martes, 15 de agosto de 2017

Uso del estiércol sólido porcino como abono orgánico para una porcicultura sustentable


La crianza intensivas de cerdos en confinamiento de forma significativa al medio ambiente en el que se desenvuelve, mayormente por la presencia del estiércol porcino.
Resumen
La investigación tuvo como objetivo evaluar las bondades del estiércol sólido porcino como abono orgánico, medido a través del rendimiento forrajero, valor nutricional de la planta, propiedades fisicoquímicas del suelo post cosecha, costo de producción y beneficio neto del maíz chala. Para lo cual se planteó tres tratamientos: fertilizante químico (Control, T1), estiércol sólido porcino (T2) y fertilizante químico + estiércol sólido porcino (T3). El análisis de varianza para el rendimiento forrajero se realizó a través de un Diseño de Bloques Completamente al Azar (DBCA) y la prueba de Duncan (p<0 .05="" a="" an="" beneficio="" costo="" de="" del="" econ="" el="" estad="" fisicoqu="" forrajero="" la="" laboratorio="" las="" lisis="" micas="" mico.="" n="" neto="" no="" nutricional="" obtuvo="" p="" planta="" producci="" propiedades="" rendimiento="" result="" s="" se="" significativo="" sticamente="" suelo="" trav="" un="" valor="" y="">0.05), entre los tres tratamiento; sin embargo, se tuvo mayores valores con el tratamiento T2, 1.08 kg de peso fresco por planta y 73.8 t por hectárea, con una diferencia de 5 t con referencia al menor valor del tratamiento T1. El mayor valor nutricional de la planta, se obtuvo con el tratamiento T3, 10.5% proteína cruda, 1.6% grasa, 25.4% fibra cruda y 54.8% fibra detergente neutra. Mejores propiedades fisicoquímicas del suelo post cosecha se obtuvo con el tratamiento T2, 2.56% materia orgánica, 59.4 ppm fosforo, 230 ppm potasio. La mayor rentabilidad de la producción de forraje se obtuvo con el tratamiento T2, S/. 3858.60 de costo de producción y S/4270.40 de beneficio neto por hectárea.
I. Introducción
La crianza intensiva de cerdos en confinamiento impacta de forma significativa al medio ambiente en el que se desenvuelve, mayormente por la presencia del estiércol porcino, principal componente de las aguas residuales generadas en las granjas porcinas como resultado del proceso productivo. En los últimos años se viene observando el crecimiento del tamaño de las granjas y la implementación de nuevas, sobre todo en la costa central, lo cual ha traído consigo el aumento del volumen de estiércol producido, el mismo que en la mayoría de las granjas no está siendo adecuadamente manejada, lo cual impacta negativamente al medio ambiente, perjudicando el medio hídrico, atmosférico y suelo (Pinos et al., 2012). Por sus efectos contaminantes y emisión de olores desagradables, el estiércol porcino pone en riesgo la permanencia de las granjas en ciertos lugares, por denuncias y reclamos de los pobladores ante las autoridades municipales y ambientales; sin embargo, hay varias alternativas de uso racional de éste, los cuales pueden minimizar su efecto contaminante, una de ellos es el uso del estiércol sólido porcino como abono orgánico, el mismo que al ser usado como fertilizante en diversos cultivos, es más amigable con el medio ambiente, da valor agregado a un residuo muchas veces no aprovechado, es más económico que los fertilizantes sintéticos y posibilita desarrollar actividades productivas sustentables. Bajo este concepto, se planteó el presente trabajo de investigación que ha tenido como objetivo el uso del estiércol sólido porcino como abono orgánico del maíz chala.
2. Materiales y Métodos 
2.1. Área de estudio y duración.
2.7. Diseño estadístico. El análisis estadístico se realizó bajo el Diseño de Bloques Completamente al Azar (DBCA). El bloque se basó por el nivel de infiltración de agua. Las comparaciones de medias de los tratamientos se realizaron a través de la prueba de Duncan. 3. Resultados y Discusión 3.1. Rendimiento forrajero. – Peso Fresco de Planta. Los pesos obtenidos fueron: 1.01, 1.08 y 1.05 Kg para el tratamiento T1, T2 y T3, respectivamente (figura 1); no existiendo diferencia estadística significativa (p>0.05) entre los tratamientos. Sin embargo, se observa una diferencia de 70 g entre el tratamiento T2 y T1, que equivale a 7% respecto al primero. López et al., (2001) mencionan que el uso de abonos orgánicos incrementan la producción más que los fertilizantes químicos, porque mejoran las propiedades del suelo y aportan buena cantidad de materia orgánica.
El estudio se realizó en el área agrícola de la empresa porcina Inversiones Analau S.A.C. ubicada en el Km 32 de la panamericana sur, distrito de Pachacámac, provincia de Lima, a una altitud de 73 msnm, latitud sur 12° 13´ 43” y longitud oeste 76° 51´ 35”. La duración fue de 6 meses, de febrero a julio del 2016.
2.2. Análisis de laboratorio.
– Composición química del estiércol sólido porcino.
Se recolectó muestras de estiércol del estercolero, lugar donde se deposita el estiércol que viene de todas las áreas de la granja. El estiércol sólido se obtuvo a través de una máquina que separan sólido y líquido. Dichas muestras se enviaron para su respectivo análisis químico al laboratorio de análisis de suelos de la UNALM (Cuadro 1).
– Análisis del suelo – caracterización.
Se tomó muestras de suelo antes de la siembra de todo el campo experimental para respectiva caracterización (Cuadro 2). Luego de la cosecha se tomaron muestras de suelo de cada uno de los tratamientos. Dichas muestras fueron analizadas en el laboratorio de análisis de suelos de la UNALM.
– Análisis nutricional de la planta
4. Conclusiones Para peso fresco por planta y hectárea, estadísticamente no se encontraron diferencias significativas (p>0.05) entre los tratamientos; sin embargo, el tratamiento T2 tuvo mayor peso individual (70 g) y por hectárea (5 t), con respecto al tratamiento T1. El tratamiento T3 aportó un mayor valor nutricional a la planta, 10.5 % proteína cruda, 1.6% grasa, 25.4% fibra cruda y 54.8% fibra detergente neutra. Posterior a la cosecha, mejores propiedades fisicoquímica del suelo, se tuvo con el tratamiento T2, 2.56% materia orgánica, 59.4 ppm fósforo, 230 ppm potasio y clase textural (franco). Menores valores dejo el tratamiento T1. La mejor rentabilidad para la producción de maíz chala se logró con el tratamiento T2, con un costo de producción de S/. 3858.60, beneficio económico neto de S/. 4270.40 e índice de rentabilidad de 111%. La menor rentabilidad se tuvo en el tratamiento T1.
Se tomaron 10 plantas al azar por cada tratamiento, en un periodo vegetativo (grano pastoso), posteriormente fueron picadas y mezcladas homogéneamente para luego tomar 1 kg de muestra por tratamiento. Dichas muestras fueron analizadas en el laboratorio de evaluación nutricional de alimentos de la UNALM.
2.3. Tratamientos y distribución.
Se tuvo tres tratamientos: tratamiento control T1 (fertilizante químico), tratamiento T2 (estiércol sólido porcino) y tratamiento T3 (fertilizante químico + estiércol sólido porcino). Se utilizó 15 parcelas, 5 parcelas por tratamiento, distribuidos al azar. Cada parcela tuvo un área de 30 m2 (6 x 5 m).
2.4. Aplicación de los abonos
– Fertilizante químico
Se aplicó la relación 200-80-80 Kg/ha de N, P, K respectivamente, en dos etapas. La primera dosis se aplicó a los 10 días post siembra, relación 100-80-80 Kg/ha de N, P, K, y la segunda dosis se aplicó a los 30 días post siembra, 100 Kg/ha de N.
– Estiércol sólido porcino
Se aplicó el equivalente a 12 t/ha de estiércol sólido, por única vez, dos semanas antes de la siembra. La aplicación consistió en esparcir el abono en los surcos y mezclarlos con el suelo.
– Fertilizante químico más estiércol sólido porcino
Se aplicó el equivalente a 6 t/ha de estiércol sólido al suelo por única vez, dos semanas antes de la siembra y el fertilizante químico se suministró en dos dosis, la primera a los 10 días post siembra, relación de 50-40-40 Kg/ha de N, P, K respectivamente y la segunda dosis a los 30 días post siembra, 50 kg/ha de N.
2.5. Población y muestra.
Cada parcela aproximadamente tuvo 200 plantas, equivalente a 1000 plantas por tratamiento. Se tomaron 15 plantas de los surcos centrales de cada parcela, haciendo un total de 75 plantas seleccionadas aleatoriamente por tratamiento, con el propósito de medir el peso fresco de la planta.
2.6. Diseño estadístico.
El análisis estadístico se realizó bajo el Diseño de Bloques Completamente al Azar (DBCA). El bloque se basó por el nivel de infiltración de agua. Las comparaciones de medias de los tratamientos se realizaron a través de la prueba de Duncan. 3. Resultados y Discusión 3.1. Rendimiento forrajero. – Peso Fresco de Planta. Los pesos obtenidos fueron: 1.01, 1.08 y 1.05 Kg para el tratamiento T1, T2 y T3, respectivamente (figura 1); no existiendo diferencia estadística significativa (p>0.05) entre los tratamientos. Sin embargo, se observa una diferencia de 70 g entre el tratamiento T2 y T1, que equivale a 7% respecto al primero. López et al., (2001) mencionan que el uso de abonos orgánicos incrementan la producción más que los fertilizantes químicos, porque mejoran las propiedades del suelo y aportan buena cantidad de materia orgánica.
– Peso fresco por hectárea. Los pesos obtenidos fueron: 68.7, 73.8 y 71.5 t/ha para el tratamiento T1, T2 y T3, respectivamente (figura 2), El análisis de variancia no encontró diferencia significativa (p>0.05) entre los tratamientos. Similares resultados encontró Forero (2014) donde la aplicación periódica de abono orgánico al suelo mantiene los niveles de materia orgánica y los fertilizantes químicos son aprovechados rápidamente por la planta. La diferencia de peso entre el mayor valor del tratamiento T2 y el menor valor del tratamiento T1 fue cerca de 5 t. que equivale a 7% respecto al primero.
3.2. Valor nutricional de la planta.
Los resultados del análisis químico están expresados a 100% de MS (cuadro 3). Respecto a la proteína se observa que el tratamiento T3, ocupa el primer lugar con 10.5%, esta superioridad podría estar explicada por la rápida disponibilidad de nutrientes minerales aportados por el fertilizante químico y por el mejoramiento de las propiedades físico, química y biológica del suelo aportado por el estiércol porcino sólido. Por otro lado, la fibra cruda es mayor en el tratamiento T2 con 28.3%; era de esperarse ya que en este tratamiento se tuvo una mayor altura de la planta, altura de la mazorca y diámetro de tallo, así mismo en el caso de la fibra detergente neutra. Estas partes representan mayor cantidad de fibra total y disminuye el contenido celular soluble (Félix, 2002).
3.3. Propiedades fisicoquímicas del suelo.
La caracterización del suelo inicial y post cosecha se muestran en el cuadro 4. El tratamiento que dejó mejores propiedades fisicoquímica fue el tratamiento T2, materia orgánica 2.56%, fósforo 59.4 ppm, potasio 230 ppm, seguido por el tratamiento T3. La aplicación de materia orgánica mejora la estructura del suelo, aporta y mantiene nutrientes para próximos cultivos (Félix et al., 2008). Menores indicadores dejó el tratamiento T1, lo que corrobora lo mencionado por Díez et al. (2004) donde el fertilizante mineral se lixivia y volatilizan rápidamente a diferencia del orgánico.
3.4 Costo de producción y beneficio económico neto.
El análisis económico por hectárea del maíz chala se presentan resumidos en el cuadro 5, observándose  que el menor costo de producción S/. 3858.60, mayor beneficio económico neto, S/. 4270.40 y mayor índice de rentabilidad 111% se tuvo con el tratamiento T2. El menor índice de rentabilidad 70%, se tuvo con el tratamiento T1. Resultados similares fueron encontrados por Cantarero y Martínez (2002) donde el costo de la materia orgánica es menor y resulta mejor en rendimiento a comparación del fertilizante químico.
4. Conclusiones
Para peso fresco por planta y hectárea, estadísticamente no se encontraron diferencias significativas (p>0.05) entre los tratamientos; sin embargo, el tratamiento T2 tuvo mayor peso individual (70 g) y por hectárea (5 t), con respecto al tratamiento T1. El tratamiento T3 aportó un mayor valor nutricional a la planta, 10.5 % proteína cruda, 1.6% grasa, 25.4% fibra cruda y 54.8% fibra detergente neutra. Posterior a la cosecha, mejores propiedades fisicoquímica del suelo, se tuvo con el tratamiento T2, 2.56% materia orgánica, 59.4 ppm fósforo, 230 ppm potasio y clase textural (franco). Menores valores dejo el tratamiento T1. La mejor rentabilidad para la producción de maíz chala se logró con el tratamiento T2, con un costo de producción de S/. 3858.60, beneficio económico neto de S/. 4270.40 e índice de rentabilidad de 111%. La menor rentabilidad se tuvo en el tratamiento T1.
5. Revisón Bibliográfica
• CANTARERO, R. MARTINEZ, O. 2002. Evaluación de tres tipos de fertilizantes (gallinaza, estiércol vacuno, y un fertilizante mineral) en un cultivo de maíz (Zea mays L.). Variedad NB-6. Universidad Nacional Agraria. Managua – Nicaragua. 40-43p
• DÍEZ, J. HERNAIZ, P. MUÑOZ, A. DE LA TORRE & VALLEJO, A. 2004. Impact of pig slurry on soil properties, water salinization, nitrate leaching and crop yield in a four-year experiment in Central Spain. Soil use and management. Centro de Ciencias Medio Ambientales. Madrid, España.
• FÉLIX, R. 2002. Efecto de la densidad de siembra en el rendimiento y valor nutritivo en seis cultivares de maíz chala (DK821, DK834, DK754S, XL650, Chala puente y PM212) para ensilaje en la zona de Chancay (Lima). Tesis Ing. Zoot. Lima, Perú. UNALM. 65- 69p.
• FÉLIX, J. SAÑUDO, R. ROJO, G. MARTINEZ, R. OLALDE, V. 2008. Importance of organic manures. Rev. Sociedad, Cultura y Desarrollo. Universidad Autónoma Indígena de México.
• FORERO, F. SERRANO, P. ALMANZA, P. 2014. Efecto de enmiendas orgánicas y fertilización química en la producción de maíz (Zea mays L.). Cultura Científica. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Colombia. 38-45 p.
• LÓPEZ, M. J. D., DÍAZ, E. A., MARTÍNEZ, R. E. & VALDÉS, C. R. D. 2001. Abonos y su efecto en propiedades físicas y químicas del suelo y rendimiento en maíz. Terra Latinoamericana, 19(4), 293-299.
• PINOS, J; GRACIA, J; PEÑA, L; RENDON, J; GONZALES, C; TRISTÁN, F. 2012. Impacto y regulaciones ambientales de estiércol generado por los sistemas ganaderos de algunos países de américa. México. Revista Agrociencia. V.46, tomo 4, 360 p.

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