Siempre es difícil generalizar al momento de hacer un análisis de lo que fue una cosecha. Pero más aún si la que hay que etiquetar es la campaña girasolera que está por terminar, que estuvo signada por una fuerte restricción hídrica y altas temperaturas. Porque mientras que en la franja costera hubo lotes que rindieron 4200 kilos, un resultado excepcional, hacia el lado de Gonzales Chaves, en campos con la tosca muy cerca, el cultivo apenas llegó a los 700 kilos.
Entonces, hay que discriminar, y se puede concluir que en los ambientes más aptos, el girasol tuvo una muy buena trilla, en varios casos sorprendentes. Mientras que en los suelos con limitantes, el resultado dependió del agua recibida y del manejo, ahí alternaron rendimientos normales a malos.
Datos
“Fue una cosecha muy dispar. Pero para la zona más somera anduvo en los 1600 y 1700 kilos de promedio. Y para la zona profunda, la media estuvo en los 3000 y 3100 kilos, con picos de 4100 y pisos de 2800 kilos”, comentó el ingeniero Luciano Piloni (ATR de la Regional Tres Arroyos de Aapresid) sobre el mapa de rendimientos en los campos que asesora.
“Fue muy buena en la zona costera con lotes que de promedio estuvieron arriba de los 4000 kilos, algo que no es habitual; y resultados mediocres en la zona de suelos someros, como en Chaves, San Cayetano y Dorrego”, aportó el ingeniero Fidel Cortese
“En general ha sido muy buena la cosecha. Un promedio arriba de los 3000 kilos en la costa (Lin Calel, Orense, Bellocq), y lotes puntuales de 4000. Mientras que cuando te vas corriendo hacia San Mayol y avanzas hacia Chaves comienza la merma. Pasás a 2300/2000 kilos, y después a 1300/1000 kilos. En Chaves la seca se sintió mucho”, analizó el ingeniero Gonzalo Rodera, de la Cooperativa Agraria.
“En la costa, hasta El Triángulo y El Carretero se han dado rindes históricos. Se veía que el cultivo estaba bien, pero la cosecha superó las expectativas y en muchos casos con resultados que nunca se habían registrado. Y zonas con suelo somero también hubo rindes buenos, de entre 1800 y 2000 kilos. En esos casos, además de haber recibido un golpe de agua, influyó el manejo”, indicó el ingeniero Darío Tumini de ASP.
El arranque
Más allá de la importancia determinante del ambiente, una de las razones que explica la muy buena cosecha que tuvo el girasol en la franja costera fue que se sembró con el perfil cargado de humedad. “Arrancar con muy buena humedad en un girasol ya te asegura el 80% del resultado. Después recibió algunas lluvias y entonces se ‘hizo’ bien”, comentó Piloni.
“En la costa ocurrió que se sembró temprano, había muy buena humedad en el suelo, entonces el cultivo se colgó de la napa y se hizo solo. Con algo que le llovió en noviembre y diciembre, listo. A eso sumale que algunos lotes tuvieron agua en enero”, agregó Rodera en la misma sintonía.
El estado sanitario del cultivo fue otra de las razones que impulsaron muy buenos rindes. “Al no llover durante gran parte del ciclo, el girasol no se enfermó y no perdió hojas”, contó Tumini.
“Los girasoles se veían buenos, con las hojas muy sanas, sin problemas sanitarios. No hubo casi ataque de isocas. Entonces las hojas se mantuvieron bien hasta el final y eso hizo que el cultivo tuviera un mayor llenado”, se sumó Cortese.
“Para el llenado es fundamental que el cultivo tenga hojas, y esta año las tuvo. Incluso me ha tocado cosechar algún lote con hojas verdes, que es raro”, completó Rodera.
Atraso pesado
El mayor llenado referido hizo que se estiraran los tiempos y la cosecha se retrasara por lo menos un par de semanas respecto a una campaña tradicional. Y fue la razón también de que estemos en presencia en los buenos ambientes de una trilla recargada. “El mayor llenado redunda en mayor peso de mil granos, entonces se han cosechado granos más pesados”, completó Cortese.
“En lotes de la zona de El Carretero se han cargado camiones con 30.000 kilos de girasol, cuando en este cultivo es habitual que un equipo salga con 26.000 o 28.000 kilos, porque es un grano que tiene mucha cáscara. Pero esta vez pesaron como porotos de soja”, explicó Tumini.
Las perla negra de la campaña la aportó Juan Ouwerkerk, quien comentó que algunos socios de la Cooperativa Rural Alfa con campos linderos al Vivero de Claromecó sufrieron el ataque de las palomas. “No fue algo masivo, pero en algunos lotes hubo pérdidas significativas”, explicó el presidente de la entidad respecto al regreso de la plaga que siempre dice presente cuando el girasol empieza a ganar hectáreas.
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Aumento de superficie
Según la estimación de superficie sembrada en el área de influencia de la CEI Barrow (Tres Arroyos, Chaves, Dorrego y San Cayetano), el girasol registró un importante aumento (15%) con respecto a la campaña anterior, confirmando la recuperación que viene presentando en la región.
En el trabajo realizado por los ingenieros Horacio Forján y Lucrecia Manso se indicó que fueron 152.085 hectáreas ocupadas por el cultivo en los cuatro distritos. Aunque el incremento se dio sólo en dos.
“En Tres Arroyos el aumento fue muy marcado (+82%) con respecto a la campaña anterior, mientras que San Cayetano mantuvo una importante superficie con este cultivo, registrando un aumento de 16%. Coronel Dorrego redujo su superficie pero aun así presentó un área que resultó importante. Se repitió la tendencia en Gonzales Chaves, donde la superficie con girasol resultó muy baja, representando solamente el 3% del área con cultivos de verano y en permanente disminución”, explicaron los ingenieros.
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