viernes, 11 de agosto de 2017

¿Cómo deben conservarse los alimentos en verano?


El riesgo de enfermedad de origen alimentario aumenta en verano, motivo por el cual te ofrecemos unas normas básicas para evitarlo.
El riesgo de enfermedad de origen alimentario aumenta en verano, principalmente por dos razones. Por una parte, las elevadas temperaturas favorecen la proliferación de las bacterias que causan estas enfermedades; en segundo lugar, el verano favorece las actividades y el ocio al aire libre, generalmente sin acceso a las ventajas de una cocina limpia, al frigorífico, al lavavajillas o a un abastecimiento de agua de calidad.
El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) realizó en 2016 un total de 4.298 inspecciones en establecimientos e industrias alimentarias. No obstante, el consumidor es el principal protagonista de las prácticas correctas de higiene en la fase terminal de la cadena alimentaria y resulta de gran importancia que, en su opción de compra y en sus hábitos alimentarios contribuya a mantener el nivel y las garantías de inocuidad alcanzados en las fases previas de la cadena alimentaria.

Las siguientes normas, sencillas de aplicar, permiten limitar los riesgos derivados de los alimentos en verano:
  • Adaptar el menú al equipamiento disponible. Si no se tiene un frigorífico, se trata de adquirir los alimentos menos perecederos. Por ejemplo, alimentos en conserva, y otros alimentos que pueden conservarse a la temperatura ambiente.
  • Vigilar las temperaturas de transporte y conservación de los alimentos sensibles
  • Controlar las fechas de caducidad
  • Los lugares y superficies en los que se manipulan los alimentos deben estar limpios
  • Lavarse las manos con frecuencia
  • Lavar abundantemente y con agua potable las frutas y verduras de consumo en crudo
  • Evitar el contacto de alimentos crudos con los cocinados
  • Los alimentos que deben conservarse en frío, deben estar a temperaturas inferiores a 7ºC. No interrumpir la cadena del frío
  • Los alimentos que se conservan en caliente, deben estar a temperaturas por encima de 65ºC
  • Descongelar los alimentos en el frigorífico
  • Cocinar bien las carnes y el pescado, en todo su espesor
  • Cuando el alimento esté preparado, comerlo lo antes posible. El tiempo entre la preparación del alimento y su consumo debe ser lo mas corto que sea posible.
También es frecuente en verano el desplazamiento a países poco desarrollados o tropicales en los que no siempre se respetan las normas de higiene. Se deben tomar las siguientes precauciones para evitar los riesgos derivados de las condiciones de los alimentos:
  • Beber solamente agua embotellada adquirida en puntos de venta seguros y comprobar que el precinto del tapón está integro. No utilizar el agua del grifo para bebida.
  • Utilizar agua embotellada para lavar los dientes o las frutas y verduras de consumo en crudo
  • Desconfiar del hielo ya que suele prepararse con agua del grifo
  • Escoger los alimentos más frescos que sea posible
  • Limitar las compras en los puestos de venta ambulantes o en los que haya evidencia de falta de higiene
  • Comer la carne y los pescados bien cocinados y conservados a temperaturas que impidan la proliferación de microorganismos peligrosos para la salud.

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