martes, 18 de diciembre de 2018

Soluciones para cada etapa de la Soja


 COMPO EXPERT PACK NUTRITION es el aliado indispensable para tener un cultivo de soja que alcance el techo productivo acorde con las expectativas del productor.
La demanda diaria de nutrientes del cultivo de soja varía con la edad de la planta, siendo menor en el período vegetativo -aunque muy importante porque es cuando se arma la estructura de la planta-, y mayor en el estadío reproductivo cuando se da el llenado de los granos.
COMPO Expert cuenta con un completo portafolio de herramientas para acompañar todos los cambios de la planta, desde los comienzos del cultivo. “Este es el caso de Basfoliar Activ con una mezcla de fosfitos de potasio que actúan como inductores de los mecanismos de defensa de la plantas, y un extracto de algas que contiene hormonas de crecimiento”, explicó el Ing. Edgardo Arévalo, Gerente técnico de desarrollo para América de COMPO Expert. Arévalo recordó que también en etapa vegetativa de la soja, en los últimos años ha comenzado a verse respuesta a la fertilización foliar con Zinc. “Nosotros recomendamos la aplicación de Basfoliar Zinc 75 FLO, para reforzar en zonas como la Pampa Húmeda donde vemos baja disponibilidad del nutriente”, dijo y recordó que “el uso de Zinc foliar en V4 a V6 puede mejorar el uso de los nutrientes en general, además de ejercer una fuerte influencia en el crecimiento radicular”.
El Gerente técnico de desarrollo para América de COMPO Expert recordó que otro período con alta demanda de nutrientes es a inicios de floración (R1). “En R1 cobra importancia el Boro que contribuye a la fijación de flores, por eso recomendamos su uso en zonas con bajo contenido de materia orgánica, o bien en aquellos suelos empobrecidos que tienen más tiempo de monocultivo de soja. Basfoliar Boro sería la herramienta adecuada para estas situaciones, ya que permitiría una mayor cantidad de flores fijadas y por lo tanto un mayor número de granos”, destacó Arévalo.
Siguiendo la curva de crecimiento de la planta, indicó que “en la etapa de llenado de granos (R3) cualquier aumento en el crecimiento del cultivo va a generar aumentos de rendimiento. Con la aplicación de una ecuación balanceada de nutrientes lograríamos mayor impacto, y Basfoliar Soja provee las relaciones equilibradas de la mayoría de los  elementos que pueden encontrarse en una hoja de soja. Aquí pretendemos aumentar la tasa de crecimiento de cultivo con lo cual estamos contribuyendo al rendimiento”, aseguró el especialista.
Por la condiciones en las que el productor ha encarado este ciclo necesita planteos que alcancen los techos de rendimiento que la genética que implanta le permita lograr. Todos estos escenarios han sido analizados y mediante la realización de ensayos en condiciones de campo, COMPO EXPERT ha desarrollado el COMPO EXPERT PACK NUTRITION, una herramienta que entrega en cada momento del cultivo una solución nutricional mejorando el metabolismo de la planta. Un capítulo aparte puede ser el uso de bioestimulante como Basfoliar Algae, que puede combinarse con herbicidas que hoy se utilizan para el control de yuyo colorado, logrando una mayor metabolización de la planta lo que va estar menos afectado por estos herbicidas.

Fuente: INCREMENTAR.-

Una herramienta para controlar la fitotoxicidad en los cultivos



Bio Forge Advance es el recuperador foliar de Stoller que permite revertir los problemas de fitotoxicidad de los lotes de soja y maíz, minimizando las pérdidas que pueden ocasionar los restos de herbicidas.

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En los últimos tiempos los técnicos a campo han comenzado a relevar situaciones de fitotoxicidad en cultivos de soja y maíz, o lo que es igual la permanencia -de origen multicausal- de restos de herbicidas que deterioran el rendimiento final de los cultivos. “A nivel técnico, la fitotoxicidad es el daño que puede causar un herbicida en un cultivo”, explica el Ing. Agr. Agustín Garnero, Asesor Técnico Regional de Stoller en la Pampa Húmeda. Y agrega: “Cabe aclarar que los herbicidas que se usan en los barbechos químicos o bien aquéllos que se aplican para el control de malezas con el cultivo ya implantado o emergido no deberían causar daños, sin embargo, en algunas oportunidades por su mal uso se puede producir fitotoxicidad. Generalmente esta fitotoxicidad no se debe a una sola causa, sino a varios factores, como los edafo-climáticos (tipo de suelos, materia orgánica, textura de suelo, precipitaciones, temperatura, etc.,) por lo cual el daño en la mayoría de los casos es multicausal”, indicó.

Cuando los herbicidas se aplican en los lotes necesitan de ciertas condiciones (humedad, temperatura, actividad microbiana, etc.) para que se degraden y pierdan su acción herbicida. Por otro lado, si permanecen en el lote pueden afectar a los cultivos dentro del esquema de rotación que el productor se proponga. Garnero reconoce que muchas veces los productores respetan las condiciones de aplicación, pero el clima no acompaña. “Hay cuestiones imposibles de manejar como el clima, pero el agricultor puede extremar el manejo y aquí aconsejamos que respete las indicaciones de uso de los herbicidas, los momentos, las dosis y en especial la calidad de aplicación. En esta etapa puede controlar el buen funcionamiento de la máquina aplicadora, que no haya superposición de picos y que esté en perfecto estado”, recomendó.

Stoller aborda el problema de la fitotoxicidad y ofrece a los productores una alternativa de manejo para recuperar los daños causados y así evitar pérdidas de rendimientos, un objetivo indelegable en especial en años como este en que los agricultores deben maximizar sus negocios. “Cuando el cultivo sufre estrés, la planta produce una hormona (etileno) que genera daño en el cultivo. Bio Forge Advance regula el etileno con lo cual disminuye ese estrés y minimiza las pérdidas de rendimiento”, explicó Agustín Garnero.

Stoller realiza periódicamente ensayos a campo en los que se simula la fitotoxicidad para medir la pérdida a nivel de lote y luego evaluar cómo se comportan los recuperadores de la marca que pueden aplicarse en tratamiento de semillas (Stimulate) y en aplicaciones foliares (Bio Forge Advance). “Nuestras mediciones nos revelan que la aplicación de bio Forge Advance, frente a una situación de fitotoxicidad, permite aumentar un 30% más el rendimiento. Son resultados más que alentadores, siendo muy conveniente la aplicación del producto”, agregó Garnero. Respecto de las pérdidas ocasionadas por los herbicidas, Stoller ha identificado mermas de más de 1000 kg para los cultivos de interés en la región (soja, trigo y maíz). “Los síntomas de fitotoxicidad muchas veces son difíciles de diagnosticar y el tipo de daño depende mucho del herbicida en cuestión, por eso recomendamos que los productores recurran a un ingeniero agrónomo para abordar la temática”, indico Garnero.

Fuente: INCREMENTAR.-

Tecnologías de insumos agrícolas complementarias, cada vez más necesarias



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Los cultivos extensivos para granos son sistemas de producción con múltiples interacciones de factores que influyen en el éxito o no de su cosecha. La protección vegetal se ha vuelto más compleja que hace 5-7 años atrás por diferentes factores donde, uno de los más importantes, radica en la gran cantidad de malezas tolerantes y resistentes, de difícil manejo, que crecen de forma exponencial año tras año. En este sentido podríamos indicar que el mercado de fitosanitarios en nuestro país, el cual ronda los 2700 millones de dólares, se divide en un 70% en herbicidas para el control de malezas y el 30% restante a fungicidas e insecticidas.
El mundo nos está pidiendo ser eficientes en la producción de alimentos para poder generar más producción pero sobre todo utilizando tecnologías amigables con el medio ambiente y las personas. El concepto de producción sustentable es una realidad y debemos seguir trabajando con convicción en el futuro. Una muestra de esto es la migración en los últimos años hacia el uso de productos con bandas toxicológicas con bajo riesgo (banda verde). Las compañías proveedoras siguen invirtiendo en este punto y no hay dudas que se profundizará en los próximos años.
En la búsqueda de la eficiencia en la protección de cultivos, aparecen nuevas tecnologías que toman un rol determinante en el control de adversidades bióticas y no justamente por ser agentes de control en particular. Me refiero a aquellos productos que nos permiten eficientizar el uso de herbicidas, fungicidas e insecticidas minimizando errores en la aplicación y potenciando la acción de dichos fitosanitarios. Estos son los llamados Coadyuvantes o Adyuvantes. En latinoamerica el nivel de adopción de la tecnología va desde un 60% en el caso de Brasil (6 de cada 10 aplicaciones llevan algún coadyuvante) hasta un 80% en Argentina (8 de cada 10 aplicaciones llevan algún coadyuvante), quedando dentro de este rango el resto de los países. Si nos comparamos con el mundo, el nivel de adopción de la región es alto lo cual muestra que la herramienta funciona. Diferentes estudios internacionales muestran que el ritmo al que crecerá el mercado de coadyuvantes en la región está en el orden del 5,8% anual, ubicándose por encima de la media mundial que estará alrededor de un 5,5%. Esto se explica de forma diferente según cada país, por ejemplo, Brasil va a crecer por aumento en el nivel de adopción de la tecnología mientras que Argentina crecerá por la incorporación de tecnologías de mayor valor.
El mercado potencial para las tecnologías coadyuvantes en cultivos extensivos en Argentina es de 84 millones de hectáreas aplicadas. Este valor es el producto de 30 millones de hectáreas sembradas por 3,5 aplicaciones en promedio por hectárea por el nivel de adopción de la tecnología. La segmentación del mercado muestra que el 70% de las aplicaciones se concentran en primavera-verano siendo predominante el uso de tecnologías antievaporantes, es decir, productos a base aceite (por ej. Ac. Metilado + siliconas, Ac. Metilado Convencional, Ac. Mineral).
El 30% restante son aplicaciones de otoño- invierno, principalmente barbechos largos e intermedios y aplicación de fungicidas e insecticidas sobre cultivos invernales, en donde el uso principal se da con productos tensioactivos (por ej. Siliconas).
Las principales empresas vienen invirtiendo en el desarrollo de tecnologías innovadoras y de valor agregado. Si bien en la decisión de “qué se aplica” en un lote no tiene injerencia, cuando pensamos en el “cómo se aplica” un fitosanitario, su rol es determinante. El uso de herramientas coadyuvantes, en ciertas condiciones, puede definir el éxito de la aplicación.

FUENTE:
Ing. Agr. Julián Etchegoyen
Director de TROPFEN

Proteger a la soja de chinches y orugas



 FMC focaliza su trabajo en el verdadero escudo para blindar a la soja del ataque de orugas y chinches con el Programa Crop Shield que puede traccionar un promedio de 200 kg/ha del rinde.

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Crop Shield es un programa de protección de FMC que utiliza dos productos de alta trayectoria y probada eficacia en el mercado como Coragen y Dinno, de similares características, siendo uno específico para la protección del cultivo de soja contra los lepidópteros (Coragen) y el otro para las chinches. Desde FMC estimulan la adopción del Programa Crop Shield en especial en estadios reproductivos tempranos. A tal efecto, el Ing. Agr. Francisco Francioni, Gerente de Insecticidas para el Cono Sur recomienda a los productores “la aplicación en estadios reproductivos tempranos para proteger el cultivo de soja de chinches y orugas”.

Entre las ventajas comparativas de esos insecticidas Francioni destaca su bajo perfil toxicológico y su excelente interacción con la fauna benéfica del suelo. “Son específicos para la plaga que controlan, con lo cual son selectivos ante la fauna benéfica que juega un rol importante en el control de plagas, puesto que mantener cierta fauna ayuda a que la reinfección de las plagas sea más lenta. Tanto Coragen como Dinno son productos Banda Verde, con un excelente perfil ambiental, aunque también se destacan por su persistencia de protección del cultivo. Estamos hablando de 21 días y en algunos casos de hasta 25 de persistencia en el lote”, aseguró Francioni.

Si bien todavía no se han detectado casos de resistencia de insecticidas, el asesor recomienda usar productos con persistencia en el tiempo y con niveles de plagas bajas antes que altas para proteger al cultivo. “Lo importante es trabajar en forma anticipada, siempre ante la presencia de la plaga de manera de explotar al máximo la persistencia de este tipo de productos”, destacó el Gerente de Insecticidas de FMC.

Francioni recomienda el seguimiento semanal de los cultivos, más aún en períodos críticos. “El monitoreo debería ser semanal”, dice. Y analiza el umbral de uso de Coragen y Dinno. “La realidad es que en el complejo de orugas hay 3 o 4 diferentes que ejercen alta presión en el cultivo de soja, al igual que las chinches, por eso no conviene hablar de umbral de aplicación. Sin embargo, recomendamos que el Programa Crop Shield se aplique en estadíos reproductivos (R2, R3) en momentos en que el cultivo está cerrando el surco y cuando hay baja presencia de la plaga. Ese es el momento para aplicarlos juntos, e incluso se les suele sumar un fungicida -recomendamos Nanok-, si es que el productor lo tiene planeado.

Respecto de las pruebas a campo Francioni desglosó los trabajos que lleva adelante la marca para validar el uso del programa. “Recomendamos trabajar con Crop Shield en forma temprana con presiones bajas de plagas porque es así donde vemos las mayores respuestas de los productos y del cultivo al rendimiento. Tenemos medido a lo largo de los años resultados de más de 200 kilos de respuesta al rendimiento en diferentes zonas del país en Entre Ríos, Norte de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires. Claro que esos 200 kilos son promedios hecho hay zonas endémicas de chinches en las que se registran respuestas de entre 400 y 600 kilos en Entre Ríos, centro norte de Santa Fe y Sudeste Córdoba. 
Fuente: INCREMENTAR.-