jueves, 25 de febrero de 2021

Algunas consideraciones sobre la importancia de los lechones de bajo peso y su relación con la productividad

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La eficiencia reproductiva en una granja varía debido a condiciones ambientales, a aspectos genéticos y factores relacionados con los cuidados que se tengan en la granja (el bienestar que se proporciona a la cerda y su camada). También se debe considerar que la eficiencia de cada cerda y por tanto la productividad de la piara son dependientes de su fecundidad, potencial de fertilización y del peso individual de los lechones al nacer y al destete. Como punto de evaluación de los anterior se ha escogido como variable de evaluación la media de lechones destetados por hembra al año (LDHA) que es un buen indicador de la productividad del hato (no así de la hembra individualmente) y aunada al peso del lechón al destete (PD) contienen información de varios aspectos zootécnicos (cuidados/bienestar).


Diversos análisis de regresión múltiple relacionan estas dos variables con 42 condiciones que se dan en la granja, algunas tan difíciles de asocciar o medir como la humedad en la maternidad, el día de castración, el tipo de desinfectante que se emplea en los parideros, el tipo de aislante en los techos y otras más; sin embargo, también aparecen condiciones que nos son mucho más conocidas y cuyo impacto sobre el peso al destete es mayor, como los días de lactancia (<21; >28, “ni pocos, ni muchos”), el número de parto de la hembra (especialmente en el caso de las primíparas), el consumo diario de alimento real por la cerda, el número de nacidos por camada, por lo tanto el peso de los lechones al nacer, en este último caso la dispersión del peso dentro de la camada representa un mayor impacto sobre LDHA y PD y la mortalidad (Pierozan et al. 2020).


La mejora genómica en los últimos años ha traído consigo lo que conocemos como hembras “hiperprólificas”, lo cual se ha logrado por aumentos en la tasa de ovulación y la sobrevivencia embrionaria, sin que estemos seguros que la capacidad uterina también se ha aumentado. El tamaño de camada ha aumentado por otros esfuerzos, como: 

  • Avances en el conocimiento de la fisiología reproductiva de la hembra.
  • Procesos de detección del celo.

  • Inseminación artificial

  • Programas específicos de inseminación dependiendo de las características del individuo.

  • Tipos de inseminación artificial.


Esta mayor cantidad de embriones/fetos requiere de mejores condiciones en el ambiente uterino de la hembra, ya que la competencia entre los fetos por nutrientes y oxigeno es mayor, lo que origina una tendencia a disminución de peso en algunos productos y una mayor variabilidad (dispersión) en el peso al nacer (Lanferdinia et al. 2018).


Por tanto, la selección para mayor tamaño de camada, ha traído consigo un mayor número de lechones de bajo peso –que solo son aquellos con una desviación estándar por abajo del peso promedio en la granja- que acarrea una mayor mortalidad y un menor crecimiento en lactancia de algunos individuos (Figura 1) (Madsen et al. 2018).



El marcado incremento en tasa de ovulación asociado a un modesto o buen incremento en la sobrevivencia embrionaria en el periodo pos implantación (25-30 días de gestación), parece exceder la capacidad uterina de la cerda, causando un efecto de hacinamiento de los embriones (HIU), especialmente cuando exceden de 15. Este hacinamiento hace dos cosas: al inicio de la gestación los embriones compitan por factores o elementos bioquímicos necesarios para su desarrollo y en las etapas finales de la gestación no tienen todos ellos una superficie adecuada para el intercambio de nutrientes con la madre, y ambos aspectos resultan en el nacimiento de lechones de bajo peso. Debido al gran tamaño de camada, el HIU se agrava en una cría moderna donde hay camadas con mayor heterogeneidad de los pesos al nacer y un mayor número de lechones con un impacto en  vitalidad y mortalidad (Van del Hole et al., 2019).


Si bien, la circulación uterina se incrementa a mayor cantidad de fetos, esto no es proporcional, existiendo una disminución en el flujo sanguíneo, en el acceso al oxígeno y a nutrientes para algunos productos. También se ha visto que el crecimiento fetal homogéneo es dependiente del crecimiento placentario y un incremento; el hacinamiento después del día 30 de gestación  tiene consecuencias en el desarrollo placentario, especialmente en el volumen de la placenta, y si no existe un mecanismo compensatorio en la etapa pos implantación se afecta el desarrollo embrionario a manera análoga a la del factor de restricción del crecimiento uterino (IUGR).


Hasta aquí podemos entender las situaciones relacionadas con el mayor tamaño de camada y las condiciones de los lechones, ahora es importante hacer unas reflexiones sobre las condiciones que afectan a los lechones de bajo peso que no nos permiten cumplir con las metas de LDHA y PD.


Algunas condiciones de los lechones con bajo peso


A continuación se harán algunos señalamientos de las condiciones que tienen estos lechones de bajo peso.


Se conoce que la sobrevivencia y crecimiento de los lechones de bajo peso no corresponde exclusivamente a dicho peso, sino que está relacionado a un desarrollo de fibras musculares. El período temprano de la miogénesis, donde ocurre la diferenciación de las fibras musculares primarias parece ser resistente a manipulación nutricional, mientras que los efectos nutricionales sobre la diferenciación y hiperplasia de fibras secundarias se han demostrado entre el día 25 a 90 de gestación (Foxcroft and Town, 2007).


El aumento de lechones de bajo peso alarma a los productores, pues asumen que estos lechones van a morir todos y no tienen “remedio” ni caso hacer nada; en cierta forma tienen razón, pero no todos los lechones de bajo peso están condenados a morir. Se ha demostrado que un 20% de los lechones catalogados como de bajo peso al destete están en un rango intermedio de peso (Rendón et al., 2016).


La mortalidad de estos lechones tiene ciertas explicaciones, por ejemplo se conoce que el peso de los lechones está correlacionado positivamente con el peso de todos los órganos, excepto el cerebro, siendo más contundente sobre el peso del hígado y del intestino. Para entender mejor lo que se puede hacer con los lechones de bajo peso (<1 kg) son necesarios estudios continuos a nivel de campo.


Otro aspecto que es importante tomar en cuenta que la situación del incremento del  nacimiento de lechones con bajo peso está muy relacionada con las elevadas tasas de reposición en las granjas, donde eso nos lleva a tener un 25 a 30 % de cerdas jóvenes pariendo todo el tiempo. Se ha demostrado que lechones de camadas de hembras primerizas tienen menores pesos al nacer, mayor dispersión de peso y menor calificación de vitalidad que en hembras de segundo a quinto parto (Roldan et al., 2019).


La selección para grandes las camadas ha exacerbado la deficiencia de energía “natural” al nacer. Además, la producción de leche y el número de las tetas funcionales no se han aumentado linealmente con el tamaño de la camada Como tal, un tamaño de camada más grande no sólo aumenta la competencia por la leche dentro de una camada, también pone a los lechones con un bajo peso al nacer en desventaja con respecto a la ingesta de leche. Además, los lechones con un bajo peso al nacer tienen una mayor necesidad de energía por kg de peso al nacer, porque su la relación superficie-volumen los hace más propensos a la pérdida de calor y tienen que asignar más energía para mantener la homeotermia. Los lechones con bajo peso nacen con una menor concentración de glicógeno en el músculo esquelético e hígado, esto dificulta realizar esfuerzos y contraer músculos para desplazarse y competir por una teta lo que a su vez trae como consecuencia una menor ingesta de leche (glucosa). Se ha demostrado que al comparar lechones de bajo peso con lechones de peso adecuado, al momento de nacer las diferencias en glicógeno hepático y en músculo prácticamente no existen, pero a las 96 horas de nacidos estas diferencias son marcadas entre los dos tipo de lechones (Van del Hole et al., 2019), esto señala la importancia de una identificación rápida de estos animales y la toma de medidas antes de que mueran o su crecimiento quede comprometido hasta el destete.


Como se observa las condiciones de los lechones nacidos con bajo peso en camadas numerosas explican ampliamente el porqué de su mortalidad y su menor crecimiento durante la lactancia, lo que repercute en LDHA y PD, variables en las cuales México se ve por debajo de otros países de América Latina. Los lechones de bajo peso están aquí y de momento estamos obligados a trabajar con ellos.


Como reducir el efecto de la dispersión de peso para lograr LDHA y PD


En primer lugar  es necesario puntualizar que el tamaño de las camadas de cerdas de genética mejorada comercial no va a disminuir; los esfuerzos para lograr esa mejora han sido muchos y en muchos países donde se tienen cuidados con las condiciones de crianza no representa un problema; el tamaño de la camada no va a bajar porque en una granja específica no existen las capacidades para implementar dichos cuidados. Sin embargo, se están haciendo esfuerzos para resolver la dispersión de pesos y la existencia de lechones de bajo peso en diferentes niveles.


En primer lugar está el trabajo de las casas genéticas que por una parte están incorporando la dispersión de pesos en sus índices de selección y por otra parte se estudian genes candidatos para mejorar la habilidad materna y el número de destetados, tales como los siguientes: FOSB, CD38, Grb10, OXTR, OXT, AVP, EST


Posteriormente se puede aterrizar la idea de que es importante tener cuidados especiales con las hembras reproductoras para mejorar las condiciones placentarias. Por ejemplo en la alimentación tradicional en gestación, las demandas de las estructuras placentarias sólo son atendidas con un leve aumento de la ingesta de un mismo alimento, sin considerar que  se requiere de sustratos específicos como la suplementación con L-arginina, L-glutamina, L-alanina, que favorezcan un apropiado desarrollo angiogénico y vasculogénico placentario esto especialmente en el periodo pos implantación.


Otros aspectos tienen que ver con la identificación y los cuidados de los lechones de bajo peso, por ejemplo:


Recientemente ha ganado interés el empleo de suplementos, como substitutos lácteos a los que se les agrega arginina, lo que estimula en el músculo a la síntesis de proteína y resulta en un aumento de peso. También se ha trabajado en la suplementación de carnitina que se asocia a un a estimulación en la hiperplasia de la fibra muscular. Resultados de dichos estudio indican que se ha observado una expresión mejorada de un gen relacionado a la síntesis de proteína en animales en los que agregó arginina en el substituto lácteo. Otros resultados indican que la suplementación combinada de carnitina y arginina trae beneficios en promover la maduración del músculo (Madsen et al., 2018).


También existen trabajos con suplementos a base de ácidos orgánicos (caprilico, caprico, laurico, oleico, etc.) o con suplementos energéticos comerciales, que si bien están más enfocados a reducir la mortalidad que en estimular el crecimiento, son de utilidad en las granjas con problemas de lechones de bajo peso. Los aportes de una fuente energética se presentan en la tabla 1.


Y por último y tal vez más importante son los cuidados que se pueden tener en las  granjas para este tipo de lechones y sus madres. Algunas condiciones o reflexiones que debemos tomar en cuenta para reducir la mortalidad de lechones de bajo peso son:
 

  • La hembra hiperprolífica, requiere un manejo altamente profesional para evitar pérdidas durante la lactancia. Especialmente en aspectos nutricionales, no basta con echarle la ración de siempre.

  • Es necesario desarrollar procedimientos que permitan asegurarse que un lechón no es viable; el peso al nacer por si solo NO es confiable.

  • El peso promedio de la camada no es un indicador de la condición de la camada.

  • Los lechones de bajo peso en camadas numerosas requieren cuidados especiales durante sus etapas iniciales de crecimiento, muchos pueden salvarse y no son “caso perdido”.

  • Especialmente los lechones de bajo peso hijos de cerdas primíparas requieren de cuidados especiales.

  • Debo asegurar el consumo de calostro de estos lechones, por lo tanto se requiere supervisión y por lo tanto capacitación de los trabajadores.

  • Las adopciones, como sean, incrementan la mortalidad de los lechones de bajo peso.

  • Por último quiero hacer énfasis que la producción rentable no solo es volumen. “La porcicultura es trabajo”.


Por último algunos podrían argumentar que esos cuidados representan gastos que incrementan el costo de producción y disminuyen las utilidades, pero que mayor impacto en el costo de producción que perder tres o cuatro lechones por camada.


Referencias


Foxcroft GR and Susanna C. Town SC. Prenatal Programming of Postnatal Performance – the Unseen Cause of Variance.  Swine Reproduction-Development Program, Swine Research & Technology Centre, 4-10 Agriculture/Forestry Centre, University of Alberta, Edmonton,


Lanferdinia E, Andretta I, L.S. Fonsecaca LS,  Moreira FHS,  Cantarelli VS, Ferreira RA, Saraiva A, Abreu MLT. Piglet birth weight, subsequent performance, carcass traits and pork quality:A meta-analytical study. Livestock Science 214 (2018) 175–179


Madsen JG, Mueller S, Kreuzer M, Bigler MB, Silacci P and G. Bee G. Milk replacers supplemented with either L-arginine or L-carnitine potentially improve muscle maturation of early reared low birth weight piglets from hyperprolific sows. Animal (2018), 12:1, pp 43–53


Pierozan CR, Callegari MA, Dias CP, K. L. de Souza KL, J. Gasa J and da Silva CA. Pig Herd-level factors associated with piglet weight at weaning, kilograms of piglets weaned per sow per year and sow feed conversion Animal (2020), 14:6, pp 1283–1292


Rendón del Águila JU, Martínez-Gamba R, Herradora LMA,   Alonso-Spilsbury M. (2017) Efecto del peso al nacer, tamaño de camada y posición en la ubre sobre el crecimiento de cerdos durante la lactancia y engorda.  Rev Mex Cienc Pecu 2017; 8 (1):75-81


Roldán SP, Martínez-Burnes J, López MA, Ramírez-Necoechea R, Mota-Rojas D.
Relationship of vitality and weight with the temperature of newborn piglets
born to sows of different parity. Livestock Science 220 (2019) 26–31.

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