Los pollitos alimentados in ovo son más activos, más curiosos y comen más

El rendimiento de la pechuga, el índice de crecimiento y la conversión alimenticia mejoran.

El próximo gran avance en la nutrición avícola provendrá de la alimentación de los pollitos in ovo y de la fijación de del comportamiento a través de dietas adaptadas en los primeros días de vida.

La alimentación in ovo puede hacerse al mismo tiempo y con la misma máquina qiue la vacunación in ovo. (Foto: Fabian Brockötter).

Según Peter Ferket, un destacado nutricionista de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y tal y como publica Poultry World, para aprovechar al máximo el potencial genético de los pollos de engorde hay que repensar el papel de la incubación, ya que la alimentación in ovo, así como ofrecer pienso a los pollitos tan pronto como eclosionan, será necesario si los avicultores quieres mantener el progreso de las tasas de crecimiento de forma sostenible.

Realmente la expresión del potencial genético es lo que impulsa el rendimiento y los beneficios, por lo que hay que considerar que las aves tienen propiedades únicas que todavía no se controlan, y la nutrición y el manejo apenas han seguido el ritmo de progreso de la genética, por lo que es hora de cerrar la brecha.

A medida que la genética de las aves mejora sería posible obtener un pollo de 4 kg en 42 días, con índice de conversión cercano a 1:1. La vida temprana de los broilers es el periodo en el que se puede influir en el rendimiento proporcionando nutrición digerida y programando la digestión para la vida posterior.

La alimentación in ovo, con premezclas cuyo perfil nutricional se ajusta a las necesidades genéticas de los pollitos es una tecnología que muestra un gran potencial. El equipo de Ferket utilizó técnicas nutrigenómicas para mapear el metabolismo en el momento en que se toma el líquido amniótico y diseñó una premezcla con energía, vitaminas y oligoelementos de beneficio para las aves en desarrollo. La alimentación in ovo proporcionó mejor crecimiento de los villi en etapas tempranas y mejoró el depósito de glucógeno en el hígado, lo que permitió a los pollos disponer de más energía en la eclosión y en las primeras horas de vida. Posteriormente, el peso corporal medio y el desarrollo del esqueleto mejoran. Justo después de la eclosión cambia el comportamiento de las aves alimentadas in ovo que son más activas, curiosas y comen más. Como resultado, el rendimiento de la carne de la pechuga, el índice de crecimiento y la conversión alimenticia mejoran. .

Otra área de investigación del equipo de científicos es la “programación” de la digestión de las aves mediante el acondicionamiento de la dieta algunos días antes y después de la eclosión. La impresión nutricional es la práctica de conferir rasgos de producción a pollitos a través de influir en la expresión de genes. La habilidad de los pollitos de usar minerales o energía nutricionales, o tolerancia al estrés inmunológico, ambiental u oxidativo puede influirse mediante la dieta temprana.

Un ejemplo es un estudio en el que los broilers se alimentaron con un dieta baja en calcio y fósforo en las 90 primeras horas después de eclosionar. A los 32 días estos pollos eran capaces de absorber más fácilmente estos nutrientes, y trabajos posteriores han hallado que son más tolerantes a las dietas deficientes en estos minerales. Los pollitos a los que se les alimentó con una dieta de acondicionamiento adecuada, seguida de una dieta de crecimiento complementaria y una de finalización, mejoraron el rendimiento del crecimiento y la eficiencia alimentaria hasta la edad de mercado.

Pero la alimentación con esta dieta puede ser un desafío para los equipos de incubación actuales. La incubadora del futuro tendrá que ser un lugar que hará mucho más que simplemente incubar y vacunar pollitos, será también el lugar en el que se condicionará a los pollos para tolerar mejor los desafíos a los que se enfrentarán en su vida y se programarán para una eficiencia nutricional óptima.