Parece mentira que el rencor de estado tenga tanta potencia destructiva. Es insólito que el gobierno nacional todavía apueste a la venganza contra el campo. En otros países no pueden creer que la agricultura mas competitiva del mundo tengo como principal enemigo a la propia presidenta de la Nación. Esa actividad productiva es la locomotora que nos puede convertir en un país más justo, sin hambre y sin exclusión y además, en una potencia agropecuaria mundial.
El esfuerzo de nuestros abuelos chacareros, la modernidad de la última tecnología de la siembra directa y la visión estratégica de los líderes del sector, construyó un milagro. Y lo tuvo que hacer contra viento y marea. Contra las sequías y las inundaciones. Y lo que es más lamentable, a pesar de los gobiernos que en muchos casos no entendieron de que se trataba y en otros, como en el actual, donde el prejuicio ideológico y la estupidez convirtió en diablo a quien debería ser su mejor aliado y ángel guardian. “Ahora la Rural es nuestra”, pintaron en las paredes con infantilismo irresponsable los seguidores de Cristina. Una caricatura de aquella consigna de los Montoneros que decía “Que lindo que va a ser/ el hospital de niños en el Sheraton Hotel”.
La historia suele repetirse mas como comedia que como tragedia. “Expropiada”, escribió el aerosol en una de las paredes del predio donde se desarrollan los máximos acontecimientos culturales y agropecuarios del país con la Feria del Libro y la exposición Rural. Hoy el gobierno intimó por carta documento a la Rural para que dejen el predio en 30 días. El decreto de Cristina que ordenó confiscarlo es un esperpento legal. Además hay una causa judicial que se está tramitando por aquella polémica venta. Los máximos responsables políticos fueron Carlos Menem, hoy aliado del gobierno nacional y Domingo Cavallo que fue uno de los ministros de mejor relación con el matrimonio Kirchner. Néstor siempre fue elogiado como el mejor alumno cuando era gobernador, y por eso lo premiaron con los tristemente célebres fondos de Santa Cruz que se esfumaron en el aire. Cristina calificó como “amigo” a Cavallo en las elecciones internas del peronismo porteño. Lo dijo en mi programa de televisión, “Le doy mi palabra”. Alguna vez apelé al archivo y lo puse nuevamente al aire, asi que está a disposición de quien lo quiera ver.
Quien quiera oir que oiga. Pero no me quiero meter en los aspectos judiciales que son muy técnicos y que deberían seguir su curso y castigar a quienes haya que castigar si se cometieron delitos al vender el terreno de la Rural a precio vil. Insisto con el mensaje político, con la señal de hostigamiento. Porque si hablamos de terrenos a precio vil, los mas famosos son los de Calafate donde toda la familia Kirchner y sus íntimos amigos compraron miles y miles de hectáreas a 7,50 pesos el metro cuadrado. ¿Eso fue precio vil, sagacidad comercial o directamente una estafa a todos los santacruceños? Después, el matrimonio Kirchner vendió uno de esos terrenos a 2 millones y medio de dólares a una cadena de supermercados. Asi cualquiera se hace millonario. ¿Alguna vez se investigará a fondo eso? Castigar ese delito ya no se puede porque es cosa juzgada. Ventajas que da el uso y el abuso del poder.
Pero no nos vayamos del tema del campo. Porque no es solamente está la confiscación contra lo que ellos denominan la “oligarquía”. También castigaron a los campesinos mas chicos y medianos que estan en la Federación Agraria y en consecuencia a todo el sector que se completa con tantas cooperativas y productores que estan en CRA y Coninagro. A los del Grito de Alcorta les quitaron una de sus fuentes de financiamiento. Con la misma contudencia y arbitrariedad que el decreto confiscatorio. Sin dar explicaciones, sin abrir el diálogo, a cara de perro. El ministro de Agricultura tiene prohibido recibir a la Mesa de Enlace.
Lo lógico, lo razonable, sería conversar y buscar soluciones para los graves problemas que hay en el campo. Pero la orden es la de obligar al sometimiento. Al silencio cómplice. El gobierno solo habla con quien se coloca de rodillas. Con el que aplaude todo. Y es la prueba mas contundente del autoritarismo con el que se manejan. Ir por todo y por la revancha genera siempre una situación agresiva e intolerante. El viejo peronismo que Perón mismo se encargó de modificar en sus últimos años, decía “Al enemigo, ni justicia”. El cristinismo que parece haber tomado solo lo peor de aquellas épocas. Todo el tiempo confirma que “Al campo, ni justicia”. Ya se sabe que el que siembra odio cosecha fracturas sociales. Y que el odio es el peor veneno de un país.
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