domingo, 13 de agosto de 2017

Ecuador: El chocolate fino capta el mundo de lo exótico

El producto ecuatoriano penetra en un mercado selecto y reservado. Es una mezcla de cacao sin químicos y con frutas.
Lo que empezó como algo artesanal en Guayaquil, para promocionar el cacao fino de aroma, es hoy todo un emporio de chocolates, unos naturales ciento por ciento y otros con frutas, hierbas exóticas o nueces que se han tomado los nichos más exigentes.
El chocolate hecho con cacao fino de aroma tiene ya una década de crecimiento, y algunos de los más prestigiosos premios a su haber.
“Al inicio todo el boom fue desde lo artesanal, pero ahora hay empresas maquiladoras que fabrican chocolates con cacao fino de aroma a pedido de sus clientes”, señala Ana Lema, quien capacita y provee de materia prima a empresas extranjeras que llevan pequeños volúmenes de grano nacional.
Hay otras empresas que han rebasado lo que imaginaron en sus inicios. Esa es Pacari, que provee chocolate con chile, sal, hierbaluisa, maracuyá, mortiño y otras exóticas frutas.
“Estamos en primera clase de Emirates Airlines, quitando a Godivari del sitio; estamos en La Rinascente de Milán, como el único chocolate que no es italiano; en el Corte Inglés en España; en restaurantes de los mejores chefs, como Virgilio Martínez en Perú, que usan nuestro producto”, indica a EXPRESO Carla Barbotó, presidenta fundadora de la empresa ecuatoriana Pacari.
No es ese el único atributo, pues el producto es orgánico y le paga un precio más del doble del mercado a los proveedores, unos 3.500 productores que además reciben asesoría y que tienen entre dos y diez hectáreas. “Queremos salvar un 10 % del valor genético del cacao”.
Cecilia Zapater Sandoval, una de las dos fundadoras de Tavoro, empresa que nació en 2014 tras su unión con Katherine Coka, habla de un chocolate gourmet, premium.
En el último trimestre de este año, estará presente en Big Chocolate Show en Nueva York y en el Salón de Chocolate de París. “Esperamos con ello tener obviamente mayor presencia en mercados internacionales y generar negocios que nos permitan seguir internacionalizando nuestra marca”.
El joven Tavoro se vende a nivel nacional en tiendas orgánicas especializadas y puntos de venta turísticos y se exporta a Francia, Alemania, Suiza y Estados Unidos a través de un e-commerce.
Chchukululu es una marca más veterana, el génesis de esta historia. Fue creada por Lourdes Delgado, que aterriza en mercado externos exigentes como el holandés, desde donde distribuye al resto de Europa.
Allí, chefs utilizan sus coberturas, nibs y otros productos. Es el caso de Nel Schellekens “del maravilloso Gulle Waard en Winterswijk”.
Ella inició la promoción del chocolate fino de Ecuador en 2002, cuando su padre, Askley, comenzó su travesía por la Organización Internacional del Cacao (ICCO), de la que fue su presidente, el primero de Ecuador, el primero de América Latina. Lourdes Delgado formó parte de varias comisiones y es desde allí que se inicia la promoción del cacao fino en las rutas que la aerolínea Aerogal tenía hacia Galápagos, Miami y Colombia.
“Toda esta corriente la empezamos en Guayaquil con algunos personajes como Eduardo Márquez”. Recuerda que se creó la barra Tierra del Cacao y que luego ella decidió crear Chchukululu, un chocolate con 75, 80 y 100 % de cacao nacional, sin preservantes, natural.
Valdivian es otra de las marcas nacionales con empaques que hacen honor a la cultura.

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