Profecías no, certezas
La brecha entre el sector productivo y el ámbito gubernamental ya tiene categoría de abismo. En algún momento de la actual gestión de gobierno se vislumbró con cierta esperanza que el sector agropecuario obtuviera categoría de ministerio no sólo como muestra del rol protagónico de la producción en la economía nacional, sino como una forma de tender puentes en pos de un futuro mejor.
Hoy no caben dudas de que esas veredas se ensancharon y sólo parece reinar en el sector productivo la difícil sensación de que nada por el momento va a cambiar hasta que cambie el gobierno. El sabor es amargo porque el tránsito por esta actualidad no ha sido pasivo, sino más bien todo lo contrario.
Desde la masiva adhesión que el campo tuvo del conjunto de la sociedad en 2008 hasta la unión de la FAA, la CGT y la CTA en las últimas protestas. Es que la polarización entre quienes están a favor y en contra excede al sector agropecuario. A tal punto que en uno de los últimos comunicados de la FAA, su presidente, Eduardo Buzzi, cuestionó los recientes acuerdos firmados por el gobierno nacional con fondos árabes que llegarán al país para sembrar alfalfa en la región cuyana. “Quienes nos gobiernan promueven una política que está vaciando los pueblos del interior, que está poniendo en crisis el destino de nuestras economías regionales. Veo con enorme preocupación los acuerdos cerrados por el ministro de Agricultura de la Nación, con fondos de inversión de Arabia Saudita, para que siembren más de 15 mil hectáreas con alfalfa en la provincia de San Luis y montar una empresa láctea. El futuro agropecuario en manos del gobierno kirchnerista es mayor concentración y mayor extranjerización. Quienes dicen ser parte de un proyecto nacional, popular y progresista, en realidad promueven la agricultura a gran escala, sin gente y sin productores. Es lo que ya hicieron en Santa Cruz, con el modelo de los Benetton, con un millón de hectáreas en manos de una sola empresa, y 170 puestos de trabajo”.
En muchos casos reina la sensación de que el Estado además adoptó al sector como una fuente de ingresos segura. Es que el último año la presión tributaria arremetió con fuerza en varias provincias agudizando todavía más el malestar. Las últimas expresiones se dieron en la provincia de Santa Fe por el incremento de hasta el 400% en el Inmobiliario Rural. “Este aumento se implementa luego de las cuantiosas pérdidas provocadas por la sequía del verano pasado, que se ven agravadas ahora por los anegamientos por el exceso de lluvias que no permiten sembrar, obligan a gastos extras por re siembra de los lotes, y complican a la ganadería y a los tambos”, describió la SRA al respecto.
También el Chaco impulsó un proyecto de modificación tributaria provincial, sobre el cual se expidió CRA, argumentando: “Los productores queremos eficiencia y responsabilidad en los gastos, que se cobre a todo el mundo y no solamente a los que estamos registrados. Además sostenemos que el aumento de la recaudación se debe dar por mayor producción y no por más carga tributaria al campo”.
2012 estrena diciembre y –lejos de cualquier profecía- la mayoría de los productores ven que sus cuentas certeramente no cierran.
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