domingo, 29 de julio de 2018

“Normas del agua aún no se adapan a la realidad”


Ricardo Velimirovic teme que se vaya a aplicar una normativa que no contempla las situaciones particulares de la actividad frutihortícola en torno a ciudades como Mar del Plata.
En diálogo con LA CAPITAL Campo, Ricardo Velimirovic, presidente de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredon, y a la vez especialista en riego, se refirió al reciente encuentro entre funcionarios de once municipalidades del sudeste bonaerense, técnicos y productores que tuvo lugar en el Concejo Deliberante de Mar del Plata, convocado por la delegación municipal de Sierra de los Padres y la oficina del ADA en la región.
En principio destacó la conveniencia del diálogo entre todos los organismos involucrados para alcanzar coincidencias, si bien luego se mostró extrañado de que se hubiera organizado una jornada de trabajo en el Concejo Deliberante de General Pueyrredon, sin tener conocimiento, aparentemente, de que tiempo atrás ya se había desarrollado una similar con alcance provincial y tras un llamado del ADA a nivel provincial, y en la que él había participado.
“Se habrían combinado algunos cambios y la falta de comunicación, pero estos problemas seguramente se irán superando en el futuro”, apostó el representante de los productores.
Falencias
“Pero lo más importante y que preocupa -agregó- es que se vaya a aplicar una normativa que tiene falencias y que no contempla las situaciones particulares de la actividad frutihortícola en torno de ciudades como la de Mar del Plata”.
Y citó algunos ejemplos. La gestión para lograr la autorización puede llegar a demandar un tiempo de más de un semestre cuando un período de producción pactado suele ser de un año. Aquí la incompatibilidad se hace evidente.
Tampoco se observa que se estimule el riego por goteo, eficaz en términos productivos y que, para mejor, requiere menos consumo, mientras se pone el acento en el riego por aspersión.
Otro aspecto a revisar es el del cobro según el número de bombas de extracción que se utilizan.
Simplemente se cobra por el número de bombas utilizadas, cuando en explotaciones frutihortícolas se recurre a artefactos de menos potencia por razones de eficiencia, y así el consumo es menor aún cuando se emplee más de uno en un mismo establecimiento.

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