La depredación de peces y recursos ictícolas entrerrianos no sólo continúa sin ningún castigo en el Río Uruguay sino que desde Dirección General de Fiscalización Agroalimentaria (DGFA), el organismo responsable de controlar e impedir que esto suceda, pareciera que poco y nada les importa el asunto.
Luego de que ElDía denunciara que en Villa Paranacito un frigorífico bonaerense no sólo acopió de manera fraudulenta (haciéndole perder al Estado provincial el ingreso de más de 250 mil pesos en impuestos en menos de un mes) sino también pescó en esa zona del río Uruguay (algo totalmente ilegal para las empresas radicadas fuera de Entre Ríos), ahora las denuncias se trasladaron al puente Victoria-Rosario, donde esta vez un frigorífico santafesino es el que depreda las riquezas del río y a tan sólo dos kilómetros del puesto de control que la DGFA tiene en la zona.
Lo que agrava aún más este último episodio es que los camiones cargados con pescados entrerrianos salen del territorio provincial en crudo y sin ningún tipo de procesamiento –no dejando nada para la mano de obra provincial– sino que además se dirigen directamente a la frontera con Bolivia, donde venden muchísimo más barata la carga, atentando de esta manera contra el punto fuerte de la industria ictícola de acá: la exportación.
“El precio que está vendiendo esta gente en Bolivia está por debajo de nuestros costos. La realidad es que esos camiones cargados de pescados entrerrianos, ya sean acopiados de manera irregular en Victoria o en Villa Paranacito, se van directo a la frontera y venden el producto sin ningún tipo de control y sin tributar absolutamente un solo peso a las arcas de la Gobernación”, denuncian representantes de los cuatro frigoríficos entrerrianos que ven peligrar su mayor fuente de ingreso.
El modus operandis con el cual actúa en este caso un frigorífico radicado en la provincia de Santa Fe es lo que más indigna a los empresarios del rubro: la semana pasada se encargaron de documentar con fotos y documentos como los camiones acopiaban pescados en el kilómetro 20 del puente. Una vez cargados se dirigieron hacia Rosario, y una vez que pasaron el peaje pusieron en vigencia una guía de acopio de la provincia de Santa Fe, donde se da cuenta de manera fraudulenta que ese pescado es santafesino y que por lo tanto tributa en ese territorio.
“No estamos pudiendo competir para vender. Ese es el problema. Todo esto lo originan esas personas que venden en la frontera, generando una competencia desleal”, lamentan con bronca en declaraciones a ElDía.
Y lo peor de todo, el kilómetro 20, donde nació toda la maniobra, está apenas a un par de kilómetros del puesto de control de la DGFA, por lo que prácticamente están robando justo en frente de los encargados de controlar y cuidar esas riquezas naturales entrerrianas..
Algunos empresarios apuntan a que habría una complicidad entre los frigoríficos de otras provincias y el órgano de control dirigido por Félix Esquivel, ente que a su vez depende de la Secretaría de Producción, a cargo de Álvaro Gabas. Otros, en cambio, opinan que simplemente todo esto es producto de la desidia y la inoperancia de los que están al frente de esta gestión.
“Lo único que pedimos es que todo vuelva a ser como era antes, que los controles se ejerzan, se apliquen, y que la DGFA se comprometa y se obligue a todos a que el pescado de Entre Ríos no salga de la provincia sin tributar y sin que haya una elaboración previa de la materia prima. Lo primero acrecentará las arcas, y lo segundo dará trabajo”, se quejan ante ElDía referentes del sector en Entre Ríos.
A modo de ejemplo, un camión de este tipo sale de Entre Ríos con una carga promedio de 15 mil kilos de sábalo. Según la legislación provincial, todo acopiador (el que le compra la materia prima al pescador artesanal, el único permitido en el río Uruguay) debe pagar un canon a la provincia de $4,50 por kilo de sábalo en el camión. Por lo tanto, cada uno de los camiones que cargó en el kilómetro 20 del puente Rosario-Victoria y salió de Entre Ríos sin decir nada evitó pagar unos $67.500 en impuestos.
Y esto, lamentablemente, denuncian que sucede varias veces al mes, por lo que la cifra a lo largo de 30 días se transforma en millonaria. Mientras tanto, desde la DGFA y la Secretaría de Producción, ya sea por desidia o complicidad, nadie parece hacer algo para que este flagelo y esta depredación de los recursos ictícolas entrerrianos finalice de una vez por todas.
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