El responsable del Departamento Técnico de Ipesa, Pablo Seniow, destacó cómo el producto permitió ampliar los horizontes productivos y logró resistir el embate de las inundaciones.
El campo argentino tiene un antes y un después en la aparición de la silobolsa. Hoy es una herramienta fundamental para el productor. Tanto, que para el responsable del Departamento Técnico de Ipesa, Pablo Seniow, logró suplir la falta de infraestructura necesaria para el nivel de producción que el país alcanzó, además de volverse tolerante a las inundaciones que azotaron a algunos lotes.
Seniow remarcó que “La bolsa ya es parte del sistema productivo argentino. Somos parte del paisaje porque transformamos todo el sistema de almacenaje en el país. Es un punto de inflexión que nos permitió llegar al record de ventas y volúmenes. Los volúmenes de cosechas no podrían ser almacenados si no fueran por el sistema de embolsado”.
“La producción argentina ha crecido en forma exponencial y generó un cuello de botella por falta de infraestructura. Eso pasa en los países desarrollados, aunque en un país como el nuestro, tan amplio, el cuello de botella al momento de la cosecha era muy grande. La infraestructura para almacenar la cosecha es inimaginable”, añadió.
El representante de la compañía dijo además que Ipesa ha ampliado “la capacidad de producción y nuestro depósito de logística en Buenos Aires”. Sin embargo, “por una cuestión lógica de distribución, es muy complicado abastecer al país en forma instantánea. Siempre tratamos de que el productor planifique sus compras para llegar con tiempo y forma”.
“Es de esperar, por condiciones climáticas, que haya una buena cosecha. El hecho de que en lugares húmedos exista la imposibilidad de transitar los caminos rurales hace que la bolsa sea la única alternativa. Para los potenciales rendimientos de ahora, hay que cosechar, no se puede esperar, y la forma de hacerlo es mediante el embolsado”, subrayó.
Sobre la posibilidad de realizar el embolsado en campos inundados, dijo: “En principio no recomendamos embolsar en zonas anegables porque imposibilita cualquier extracción y el riesgo de deterioro existe. Hemos tenido casos de gente con problemas de anegamiento y el cereal lo ha sacado sin problemas. Lo aconsejable es buscar las zonas que no sean inundables. Hay casos de bolsas que han quedado anegadas, pero sí hay que tener en cuenta un buen sellado de la misma”.
No solo es para soja, maíz o trigo, asegura: “Del volumen de demanda, un 30% se destina a ensilado, sea sorgo, alfalfa, reservas forrajeras. Para intensificar el uso de la tierra el silo es una buena herramienta y por el costo de ración es lo más económico del mercado”.
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