Las exportaciones de peras y manzanas hacia los mercados de ultramar totalizaron, al cierre del mes pasado, las 189.612 toneladas. La cifra refleja una caída interanual del orden del 12% y toca nuevos mínimos de las últimas dos décadas.
Las estadísticas, que fueron presentadas días atrás por la terminal portuaria Patagonia Norte, destacan que los embarques de peras alcanzaron en estos primeros nueve meses las 152.798 toneladas, mostrando un retroceso del 13% en relación al mismo período del año anterior. Por su parte las manzanas mostraron una caída del 10% con unas 36.814 toneladas colocadas en ultramar.
Los datos están dentro de la tendencia que proyectaban los exportadores para inicios de la temporada. Problemas de calidad, volumen de cosecha y pérdida de competitividad han sido claves para definir este retroceso en las ventas de frutas.
Sólo Rusia mostró, dentro de los mercados que mueven volumen, una mejora en sus importaciones. Según el informe de Patagonia Norte, las exportaciones regionales de peras hacia ese destino totalizaron en lo que va del año 69.466 toneladas, mostrando un salto interanual del 12%; mientras que las de manzana alcanzaron las 10.495 toneladas, con un incremento marginal del 2% respecto del mismo período de 2016.
Cabe destacar que la estadística de Patagonia Norte contempla la salida de fruta desde el puerto rionegrino de San Antonio y en de bahía Blanca. Ambos concentran más del 80% del total de las exportaciones a ultramar de peras y manzanas del país.
Algunas explicaciones
El sistema frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén se encuentra sumergido en una crisis estructural y todo indica que no ha tocado fondo.
Las exportaciones durante 2017 son las menores de las últimas décadas, las ventas al mercado interno comenzaron a caer, y la industria de concentrados -aliada estratégica durante años del sistema frutícola- está literalmente desapareciendo de la región por la alta estructura de costos que presenta.
El panorama para la actividad para la próxima temporada no tendrá grandes modificaciones. Las expectativas del sector están puestas en cambios sobre la política macroeconómica del país, que le permita al sector poder recomponer su estructura de costos para salir a competir nuevamente en el mercado externo.
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