sábado, 27 de febrero de 2021

Gobierno y campo, encrucijada clave

 50 mayores exportadores que cobra retencio­nes a las exportaciones, cuya posible suba de­sató una nueva polémica entre el Gobierno y el campo, finalmente zanjada tras una reunión de las en­tidades del agro con el presidente Alberto Fernández.

El Gobierno considera que los derechos de expor­tación ayudan a bajar el precio de los alimentos, por un factor llamado “desacople”, pero existe una fuerte polémica sobre ese supuesto teórico, de acuerdo con la fuente que se consulte.
Los sectores más liberales sostienen que se trata de un impuesto que era útil en la economía básica del siglo XIX, cuando se gravaba el flujo de ven­ta de mercadería al exterior que estaba cerca del consumidor. 
Pero advierten que ese esque­ma ahora cambió: de los 50 prin­cipales países exportadores del mundo, Argentina es una de las cinco naciones que gravan sus ex­portaciones, junto con Rusia, In­donesia, Kazajistán y Uzbekistán.
Lo indicó en un estudio la en­tidad cooperativista Coninagro, que integra la Comisión de Enla­ce, en el cual se señala, además, que los países vecinos no cobran impuestos a sus exportaciones.
El sector productivo agropecuario argentino, ade­más de aportar retenciones, entregará divisas de ex­portación este 2021 por unos US$38.000 millones este año.
“Creemos que hay un afán recaudatorio por parte del Estado sobre un sector, en el que el 90 o 95% de su producción va a la exportación”, sostuvo el presiden­te de Coninagro, Carlos Iannizzotto, en diálogo con la agencia NA. 
El dirigente señaló que “por estos días observamos aumentos en combustibles y servicios, más una ele­vada presión tributaria, y este escenario lo que hace es debilitar la confianza en el hombre de campo que tra­baja sobre la especificidad de ciclos productivos, pues­to que pierde previsibilidad”. 
“Está bien lo que dice el Presidente de cuidar la mesa de los argentinos, pero también está bien cuidar a los que producen, al comerciante que levanta las persianas de sus negocios, no demonicemos a la exportación”, pidió Iannizzotto. 
El titular de la entidad que enrola a las cooperativas agropecuarias sostuvo: “Nosotros no somos Gobierno, aunque es bueno que resolvamos los problemas jun­tos”.
Añadió que la formación de pre­cios tiene causas múltiples, pero se preguntó: “¿El gasto público quién lo controla?”.
“Para la problemática de los precios del mercado local, emerge como alternativa eficiente el siste­ma cooperativo, donde convergen los sectores productivos, industrial y comercial. Creemos que el sector de la Economía Social, al valorar de igual medida a esas tres cadenas integradas por productores, puede colaborar en la transparencia de la cadena de valor”, señaló. 
Entre quienes critican la utilización de retenciones como herramienta para bajar los precios, señalan que la producción agropecuaria se volvió más sofisticada, con actores industriales, logística y cadenas de comer­cialización que alejan el rol de la materia del precio fi­nal en góndola. 
Nuevamente la relación del Gobierno nacional con el campo pone a prueba la habilidad política de los fun­cionarios para marcar una salida a la crisis, que el sec­tor productivo tiene bajo sus hombros una historia de trabajo y aporte significativo para superar coyunturas complejas. Quedará en la decisión de quienes adminis­tran la cosa pública, entender que el país está forjado con la impronta que da el trabajo de la tierra.s
Política: 3 a 7. Actualidad: 8 a 10. Información General: 11 a 13. Policiales: 14 a 16. Depor­tes: 17 a 19. Clasificados y Servicios: 20 a 23. Contratapa: 24.
El titular de la entidad que enrola a las coope­rativas agropecuarias sostuvo: Gobierno y campo, encrucijada clave
La Argentina es uno de los cinco países entre los 50 mayores exportadores que cobra retencio­nes a las exportaciones, cuya posible suba de­sató una nueva polémica entre el Gobierno y el campo, finalmente zanjada tras una reunión de las en­tidades del agro con el presidente Alberto Fernández.
El Gobierno considera que los derechos de expor­tación ayudan a bajar el precio de los alimentos, por un factor llamado “desacople”, pero existe una fuerte polémica sobre ese supuesto teórico, de acuerdo con la fuente que se consulte.
Los sectores más liberales sostienen que se trata de un impuesto que era útil en la economía básica del siglo XIX, cuando se gravaba el flujo de ven­ta de mercadería al exterior que estaba cerca del consumidor. 
Pero advierten que ese esque­ma ahora cambió: de los 50 prin­cipales países exportadores del mundo, Argentina es una de las cinco naciones que gravan sus ex­portaciones, junto con Rusia, In­donesia, Kazajistán y Uzbekistán.
Lo indicó en un estudio la en­tidad cooperativista Coninagro, que integra la Comisión de Enla­ce, en el cual se señala, además, que los países vecinos no cobran impuestos a sus exportaciones.
El sector productivo agropecuario argentino, ade­más de aportar retenciones, entregará divisas de ex­portación este 2021 por unos US$38.000 millones este año.
“Creemos que hay un afán recaudatorio por parte del Estado sobre un sector, en el que el 90 o 95% de su producción va a la exportación”, sostuvo el presiden­te de Coninagro, Carlos Iannizzotto, en diálogo con la agencia NA. 
El dirigente señaló que “por estos días observamos aumentos en combustibles y servicios, más una ele­vada presión tributaria, y este escenario lo que hace es debilitar la confianza en el hombre de campo que tra­baja sobre la especificidad de ciclos productivos, pues­to que pierde previsibilidad”. 
“Está bien lo que dice el Presidente de cuidar la mesa de los argentinos, pero también está bien cuidar a los que producen, al comerciante que levanta las persianas de sus negocios, no demonicemos a la exportación”, pidió Iannizzotto. 
El titular de la entidad que enrola a las cooperativas agropecuarias sostuvo: “Nosotros no somos Gobierno, aunque es bueno que resolvamos los problemas jun­tos”.
Añadió que la formación de pre­cios tiene causas múltiples, pero se preguntó: “¿El gasto público quién lo controla?”.
“Para la problemática de los precios del mercado local, emerge como alternativa eficiente el siste­ma cooperativo, donde convergen los sectores productivos, industrial y comercial. Creemos que el sector de la Economía Social, al valorar de igual medida a esas tres cadenas integradas por productores, puede colaborar en la transparencia de la cadena de valor”, señaló. 
Entre quienes critican la utilización de retenciones como herramienta para bajar los precios, señalan que la producción agropecuaria se volvió más sofisticada, con actores industriales, logística y cadenas de comer­cialización que alejan el rol de la materia del precio fi­nal en góndola. 
Nuevamente la relación del Gobierno nacional con el campo pone a prueba la habilidad política de los fun­cionarios para marcar una salida a la crisis, que el sec­tor productivo tiene bajo sus hombros una historia de trabajo y aporte significativo para superar coyunturas complejas. Quedará en la decisión de quienes adminis­tran la cosa pública, entender que el país está forjado con la impronta que da el trabajo de la tierra

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