viernes, 11 de agosto de 2017

La fruticultura argentina espera 540 millones de pesos en ayudas



Agosto será un mes clave para la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que espera unos 540 millones de pesos para podar los montes frutales, ya fuera de tiempo. Si algo le faltaba a la caída que ha tenido el sector, sobre todo en la exportación de peras, es el retraso en la ayuda que esperan cientos de productores para la poda, algo que repercute en la calidad de la fruta en los años siguientes. Las negociaciones con el gobierno nacional estaban en un punto avanzado, pero para la mayoría de los productores la ayuda llegará muy tarde. En una reunión de CAME surgieron historias desesperadas.

Se sabe que en estos días llegará un adelanto del aporte, por unos 100 millones de pesos, por parte del Fondo Nacional de Agroindustria (Fondagro) que coordina Ernesto Ambrosetti. Su demora generó una fuerte polémica en el sector frutícola, pero la inercia del conflicto se detuvo por el clima previo a las PASO.

El fondo comprende una primera entrega del 50% del dinero al inscribirse en Funbapa y el resto una vez que se terminan las tareas de poda. Son unos 15 mil pesos por hectárea que recibirá cada productor que, en rigor, ya debería haberlos desembolsado por estar en estos días fuera de la temporada de poda de frutales.

Inicio de la crisis
La crisis frutícola en la región viene desde hace unos 20 años, pero cada período agrega nuevas complejidades al sector, sobre todo para el pequeño productor independiente que hoy no sabe qué hacer con la fruta, por los precios que pagan los galpones, el costo de los insumos durante todo el año, las altas exigencias sanitarias de los mercados y, sobre todo, el costo laboral que insume la producción de peras y manzanas de la región.

Según los datos del Senasa, las exportaciones por todas las vías en el primer semestre de este año fueron de 241.881 toneladas en el caso de la pera, contra unos 283.657 del año pasado, lo que implicó una disminución del 12%. En el caso de la manzana, la caída fue del 27%, que representa 56.769 toneladas en 2017, contra las 41.428 del año pasado.

El presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Pablo Cervi, aseguró que se espera la llegada de los fondos en estos días, a pesar de que recalcó que llegan fuera del período. “En general, cuando el productor no poda a tiempo, las consecuencias en la calidad se ven en las próximas dos temporadas. A esto se le suman mucho las exigencias fitosanitarias que hay en algunos mercados para exportar”, explicó el empresario.

Los principales mercados de la exportación de peras y manzanas son Rusia, Estados Unidos, Holanda, Alemania y Francia.

La fruticultura atraviesa una etapa compleja en este tiempo, debido a la progresiva desaparición de algunos productores, que no lograron adaptarse a las exigencias de los mercados y con la presencia de grandes empresas que tienen montes frutales que se llevan la participación casi total en las exportaciones. Por dar un ejemplo, el 40% de las exportaciones de peras y manzanas se lo llevan sólo dos empresas de la zona. Además, sólo un 5% de la participación en el mercado lo tienen unas 20 compañías pertenecientes a medianos productores frutícolas. En la región, algunos productores optaron por reconvertir los montes frutales, con distintas variedades de peras y manzanas, para lograr insertarse en los mercados. Pero otros, abandonaron la fruticultura para pasar a otras actividades agrícolas de menor valor agregado, como el cultivo de forrajes y la ganadería a través de los feedlots.

Si bien la ayuda de Nación vendrá en estos días, el sector más chico parece no salir de la sombra.

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