
Biosecurity Queensland (BQ) ha anunciado que se sospecha de la presencia de mal de Panamá TR4 en una finca de Tully.
Aunque se tardarán de cuatro a seis meses en conocer los resultados definitivos de las pruebas, no habrá ningún tipo de efecto sobre la fruta vendida a los consumidores ya se confirme que los resultados son positivos o que no lo sean. Tampoco se espera que la oferta se vea comprometida.
El presidente de ABGC, Stephen Lowe explica que el patógeno afecta a la planta, no a la fruta.
"Lo que hace el patógeno es entrar en el sistema de raíces de la planta y restringir su absorción de agua, por lo que le impide producir racimos cosechables y, en última instancia, la mata. El efecto sobre la finca es la capacidad de cultivar esa planta de banana.
"Como industria, es la finca la que se ve afectada por el mal de Panamá TR4, y se convierte en un verdadero problema de gestión".
"Nuestros consumidores seguirán encontrando un producto saludable, delicioso y nutritivo y no se verá afectado", garantiza Lowe.
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