“Las modificaciones son fruto del trabajo mancomunado del Senasa y los productores. Permitirá diagnosticar y controlar la zoonosis para brindar más seguridad a nuestras exportaciones bovinas”, dijo el Méd. Vet. Jorge M. Grimberg, consejero del IPCVA y referente de CRA.
“Más allá de las cuestiones sanitarias, por mayor higiene e inocuidad para nuestra carne, se trata de un paso necesario para no quedar afuera de los mercados internacionales, especialmente de China”.
Lo dijo el Méd. Vet. Jorge M. Grimberg, consejero del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA y referente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a propósito de la actualización del Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis bovina.
“Estas modificaciones, producto del trabajo mancomunado del Senasa y los productores, van a permitir diagnosticar y determinar dónde se encuentran animales positivos, permitiendo también controlar esta zoonosis”, agregó.
Se trata de la resolución Senasa 77/21, que da opciones para realizar la DOES en bovinos y garantizar la exportación de carne a China, con el fin de facilitar su cumplimiento por parte de los productores ganaderos que realizan reproducción.
Méd. Vet. Jorge M. Grimberg, del IPCVA y referente de CRA.
La resolución del Senasa N° 77/21, publicada el último viernes 19 en el Boletín Oficial, y ya en vigencia, modifica algunos artículos de su resolución N° 67/2019, ofreciendo alternativas para cumplir con la obligación de la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES) en los rodeos reproductivos y alcanzar el principal objetivo de la estrategia: identificar los establecimientos infectados para su saneamiento.
Así, en el marco de las acciones previstas en el plan original, se modifican los plazos para el cumplimiento de la DOES de manera estratificada y se incorpora la posibilidad de realizarla a través de un muestreo de los rodeos.
Tras casi dos años del inicio de la resolución N° 67/19 y, luego de haber analizado el avance de su cumplimiento por parte del sector productivo, las autoridades del Senasa entendieron necesario ofrecer una alternativa más amplia para realizar las tareas de diagnóstico.
La intención es detectar los establecimientos infectados e iniciar las acciones correspondientes para su saneamiento.
La DOES muestreo, opción que plantea la resolución modificatoria, es obligatoria para rodeos de cría y ciclo completo.
La cantidad de muestras a tomar se determina en base a un porcentaje de la categoría vaca presente en el establecimiento, según la nueva tabla incluida por la resolución N° 77/21, como anexo XI de la resolución N° 67/2019.
El plazo para el cumplimiento de la DOES muestreo se ha desdoblado de acuerdo al estrato productivo.
Aquellos establecimientos que tienen más de 300 vacas deben determinar el estatus de sus rodeos antes del 31 de julio de 2021.
Por su parte, los productores con 300 vacas (o menos) tienen tiempo hasta el 30 de noviembre del corriente año.
Si los resultados del muestreo son todos negativos, se lo clasificará como Establecimiento negativo y se da por cumplimentada la principal tarea establecida por la estrategia.
Si, por el contrario, se obtienen resultados positivos, se deben realizar las tareas de saneamiento hasta eliminar la enfermedad.
De acuerdo con el Senasa, aquellos productores de cría y ciclo completo que quieran alcanzar la categoría de Establecimiento libre podrán optar por la DOES Total.
La DOES total, originalmente planteada en la resolución N° 67, es obligatoria para tambos y cabañas.
Aquellos establecimientos que aún no la hayan cumplimentado, tendrán tiempo hasta el 31 de julio de 2021 para realizar y presentar las tareas de diagnóstico.
“Esto permite que todos los productores que tengan campo negativo, o libre, estén aptos para poder exportar a China. En contrapartida, los que tengan animales enfermos tendrán que esperar un año para comercializar al exterior”, explicó Grimberg, en diálogo con La Nueva.Recibí los Newsletters de La Nueva sin costo
El dirigente, que pertenece a la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA), destacó el trabajo conjunto entre los productores y el Senasa.
Compromiso de la cadena
De acuerdo con el informe del Senasa, determinar el estatus de los rodeos bovinos e identificar a los establecimientos infectados resulta crucial en el marco de los compromisos comerciales asumidos para la exportación de carne a China.
Para poder dar garantías sanitarias a este mercado se ha determinado que aquellos establecimientos que no hayan cumplido con la DOES, dentro de los plazos establecidos, quedarán excluidos como proveedores de hacienda para la exportación de carne a dicho destino.
El coordinador de la Mesa Nacional de Carnes y expresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ing. Agr. Dardo Chiesa, dijo que el control de la brucelosis es una vieja aspiración del sector agropecuario.
“Es una zoonosis y afecta la eficiencia de los rodeos”, sostuvo.
“Tenemos que dar un salto cualitativo y cuantitativo y fortalecer el cumplimiento de las exigencias de los mercados, especialmente el de China”, agregó Chiesa.
“Por eso nos ponemos a trabajar todos, junto al Senasa, para que esta resolución tenga el efecto deseado por todos: que la Argentina sea libre de brucelosis”, aseguró Chiesa.
“Esta resolución, que tiene nuestro apoyo, nos permite cumplir con el protocolo acordado con China para la exportación de carne”, comentó Sato Ricardo Burgos, consejero de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en el Senasa.
“Por eso nos vamos a poner en campaña para que la mayoría de los productores hagan las determinaciones que les permitan demostrar que su establecimiento está en condiciones de exportar a ese destino”, aseveró.
Por la salud pública
De acuerdo con el Senasa, los cambios implementados a la estrategia para el control de brucelosis, facilitan y disminuyen los costos para su cumplimiento.
El avance en el proceso de identificación de rodeos infectados y la eliminación de los animales positivos permitirán una reducción de los niveles de prevalencia de la brucelosis bovina, disminución de las pérdidas económicas que provoca y, sobre todo, una contribución al resguardo de la salud pública por tratarse de una enfermedad transmisible a las personas.
Según precisó el Senasa, con la implementación de las acciones previstas se logrará un importante avance en la gestión de la sanidad bovina y se fortalece al país en su rol de proveedor de carne de alta calidad al mundo.
Por eso, es importante que veterinarios y productores realicen, cuanto antes, las tareas de diagnóstico correspondientes.
Para más información, las consultas se pueden realizar en la página web del Senasa o comunicarse con la Mesa de Ayuda del nuevo plan de brucelosis bovina al teléfono (011) 4121 5410.
También al correo electrónico brucelosisbovina@senasa.gob.ar, con el Centro Regional Buenos Aires Norte, sede Chivilcoy, a los teléfonos (02346) 46271/72/73 o dirigirse a la oficina local más próxima a su establecimiento. (Prensa Senasa).
De qué se trata
La brucelosis es una enfermedad causada por bacterias del género Brucella. Se trata de una zoonosis, es decir una infección que se transmite al ser humano por tener contacto con animales infectados, en este caso vacas, cerdos, cabras, ovejas o perros.
Esta enfermedad tiene un doble impacto: en la economía agropecuaria porque afecta el rendimiento de los rodeos debido a los abortos que induce, y en la salud humana, sobre todo en el grupo de gente que está en contacto con el reservorio animal –veterinarios y trabajadores rurales– o por el consumo de productos lácteos no pasteurizados.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, se estima que esta enfermedad afecta a nivel mundial, a unas 500 mil personas al año.
Dentro del género Brucella hay diferentes tipos de especies que infectan a distintos animales con un mayor o menor potencial zoonótico. Algunas son B. melitensis, B. abortus, B. suis y B. canis que infectan cabras, vacas, cerdos y perros, respectivamente.
Si bien en el humano no es una enfermedad mortal, si no se trata a tiempo con antibióticos la bacteria se establece en forma crónica.
“Inicialmente los síntomas en humanos son fiebre ondulante con dolor articular, como una gripe, por eso la mayor cantidad de casos pasa desapercibida”, dijo Juan Esteban Ugalde, investigador independiente del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH, CONICET-UNSAM).
Juan Esteban Ugalde, investigador independiente del CONICET.
“Las secuelas ocurren mucho tiempo después de la primera infección y, en general, se trata de manifestaciones focales que se evidencian en infecciones supurativas de diferentes órganos o sistemas como el osteoarticular, el cardiovascular y el nervioso central”, señaló.
“Lo más común es que el humano se contagie por estar en contacto con abortos de los animales, porque los fetos liberan enormes cantidades de Brucellas que ingresan por mucosas o en su defecto, por consumo de leche. El microorganismo no vive en el músculo, sino en el sistema inmune del huésped, por eso no hay contaminación de la carne”, explicó.
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