miércoles, 1 de agosto de 2018

El extracto de yerba mate retrasa el deterioro de las neuronas dopaminérgicas


Su deterioro es el causantes de la enfermedad conocida como”•Mal de Parkinson”. Las pruebas “in vitro” demostraron un efecto neuroprotector
Un estudio científico liderado por Emilia Gatto, del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires, indicaba que el consumo de la yerba mate genera efectos beneficiosos en las personas que enfrentan el ”Mal de Parkinson”.
Ahora, un nuevo trabajo con financiamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), comprueba que el extracto de yerba mate retrasa el deterioro de las neuronas dopaminérgicas, causantes de la enfermedad, demostrando “in vitro” un efecto neuroprotector.
Juan Ferrario, del Instituto de Investigaciones Farmacológicas (del CONICET – UBA), explicó que el efecto del mate “excede un mero efecto antioxidante” y que la buena noticia obtenida en el laboratorio podría ser extrapolada a seres humanos, y quizás proyectarse con fines terapéuticos.
Esto se observó en un estudio poblacional muy interesante que desarrolló la neuróloga Emilia Gatto, pero donde sólo se mostró la estadística a nivel poblacional.
“Nosotros empezamos después a intentar evaluar el potencial efecto protector que pudiera tener el mate en modelos de Parkinson, y empezar a buscar los mecanismos celulares por los que el mate podría ser beneficioso para una enfermedad neurodegenerativa como el Parkinson”, asegura la investigadora.
Por otra parte, los investigadores empezaron a estudiar en un modelo más simplificado aún que son cultivos primarios de neuronas dopaminérgicas. Este tipo de neuronas son las que mueren en la enfermedad de Parkinson. La muerte es lenta y progresiva a lo largo de la vida, por eso desde hace muchos años que se buscan sustancias capaces de enlentecer el proceso de muerte. Lo ideal sería frenarlo, algo que equivaldría a una cura, pero el sólo hecho de hacerlo más lento podría ser muy beneficioso para el paciente.
“El cultivo que usamos tiene neuronas dopaminérgicas que degeneran progresivamente en las condiciones de cultivo en un periodo de 10 a 14 días, y es un modelo in vitro muy utilizado para estudiar la dinámica de muerte y sobrevida de este tipo de neuronas. Entonces lo que hicimos fue agregar al medio de cultivo un extracto de yerba mate para ver qué efecto tiene sobre estas neuronas”, comenta Juan Ferraro del Instituto de Farmacología UBA – Conicet.
El investigador cuenta que este extracto tiene un efecto neuroprotector muy poderoso, comparable con factores de crecimiento específico para neuronas dopaminérgicas. Esto podría no sorprender porque se sabe que los agentes antioxidantes son naturalmente neuroprotectores, y el mate tiene sustancias antioxidantes muy poderosas, pero de todos modos, a pesar de que fuera esperable, observarlo es muy bueno y alentador.
“Cuando digo “pretendemos” me refiero a todo el equipo, que se completa con los investigadores Pedro Ballestero y Alejandra Bernardi, los dos muy materos”, añade Ferraro.
La primera etapa de la investigación se encuentra en un punto final, porque se demostrado que el extracto de yerba mate retrasa la muerte de las neuronas dopaminérgicas en cultivo.
“Profundizamos este efecto neuroprotector con el de un antioxidante conocido y evaluamos el efecto de otras sustancias presentes en el mate como la cafeína, la teobromina y el ácido clorogénico. En este sentido encontramos que el extracto de yerba mate es mejor neuroprotector con los tres compuestos aislados. Pero además el ácido clorogénico, y no la cafeína o la teobromina, favorecen el desarrollo del árbol dendrítico. Esto último es muy atractivo porque hace pensar que el efecto del mate excede un mero efecto antioxidante y está disparando información intracelular que favorece el crecimiento de las neuronas”, razona el investigador.
Los investigadores enviaron los resultados para ser publicados por na revista científica internacional, pero a su vez, ya trabajan en las etapas subsiguientes del proyecto que consiste en iniciar a comprender el mecanismo celular por el que mate protege a las neuronas dopaminérgicas en cultivo y empezar a pensar en cómo estos resultados pueden proyectarse con fines terapéuticos.
La interpretación es correcta pero: “Tenemos que ser prudentes porque los resultados que obtuvimos en laboratorio (ensayos in vitro o en cultivo) lo tenemos que traspolar a modelos más complejos, como roedores”, añade.
En el caso de las personas es más complejo, ya que hablamos de mecanismos distintos de muerte neuronal, tiempos diferentes de exposición al mate, concentraciones diferentes que desconocemos (no sabemos cuánto “mate” le llega a las neuronas en el cerebro) y variables entre uno u otro tomador. Hay muchas otras variables que hacen que lo que uno ve en el laboratorio pueda ser diferente a lo que pasa en el cerebro de un enfermo.
Sin embargo, hay que tomar nuestros resultados como “algo más” para pensar que el mate puede ser beneficioso contra el Parkinson. Sumar esto a la capacidad antioxidante del mate, y la evidencia poblacional que publicó la investigadora Emilia Gatto hace 2 anos.

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