El contrabando de arándanos provocó la caída del 10 por ciento del precio de este producto, que se consolida como un rubro emergente para las familias productoras del sur del país. Los agricultores y empresarios consultados advirtieron que el ingreso ilegal del fruto pone en riesgo la salud de los consumidores y el ecosistema regional, por la falta de control sanitario.
El arándano peruano se ofrece a un costo menor en diferentes mercados del país, provocando una caída de los precios. Actualmente, la caja de 125 gramos se vende en 20 bolivianos, mientras que el producto de contrabando se ofrece entre 16 a 17 bolivianos.
Según el gerente de Gestión de Arándanos de la empresa Agronayade, Julio Barragán, los arándanos peruanos comenzaron a ingresar a Bolivia hace tres semanas. La situación pone en riesgo la estabilidad laboral de la cadena productiva de Tarija, principal productor del país.
Los productores explicaron que el arándano boliviano posee una calidad superior al cultivado en Perú, por las condiciones climáticas que ofrece el departamento de Tarija. Adicionalmente, la ausencia de agroquímicos potencia el sabor y características del fruto.
La producción de arándanos emplea más a las mujeres y es un rubro que cobra fuerza en Tarija, pero Chuquisaca y Cochabamba buscan ingresar en el negocio.
Barragán denunció que el producto extranjero carece de certificación fitosanitaria emitida en el país de origen. Debido a ello, se desconocen las condiciones de su producción, provocando un potencial riesgo para los consumidores bolivianos.
“Para evitar controles, la fruta peruana no se mantuvo en una cadena mediante camiones refrigerados, sin refrigeración las condiciones son ideales para la producción de hongos y bacterias”, añadió.
Asimismo, el gerente general de la empresa Marcal, Sergio Martínez, explicó que las primeras cargas de contrabando de arándanos fueron identificadas en 2016. Debido a ello, el sector comenzó a exigir mayores medidas de control al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag).
“El arándano peruano es de mala calidad, no tiene cadena de frío, no está adecuadamente empaquetada, además de que no cumple requisitos sanitarios, lo que pone en riesgo a las familias productoras”, sostuvo Martínez.
También advirtió que la carencia de certificación fitosanitaria de los productos de contrabando, amenazan los cultivos del departamento de Tarija, ya que en éstos no se utilizan pesticidas ni químicos durante el proceso productivo.
En tanto, Fernando Perales, productor orgánico de arándanos radicado en la localidad de San Lorenzo, consideró que la constante demanda del fruto en el país fomenta el ingreso de mercadería ilegal.
“Hay mucha demanda no podemos abastecer el mercado local, alguna gente se aprovecha. No sabemos qué cantidad de arándano ingresa al país, además que no pagan impuestos ni nada”, manifestó.
El cultivo de arándano fue impulsado por la Gobernación de Tarija y el sector privado en 2007 como un programa experimental para diversificar la producción regional.
Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), los productores nacionales exportaron alrededor de 20.634 dólares a los países Bajos, Alemania y Reino Unido en 2015.
En 2016, el valor subió a 30.182 dólares por envíos a los mismos países.
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