martes, 15 de agosto de 2017

Fyffes dispone de más tiempo para arreglar la disputa de Honduras



Fyffes, la compañía de frutas tropicales de Dublín, tomada en febrero por un grupo japonés, debe resolver, como fecha límite el próximo mes, una disputa sobre la supuesta explotación de los trabajadores en sus operaciones centroamericanas o será expulsada de un influyente organismo ético.

La Iniciativa de Comercio Ético (ETI) patrocinada por el gobierno británico, de la que Fyffeses miembro desde 2002, concedió la semana pasada a Fyffes una extensión de cinco semanas, hasta el 8 de septiembre, para llegar a un acuerdo con la Unión Internacional de Trabajadores Agrícolas (IUF) por el tratamiento de los trabajadores de melón del grupo frutícola en Honduras.

La ETI suspendió en mayo a Fyffes de la organización por 90 días, por las evidencias del incumplimiento de sus obligaciones de membresía. El distribuidor de plátano y piña se enfrenta a expulsión absoluta, después de una reunión del consejo de ETI a mediados de septiembre, si el acuerdo no puede ser alcanzado en el nuevo plazo.

Los accionistas de Fyffes, encabezados por David McCann, aprobaron la adquisición del grupo japonés Sumitomo Corporation en febrero, por el importe de 751 millones de euros. En el mismo hotel de Dublín donde se celebraba la reunión, un grupo de manifestantes destacaron la difícil situación de las mujeres que trabajan en las filiales de la empresa en Honduras y Costa Rica.

Los manifestantes, encabezados por la organización sin ánimo de lucro británica Bananalink y la organización sindical GMB, describieron casos específicos de la unidad de melón Suragroh de Fyffes en Honduras, donde los trabajadores no reciben salarios mínimos ni seguridad social, están expuestos a agroquímicos peligrosos y son saqueados por ser miembros del sindicato.

Queja oficial
La ETI recibió el año pasado una queja oficial y pide que Fyffes sea expulsado de la organización. Peter McAllister, director ejecutivo de ETI, dijo en mayo, a medida que se suspendía la membresía de la compañía, que si bien las cuestiones de derechos laborales pueden ser complejas y hay, con frecuencia, espacio para diferentes interpretaciones y ambigüedad genuina, las preocupaciones sobre el derecho de los trabajadores de Suragrohrepresentaban el centro de la disputa.

Un subcomité de la ETI explicó antes de la suspensión, que Fyffes no había demostrado entender sus obligaciones dentro del código base del organismo. Mientras Fyffes dice firmemente que cumple con la ley local, los miembros del cuerpo deben adherirse al código base cuando los estándares son más altos que el cumplimiento legal.

Una portavoz de Fyffes dijo que se ha estado involucrando con la UITA, como la ETI ha recomendado, y el proceso está en curso.

Reconociendo las dificultades de programación debido al período de vacaciones europeo, la ETI ha extendido el plazo hasta el 8 de septiembre para permitir que se realicen más progresos, dijo la portavoz. "Fyffes es un empleador responsable y respeta plenamente los derechos de todos sus trabajadores, incluidos sus derechos a la libertad de asociación y negociación colectiva. La empresa tiene una larga trayectoria en la provisión de empleo justo y equitativo en Centroamérica, contribuyendo a la vida de las comunidades en las que opera".

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