Aviación Agrícola: piden “menos alarma y mayor control
El presidente de FEARCA, el Dr. Orlando Martínez, señaló que “en
su edición del 17 de diciembre de 2012, y bajo el título “Escuelas
rurales padecen las fumigaciones”, el diario La Voz del Interior informó
a la comunidad la denuncia de un colectivo de docentes de pequeños
pueblos del interior de Córdoba, conforme a la cual las empresas de
trabajo agroaéreo de la región no estarían respetando la ley provincial
que fija una distancia mínima para aplicar agroquímicos con sus
aeronaves”.
“La información es confusa y tendenciosa, por lo que contribuye a
generar un estado de alarma colectiva que no ayuda a la paz social y,
simétricamente, atenta contra la producción que sostiene la economía de
vastos sectores de la sociedad cordobesa”, dijo el titular de la
Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas de Córdoba.
En tanto, añadió que “corresponde aclarar que la actividad agroaérea se encuentra absolutamente regulada por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Cada una de las empresas de aeroaplicación que operan en Córdoba cuenta con un Certificado de Explotador de Trabajo Aéreo (CETA) y, para que la autoridad aeronáutica expida el documento es preciso que la peticionante cumpla con una serie de requisitos conforme al artículo 6 del Decreto Nº 2836/71″.
“Estos requisitos además son confrontados de forma aleatoria e intempestiva en el curso de las inspecciones de fiscalización que la ANAC efectúa regularmente a las empresas de Trabajo Aéreo de todo el país. Como si esto no fuera suficiente, cada empresa debe ceñir su operación al cumplimiento de las normas locales sobre productos agroquímicos o fitosanitarios, lo que se cumple escrupulosamente en Córdoba”, siguió Martínez.
Por otro lado, aclaró que “ocurre, sin embargo, que el severo control que la autoridad aeronáutica ejerce no encuentra correlato con el control ejercido por las autoridades provinciales sobre los vectores de aplicación terrestre. Así, es frecuente comprobar que se le atribuyen a las aeronaves las consecuencias de malas aplicaciones producidas desde tierra por equipos rodantes del tipo “arañita” o “mosquito”. Esta asimetría de tratamiento ha llevado a cuestionar la aplicación aérea de productos agroquímicos o fitosanitarios, sin reparar en que es la más controlada, eficiente e inocua de todas. Aunque las empresas aéreas trabajan registradas, aunque operan siempre desde las mismas bases, y aunque sus propietarios son perfectamente conocidos por todos los productores agrícolas de la zona, los críticos nunca logran identificar con precisión a una aeronave en concreto, nunca denuncian con certeza a ningún pretendido responsable y nunca aportan medio alguno de prueba que permita siquiera conocer al presunto infractor. En su lugar, disparan sus críticas contra toda una actividad de aeroaplicación, alcanzando en el proceso verdaderos niveles de delirio, como puede verse en la nota que comentamos”.
“En efecto, allí se afirma que “en muchos pueblos se siguen utilizando a los niños como banderilleros, con lo cual se exponen a posibles envenenamientos agudos, además de problemas crónicos”. La afirmación, verdaderamente espeluznante, contrasta con la realidad, ya que todas las aeronaves de aeroaplicación que operan en Córdoba disponen de banderilleros satelitales, es decir, dispositivos con GPS para la señalización exacta de los campos a tratar. Por eso mismo en la provincia no hay propiamente “escuelas fumigadas por avión”, ni motivo para que los docentes espanten a sus alumnos con prácticas defensivas equivalentes a las de un bombardeo aéreo. Y ello, sencillamente, porque previo a la aeroaplicación los pilotos identifican todos los obstáculos, marcan exactamente las áreas prohibidas, toman las distancias correspondientes, producen los avisos de trabajo con la antelación correspondiente, y cuidan de producir las aplicaciones en días y horarios que minimicen las molestias a la comunidad”, sostuvo.
Finalmente, Martínez consideró que “como si lo expuesto no fuera suficiente, resulta que desde hace años FeArCA y sus Cámaras Empresarias asociadas alientan el cumplimiento de técnicas agroaéreas adecuadas y prácticas profesionales responsables, para que la dispersión de productos de uso agrario se produzca de forma inocua para el medio ambiente. Por eso mismo propendemos activamente a lograr un desarrollo agrícola armónico y sustentable, amigado con el entorno rural y social. Tal objetivo exige, sin embargo, el acompañamiento de toda la comunidad. Por ello invitamos a todos los vecinos, docentes o interesados, para que denuncien cualquier caso de operación aérea anormal a FeArCA, con domicilio en España 848, Rosario; o a los telefónos 0341-4250601/ 3716310, o bien al portal informátivo www.fearca.org.ar
En tanto, añadió que “corresponde aclarar que la actividad agroaérea se encuentra absolutamente regulada por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Cada una de las empresas de aeroaplicación que operan en Córdoba cuenta con un Certificado de Explotador de Trabajo Aéreo (CETA) y, para que la autoridad aeronáutica expida el documento es preciso que la peticionante cumpla con una serie de requisitos conforme al artículo 6 del Decreto Nº 2836/71″.
“Estos requisitos además son confrontados de forma aleatoria e intempestiva en el curso de las inspecciones de fiscalización que la ANAC efectúa regularmente a las empresas de Trabajo Aéreo de todo el país. Como si esto no fuera suficiente, cada empresa debe ceñir su operación al cumplimiento de las normas locales sobre productos agroquímicos o fitosanitarios, lo que se cumple escrupulosamente en Córdoba”, siguió Martínez.
Por otro lado, aclaró que “ocurre, sin embargo, que el severo control que la autoridad aeronáutica ejerce no encuentra correlato con el control ejercido por las autoridades provinciales sobre los vectores de aplicación terrestre. Así, es frecuente comprobar que se le atribuyen a las aeronaves las consecuencias de malas aplicaciones producidas desde tierra por equipos rodantes del tipo “arañita” o “mosquito”. Esta asimetría de tratamiento ha llevado a cuestionar la aplicación aérea de productos agroquímicos o fitosanitarios, sin reparar en que es la más controlada, eficiente e inocua de todas. Aunque las empresas aéreas trabajan registradas, aunque operan siempre desde las mismas bases, y aunque sus propietarios son perfectamente conocidos por todos los productores agrícolas de la zona, los críticos nunca logran identificar con precisión a una aeronave en concreto, nunca denuncian con certeza a ningún pretendido responsable y nunca aportan medio alguno de prueba que permita siquiera conocer al presunto infractor. En su lugar, disparan sus críticas contra toda una actividad de aeroaplicación, alcanzando en el proceso verdaderos niveles de delirio, como puede verse en la nota que comentamos”.
“En efecto, allí se afirma que “en muchos pueblos se siguen utilizando a los niños como banderilleros, con lo cual se exponen a posibles envenenamientos agudos, además de problemas crónicos”. La afirmación, verdaderamente espeluznante, contrasta con la realidad, ya que todas las aeronaves de aeroaplicación que operan en Córdoba disponen de banderilleros satelitales, es decir, dispositivos con GPS para la señalización exacta de los campos a tratar. Por eso mismo en la provincia no hay propiamente “escuelas fumigadas por avión”, ni motivo para que los docentes espanten a sus alumnos con prácticas defensivas equivalentes a las de un bombardeo aéreo. Y ello, sencillamente, porque previo a la aeroaplicación los pilotos identifican todos los obstáculos, marcan exactamente las áreas prohibidas, toman las distancias correspondientes, producen los avisos de trabajo con la antelación correspondiente, y cuidan de producir las aplicaciones en días y horarios que minimicen las molestias a la comunidad”, sostuvo.
Finalmente, Martínez consideró que “como si lo expuesto no fuera suficiente, resulta que desde hace años FeArCA y sus Cámaras Empresarias asociadas alientan el cumplimiento de técnicas agroaéreas adecuadas y prácticas profesionales responsables, para que la dispersión de productos de uso agrario se produzca de forma inocua para el medio ambiente. Por eso mismo propendemos activamente a lograr un desarrollo agrícola armónico y sustentable, amigado con el entorno rural y social. Tal objetivo exige, sin embargo, el acompañamiento de toda la comunidad. Por ello invitamos a todos los vecinos, docentes o interesados, para que denuncien cualquier caso de operación aérea anormal a FeArCA, con domicilio en España 848, Rosario; o a los telefónos 0341-4250601/ 3716310, o bien al portal informátivo www.fearca.org.ar
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