La falta de cuidado en los cultivos ha provocado una merma en su producción y exportación. Urge un plan para rescatarlo.
Para muchos, se trata de un protagonista discreto pero siempre presente en los mercados peruanos. Con su tono amarillo aguachento y sus líneas marrones o violetas, el pepino dulce es sin duda un compañero de toda la vida para los consumidores de fruta que sin embargo nunca aparece entre las noticias de los grandes agroexportadores.
Y es que en cierta forma, el pepino dulce está olvidado.
William Daga, especialista en frutales de Sierra y Selva Exportadora, nos dice que en el país existen entre 750 a 800 hectáreas de este jugoso fruto. Cada una de estas hectáreas produce de 15 a 18 toneladas. Sus zonas producción conocidas son Lima, Áncash, Ica, Arequipa y La Libertad.
A pesar de que casi siempre ha estado en un segundo plano, lo cierto es que el también llamado pepino serrano, que es oriundo de Perú, sí se ha estado exportando desde hace 20 años, pero con unos niveles cada más más menguantes.
“Se ha estado exportando en fresco. El pepino serrano o dulce es de los Andes peruanos y tiene una gama de diferentes biotipos o morfotipos en Perú…entonces se encontró uno era de color amarillo con filos violetas que son los que se podían exportar, son medio redondos, a diferencia de los otros medio alargados y que en el centro pican mucho, esos se han ido descartando con el tiempo”, explica Daga.
Agrega que desde hace cuatro a ocho años el nivel de exportaciones empezó a bajar (con destino a España y Holanda, enfocado en las colonias sudamericanas), así como la producción a causa del olvido. De hecho, estima que no más del 5% de la producción peruana logra colocarse en el exterior. Y es que, indica el especialista, no hay una institución que se dedique a preservarla y mejorarla genéticamente, así como a guarecerla de las enfermedades, especialmente los virus, lo que ha ido deteriorando el cultivo a nivel nacional.
“Lo que sería interesante es retomar este fruto, hacer la limpieza de virus y una selección, así como un centro de producción de semillas –porque la gran mayoría de estas semillas es asexual-…no hay semillas…se trasplanta o propaga por esquejes, entonces si hay una planta enferma va contagiar al resto”, refiere.
Es por estas razones que el especialista de Sierra y Selva Exportadora lanza un dictamen: “(el pepino) no pasaría una certificación Global Gap porque como es una solanácea le aplican muchos pesticidas, entonces no hay buen manejo fitosanitario”.
Dato
.William Daga apunta que si bien el pepino dulce es oriundo de Perú también se ha llevado material genético a México y Costa Rica, aunque todavía no hay muchos datos de su devenir en esos destinos.
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