martes, 13 de junio de 2017

Chile: Sistemas de alta eficiencia productiva en cerezo y ciruelo



La mano de obra agrícola requerida por los cultivos de cerezos y ciruelos es una preocupación en nuestro país. Esto se debe a su baja disponibilidad y poca capacitación, sumado a la falta de sistemas productivos enfocados en mejorar su eficiencia. Solo este ítem representa el 60% de los costos totales de producción en Chile. Considerando que se estima hoy más de 40 mil hectáreas plantadas de cerezas al 2017, cuyo volumen se estima en 202 millones de kilos lo que requiere 55 mil cosechadores que no existen.

En 2014 la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, apoyó el proyecto “Desarrollo y optimización de sistemas de alta eficiencia productiva en cerezos y ciruelos, mediante estaciones experimentales y transferencia tecnológica especializada”. Iniciativa que cerró hoy a través de su ejecutor, Patricio Espinosa, en el Club La Unión en Curicó, donde se mostraron resultados y luego en San Fernando se visitó una de sus estaciones.

“En Chile cada año se hacía más evidente el problema de la baja disponibilidad y poca capacitación de la mano de obra agrícola. Se ha calculado en más de 24 mil los trabajadores que hacen falta en distintos cultivos a nivel preliminar, otras fuentes mencionan que existe un 40% menos de gente trabajando en los campos que el año anterior”, explica Patricio Espinosa sobre un artículo de Fedefruta, “los sectores más afectados por esta situación y que presentan la mayor alza de costos salariales son las producciones de cerezas, manzanas y peras”, agregó.

Durante tres años se estudiaron seis sistemas de conducción de alta eficiencia productiva, con 20 productores que abarcan desde VI a VIII región, los cuales poseen un potencial de superficie plantable cercana a las 5 mil hectáreas. Además, el proyecto contó con asociados que están a la vanguardia en términos de conocimiento tecnológico, tales como la Universidad de Concepción e investigadores de gran prestigio, como Lynn Long, de la Universidad de Oregon, Matthew Withing, de la Universidad de Washington, Gregory Lang, de la Universidad de Michigan, y Terence Robinson, de la Universidad de Cornell.

Se contemplaron jornadas y días de campo, en donde se hizo transferencia de conocimiento a los agricultores, mediante la entrega de un paquete tecnológico innovador. Los sistemas de conducción desarrollados en estos cultivos correspondieron al KGB (Kym Green Bush) sistema peatonal por excelencia, ya que se cosecha el 80% de la fruta sin el uso de escaleras; UFO (Upright fruiting off shoot) que posee una arquitectura que favorece la sistematización de la poda, formación de los árboles y gran eficiencia en los volúmenes de mojamientos empleados; UFO V (Upright fruiting off shoot V) crecimiento en forma de “V” que favorece la dilución del vigor en combinaciones vigorosas, elevado potencial productivo y facilidad de cosecha; y SSA (Super Slender Axes) con elevado número de plantas por hectárea; B – AXIS modificación del sistema SSA con claras ventajas en la disminución del número de plantas requeridas por hectárea, en la dilución del vigor; y el TSA (Tall Spendle axes) facilita la regulación de carga, lo que favorece el calibre de la fruta.

“Este proyecto está dirigido a productores nacionales de ciruelas y cerezas, especialmente de las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío”, enfatizó María José Etchegaray, directora ejecutiva de FIA y agregó que, “la evaluación de seis sistemas de conducción de alta eficiencia productiva permiten finalmente sistematizar las labores en el campo, reducen además los costos de producción -en particular aquellos asociados a mano de obra-, aumentan rendimiento y mejoran la calidad, tamaño y condición de la fruta, generando un negocio más competitivo y mejor adaptado a las exigencias actuales para nuestro país”.

El principal sector de la fruticultura
Los embarques de cereza cerraron el 2016 con un volumen cercano a 95.000 toneladas, cifra que representa un alza de casi 14% respecto del año anterior, según las estimaciones de Fedefruta. Durante los últimos 8 años, el volumen de envíos ha crecido de manera significativa, a pesar del impacto de los fríos inviernos, heladas en primavera y las lluvias durante la cosecha que se han registrado en el último tiempo.

En cuanto a mercados, China sigue siendo el principal consumidor de esta fruta nacional. El año 2015 importó más del 84% de la producción anual.

De acuerdo al Catastro Frutícola de CIREN- ODEPA, y las plantas comercializadas por los viveros en los últimos años, se estima que la superficie plantada con esta fruta es cercana a las 30.000 hectáreas. Esta cifra permite estimar, en base a lo exportado en la temporada anterior, que la oferta potencial para 2016/2017, de no ocurrir situaciones climáticas adversas o de otro tipo, tendría una base que supera las 220 mil toneladas para envíos al exterior.

Producto de lo anterior, María José Etchegaray afirma que “muchos sistemas de conducción fracasan al no disponer de la información necesaria que asegure las respuesta esperada bajo nuestras condiciones de clima, suelo, luminosidad, determinantes luego en la potencial productivo de los huertos, precocidad y calidad superior de la fruta. Por eso es importante relevar iniciativas como éstas, que buscan apoyar a un sector de la fruticultura muy importante en Chile”, concluyó, relevando el trabajo mancomundao entre el sector privado, investigación y Estado, con un rol activo del sector productivo en la implementación y evaluación de los sistemas de conducción, y de diseño de huertos abordados en esta iniciativa.

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