Todavía son pocos los frigoríficos locales que cumplieron con la instalación del cajón rotativo que garantiza un mejor bienestar animal en las faenas rituales para Israel.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, presionado por los movimientos defensores de los animales, comenzó a exigir -a partir de mayo de 2018- la instalación del nuevo sistema de agarre del ganado. Muchas plantas uruguayas están adaptándose a ese requerimiento, pero aún hay algunas incertidumbres que pueden hacer bajar el volumen de delanteros que Uruguay va a colocar en este destino.
“La realidad es que si el precio de Israel no mejora o se mantiene en los niveles actuales -cerca de US$ 7.000 por tonelada-, producir para ese destino, con las inversiones que requiere y con el cambio en la velocidad de la faena, se vuelve un costo que no lo defiende el negocio”, afirmó a El País el presidente de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu), Marcelo Secco.
Con todos los cambios, sumados a la inversión, si el precio del negocio no se mantiene atractivo, “muchas plantas no van a faenar con ese destino”, reiteró. A su vez, otras empresas que estaban en duda, “están esperando ver cómo reacciona el mercado”, explicó Secco, que además es el director general para el Cono Sur del Grupo Marfrig.
Seguramente la meta de los frigoríficos que tienen obras en marcha, es poder tener todo pronto para octubre o noviembre, en función de que la próxima zafra, por cómo cae la Pascua Judía, será más larga. “Las empresas pueden aprovechar lo que puede ser la baja actividad que parecería darse en agosto y septiembre -generalmente e es así todos los años- para hacer las obras sin que afecten la faena”, explicó el ejecutivo.
En el arranque de junio y julio, los valores que pagaron los importadores israelíes cambiaron sensiblemente. Hoy Israel tiene una gran oferta interna de carne y los valores de la carne importada están bajos y eso conspira contra los precios de abastecedores como Uruguay.
En lo máximo. Analizando el mercado de haciendas, Secco estimó que “estamos en pleno pico de la poszafra” y agregó que la industria se va adaptando en función de los negocios que tenga concretados. “Cayeron los precios de venta, subió el precio del ganado, el valor del dólar que vuelve a aflojarse y el clima no permite que los ganados de pradera fluyan en forma natural. Todo eso hace pensar que se terminará julio y comenzará agosto en el pico de la postzafra”.
Con esas variables sobre la mesa, el director Cono Sur de Marfrig descartó de plano nuevas subas del ganado, porque el mercado mundial de carnes muestra nubarrones. “El peor escenario en la actividad y el negocio parecería conformarse en julio y agosto, donde el precio promedio de la tonelada va a la baja”, afirmó Secco. La esperanza de la industria es que, a partir de septiembre y octubre, cuando se abra la nueva zafra ganadera, el mercado mundial de carnes muestre más movimiento, como venía mostrando antes.
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