viernes, 28 de diciembre de 2012


Con la humedad también llegan plagas a la soja

El monitoreo a campo es el paso previo para el plan de control.
Villa María. La siembra directa va modificando los ambientes productivos y creando condiciones para la aparición de plagas que antes eran poco frecuentes en los cultivos. A esto se suman las situaciones climáticas extremas a las que son sometidas las producciones, que oscilan entre años muy secos y otros con altas precipitaciones. Esto plantea un desafío en cuanto al manejo que debe tenerse en la aparición de insectos, una de las preocupaciones por estos días.
Un especialista en el monitoreo de plagas, el ingeniero agrónomo Diego Álvarez, brindó una charla para productores, organizada por Sancor Seguros. Álvarez se refirió a las nuevas plagas insectiles en el cultivo de soja, precauciones en su manejo, nuevas moléculas de insecticidas que ofrece el mercado y la dosis letal media (DL50) que tiene cada uno de los más usados.
“Año tras año se ve una creciente incidencia de isoca bolillera y chinche de los cuernitos, que están asociadas a la acumulación de rastrojo en superficie. Como se ubican debajo, muchas veces llegar allí con los insecticidas es complicado”, alertó Álvarez. También mencionó a las que se ubican próximas al suelo, como los grillos.
 
Estrategia de seguimiento. El especialista realiza frecuentemente monitoreos en el sur de Córdoba y centro y sur de Santa Fe para la firma Lares, de Pergamino. En cuanto al manejo, sostiene que el punto de partida es el monitoreo del lote, con una visita semanal y un recorrido para entender qué puede estar pasado. “Hay que saber cómo buscar la plaga, reconocerla y cuantificarla. Muchas veces ocurre que se la reconoce, pero no se sabe ponerle un valor. Esto dificulta la toma de decisiones”, advirtió en diálogo con La Voz del Campo .
Una vez que se tiene claro el tipo y grado de afectación del cultivo, hay que comenzar a posicionar los productos con la selección de moléculas según su persistencia.
En este sentido se recomienda atender no solamente el activo que formar parte del producto, sino su formulación completa. Cuando hay rastrojos en superficie habrá que elegir formulaciones que puedan atravesarlo.
Controlar las aplicaciones no es menor. Una fumigación efectuada en un momento poco apropiado puede generar un desperdicio de recursos y pérdida de efectividad.
Álvarez explicó que como la mayoría de los insecticidas que ofrece el mercado actúan por ingestión. “Hay que garantizar una buena llegada al blanco, para que se encuentre disponible cuando el insecto lo quiera comer”, agregó.
Con antecedentes recientes de años de sequía extrema se instalaron en los lotes plagas que no eran comunes, pero que adquieren prevalencia, como ácaros o trips.
Con períodos lluviosos, como se está dando actualmente, las plagas que predominan son las isocas defoliadoras y chinches.
En estos casos, el especialista indicó que así como se avanzó mucho desde la sociedad en prestar atención a cómo se realizan las fumigaciones, destacó que las empresas evolucionaron en la oferta de moléculas viables para llevar un manejo sustentable. “Hace diez años atrás no salíamos de endosulfán, cipermetrina y clópirifos. Hoy hay múltiples opciones y existen productos de banda verde para matar isocas y control de chinches con muy buena eficiencia de control de plaga”, mencionó.

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