho herbicida sobre este tipo de mala hierba, el glifosato se absorbe y se mueve poco con respecto al biotipo susceptible.

Desde los años 90, se venía realizando un uso continuado de glifosato, ampliamente usado en campos de olivar y cítricos de toda la geografía española.

Esta situación condujo a que este herbicida provocara una presión de selección sobre dos grandes tipos de malezas Lolium rigidum y Conyza spp.

Como resultado de tal presión, la primera de estas malas hierbas, ha sido capaz de sobrevivir al tratamiento de glifosato a dosis que debería eliminarla.

Según se detalla en un artículo publicado recientemente en la revista Frontiers in Plant Science, este equipo de científicos ha comprobado, mediante el uso de Carbono 14 y un sistema denominado Fosforo Imager, cómo el glifosato apenas penetra y se mueve dentro de la planta, concluyendo que la no translocación del herbicida es en realidad un mecanismo de defensa de la propia planta.

De Prado explica que para llegar a estos resultados realizaron prospecciones, principalmente en olivares de la provincia de Jaén y campos de cítricos en Córdoba, Sevilla y Huelva.

Imitando a los TAC de contraste que se hacen a diario en los hospitales, los investigadores de la UCO aplican sobre las muestras de Lolium rigidum la dosis de campo del herbicida glifosato mezclado con Carbono 14 y tras 96 horas se toma una imagen radiográfica de la planta donde comprueban que el glifosato no se transloca por determinadas partes de la mala hierba en cuestión.

Esta investigación prueba que la resistencia de estas malas hierbas al glifosato no está asociada a acciones humanas ni a fenómenos climatológicos, sino que es algo intrínseco en la planta y responde al planteamiento darwiniano de la adaptación de las especies.

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