lunes, 19 de junio de 2017

MARRUECOS: La horticultura necesita ser más productiva y sostenible



La horticultura en Marruecos debe transformarse y ser más productiva y más sostenible. Los investigadores de la Universidad de Wageningen han diseñado un prototipo de invernadero. También quieren desarrollar un estudio y un programa de desarrollo con socios regionales. Los investigadores económicos y de plantas de esta universidad están trabajando en colaboración en este proyecto. “La producción de tomate en Agadir se puede doblar fácilmente. La atención se centra en los pequeños pasos, ya que una estrategia más barata funciona mejor para la mayoría de los productores”. 

Cecilia Stanghellini, del departamento de Investigación de Plantas de la Wageningen, dice que: “en Marruecos, la producción de tomate se puede mejorar en cuanto a la calidad y la cantidad. La calidad es importante para poder exportar a Europa. Debido a la creciente sequía, también es esencial reducir la cantidad de agua utilizada”. Marruecos quiere desarrollar más su considerable sector agrícola para poder aumentar los ingresos generados por las empresas agrícolas en las áreas rurales. También quiere prepararse para los futuros retos en las áreas de seguridad alimentaria y cambio climático. 

Además de producir otras frutas y verduras, el país produce más de 1.25 millones de toneladas de tomates. Casi un tercio de ello se exporta internacionalmente y la producción restante se destina al mercado local. La región productora de tomate más importante en Marruecos es Agadir. “Hay varios grandes productores en Agadir que exportan sus productos a Europa. También hay muchos pequeños y medianos productores que suministran, principalmente, el mercado local”, dice Marc Ruijs, del departamento de investigación económica de la Wageningen.

Centro de Excelencia
Stanghellini y Ruijs han diseñado recientemente un prototipo y el estudio de un invernadero. Asimismo, han empezado a trabajar en el programa de investigación y desarrollo. El plan, que sentará las bases del Centro de Excelencia en Horticultura en Agadir, se desarrolló junto con la Complex Horticole d’Agadir (CHA). También estuvieron involucrados la asociación de productores de frutas y verduras en Marruecos (APEFEL) y el asesor agrícola de la embajada de Holanda. El estudio será financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de la Netherlands Enterprise Agency. “Los Países Bajos están a la vanguardia de la horticultura e invernaderos. Las empresas holandesas están exportando conocimiento y tecnología”, dice el economista hortícola, Ruijs. 

Climatización
“La producción de tomates en Agadir se puede doblar fácilmente de 15 y 20 kg a 40 kg por metro cuadrado”, dice Stanghellini, que es especialista en el campo de las técnicas de invernadero y la reducción del uso de energía y agua. En una demostración, los productores pudieron ver la diferencia en las técnicas del cultivo actual y el efecto de las innovaciones y las técnicas que aumentan la productividad y sostenibilidad. “No es una inversión grande, pero puede llevar a productos mejores y más sostenibles”, añade Ruijs.


Una mejor climatización produce cultivos más grandes y de mejor calidad. La región de Agadir tiene un clima árido, con días cálidos y noches frescas. “Los invernaderos actuales no tienen ventilación controlada y, en la mayoría de los casos, tienen techos planos, por lo que están sujetos a grandes fluctuaciones de temperatura”, explica Stanghellini. “Un invernadero mejor diseñado con climatización resolvería este problema. El uso de pantallas de energía de aluminio, colocadas sobre los cultivos y debajo de las capas de plástico por la noche, ayudaría a mantener el calor dentro”. 

Sistema cerrado de riego 
Como resultado del cambio climático, hay menos lluvias que en años anteriores en la ya de por sí región seca y los períodos secos duran más. Además, hay un mal control del riego. Bombear el agua subterránea provoca que el nivel del agua en superficie se reduzca unos metros cada año. “Los productores deben cambiar a los sistemas cerrados de riego para permitir la reutilización del agua reciclada”, continúa Stanghellini. “Para ello, tendrán que cultivar sus cultivos en sustrato y no en la tierra”. Una de las primeras pruebas realizadas en la demostración del invernadero era medir el uso del agua y los nutrientes con sistemas abiertos y cerrados de riego. “Ya lo hicimos anteriormente en Italia y los productores pudieron ver por sí mismos cuánto podían ahorrarse en fertilizantes con un sistema cerrado. El hecho de que los productores se den cuenta de que tendrán un beneficio de su inversión en unos pocos años, actúa como incentivo”. 

Futuros productores e investigadores
No solo hay que formar a los técnicos a un nivel mayor, sino también a los productores, investigadores, formadores y profesores de universidad. Wageningen se ha involucrado mucho en la educación establecida a través de la cual las nuevas instalaciones de invernaderos se usarán para formar a gente en los diferentes niveles. “Junto con los colegas de la CHA en el Instituto Agronómico y Veterinario Hassan II, donde se forma a los futuros ingenieros, hemos identificado cuatro prioridades, a saber, climatización, control de fertilizantes y agua, protección de cultivos y control de cultivos”, dice Ruijs. Se podrán añadir más tarde el análisis de la cadena y la prevención de pérdidas después de la cosecha. 

La construcción del invernadero de demostración e investigación ahora se ofrece a las empresas holandesas interesadas. Los expertos de la Wageningen y el personal del CHA también están trabajando en el desarrollo de un curso de formación de dos años para personal de invernaderos más avanzados. El proyecto actual se completará en julio de 2018. Antes de ello, las partes involucradas buscarán financiación para más actividades.

Projectos exitosos de horticultura
El proyecto de Agadir muestra cómo se integra la experiencia complementaria en diferentes disciplinas de investigación en la Wageningen en los proyectos exitosos de horticultura en todo el mundo. El departamento de investigación de plantas de la Wageningen ha contribuido a la creación de varios centros de enseñanza, como por ejemplo, en México, Chile, Oriente Medio, Arabia Saudí en Dubái. “También estamos trabajando en optimizar los sistemas de invernaderos en Indonesia, Turquía, China, Argentina y Australia. Hacemos muchos proyectos de este tipo, a veces con otros departamentos, como el de investigación económica de la Wageningen y el de investigación medioambiental de la Wageningen”, añade Stanghellini. 

Ruijs y sus colegas del departamento de investigación económica de la Wageningen estudian los mercados locales, regionales e internacionales, analizan las cadenas de suministro y estudian el impacto socioeconómico en, por ejemplo, el mercado laboral local. “No es solo tecnología y productividad, sino que la calidad también es importante. Por ello, vemos las posibilidades para productos de alta calidad y diferentes sectores de mercado. En Agadir, se pueden pedir precios más altos para según qué variedades de tomates, ya que los restaurantes y los hoteles están dispuestos a pagar más”. 

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