Con la producción de entre 6 mil y 7 mil abejas reina por año, Alfonso González Malagón, apicultor de Ocuilan, en el Estado de México, logra llevar su producción a los estados de Sonora y Tamaulipas en el norte del país, así como a Chiapas, Campeche y Yucatán, en el sur de la república mexicana.
Con 38 años dedicado a la apicultura, Alfonso González aseguró que una de las actividades inmediatas que los apicultores realizan es la producción de miel, sin embargo, dijo que también existe una actividad que para los productores es muy difícil pero no imposible: la producción de abejas reina, a lo que describió como la máxima actividad que puede haber.
“Para nosotros sí ha sido rentable porque no producimos únicamente miel, producimos núcleos de abejas, producimos abejas reina, producimos polen, jalea real, todo lo que es derivado de la abeja”, comentó.
Poniendo manos a la obra, Alfonso González realizó el proceso de producir abejas reina; él produce la abeja reina italiana con carneola, con un pie de cría de forma instrumental.
“La técnica, pues yo creo que es la más rustica, a lo mejor, pero nos ha dado muy buen resultado; en la actualidad producimos entre 6 mil 500 y 7 mil abejas reinas al año. Si la demanda es mayor, por supuesto que podemos producir más”, indicó.
Para la creación de abejas reina, el apicultor extrae de cada panal larvas de abeja que, de no haber sido manipuladas, se convertirían en abejas obreras; en un bastidor con diminutas copitas de cera de abeja que fabrica el mismo productor, traslada a las larvas y las deposita en cada espacio que previamente ha sido llenado con jalea real y que desde ese momento se convierte en el alimento de las larvas.
Estos bastidores con las larvas son depositadas en un panal que el productor denomina incubadora, en el que las larvas son cuidadas por abejas obreras y todas son potencialmente abejas reina, esto obliga al productor a mantenerse muy atento del nacimiento de éstas, lo cual ocurre en aproximadamente 11 días.
“Si una abeja reina nace antes que las demás debemos sacarla de inmediato y llevarla a un panal “huérfano”, si una abeja nos gana, lo más seguro es que mate a las demás antes de nacer, porque la naturaleza dice que en un panal no debe haber más que una abeja reina”, explicó Alfonso.
Una vez que las abejas reina han nacido, el productor tiene que trasladar a cada abeja a un núcleo de fecundación, donde la deposita y sale para ser fecundada por las abejas conocidas como zánganos.
“Cada abeja reina es fecundada en el aire por alrededor de 18 zánganos, cada vez que la abeja reina se aparea con un zángano regresa al núcleo, en donde las obreras la `limpian´ y vuelve a salir para ser fecundada nuevamente por otro zángano, una vez que ha completado el proceso de fecundación, la abeja reina no vuelve a salir jamás del panal y en sus cinco años de vida, y gracias a su espermateca, logra depositar millones de larvas en cada panal que domina”, especificó.
Para su traslado a otros estados de la república, las abejas reina son depositadas en una pequeña jaula de madera con rejillas diminutas y es acompañada de seis abejas obreras, quienes se encargarán de darle de comer durante el viaje.
El apicultor agregó que su trabajo es interminable porque el cuidado de cada panal es muy importante, dijo que la alimentación de las abejas debe realizarse cada tercer día y cuando son periodos de floración se deben trasladar todos los panales a donde haya flores para dejar que las abejas salgan a la naturaleza, coman directamente de las flores y también hagan su trabajo de polinización.
“El propósito de la abeja reina pues es producir más miel, recordemos que cada abeja reina entre más joven va a producir más huevecillos, por lo tanto van a ser más abejas en cada uno de los cajones”, agregó.
La apicultura es uno de los trabajos más nobles porque no sólo te ayuda a entender la importancia de las abejas en el medio ambiente, sino que la buena organización y que cada uno haga su trabajo de forma precisa ayuda al buen funcionamiento de la sociedad, tal y como lo hacen las abejas, finalizó.
La apicultura es uno de los trabajos más nobles porque no sólo te ayuda a entender la importancia de las abejas en el medio ambiente, sino que la buena organización y que cada uno haga su trabajo de forma precisa ayuda al buen funcionamiento de la sociedad, tal y como lo hacen las abejas, finalizó.
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