La inestabilidad creciente y una fragilidad de los servicios veterinarios pueden poner en peligro la seguridad mundial según la OIE
Durante la reunión de los Estados Parte en la Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas, Bernard Vallat, director general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), hizo un llamamiento para que se tomen medidas contra la amenaza creciente que los patógenos animales plantean a la seguridad mundial. La liberación accidental o deliberada de [...]
Durante la reunión de los Estados Parte en la Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas, Bernard Vallat, director general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), hizo un llamamiento para que se tomen medidas contra la amenaza creciente que los patógenos animales plantean a la seguridad mundial.
La liberación accidental o deliberada de patógenos animales puede tener repercusiones desastrosas para la salud pública, las economías y la estabilidad social, porque el 60% de las enfermedades infecciosas humanas provienen de los animales (zoonosis) y todas las enfermedades infecciosas de los animales también causan enormes pérdidas a la agricultura. Por ello, la mayoría de agentes que pueden utilizarse como armas biológicas son patógenos de origen animal.
Los mecanismos de vigilancia eficaz, de detección temprana y de respuesta rápida a las enfermedades animales que cumplen las normas internacionales promocionadas por la OIE constituyen la defensa más eficaz contra los brotes de enfermedades animales infecciosas, sean de causa natural, accidental o intencional. Las normas de laboratorios de la OIE para la gestión del riesgo biológico también protegen contra la liberación accidental de patógenos de los laboratorios y evitan que estos caigan en manos indebidas.
Vallat declaró: “la mejor manera de proteger el mundo entero contra las crecientes amenazas biológicas vinculadas con patógenos animales es garantizar que el conjunto de los Servicios Veterinarios nacionales cumplan las normas internacionales de calidad establecidas por la OIE. Este debe ser el fundamento para las políticas de gestión del riesgo biológico”.
“Los gobiernos comparten la responsabilidad de utilizar todos los medios a su disposición y de aplicar las recomendaciones preconizadas por la OIE para prevenir y controlar las enfermedades animales. Así se reducirán los riesgos significativos que entrañan estos patógenos”, subrayó el Dr. Vallat. “Para alcanzar este objetivo, es preciso utilizar todos los canales disponibles con vistas a convencer a las autoridades decisorias”, añadió.
En mayo de 2011, la OIE declaró la erradicación mundial de la peste bovina, también llamada “plaga bovina” por sus consecuencias devastadoras sobre el ganado. Un año después de que la OIE declaró el mundo libre de peste bovina, decenas de laboratorios en todo el mundo conservan existencias del virus, y dado que la enfermedad ya no está presente en los animales, la única manera como podría surgir un brote sería que el virus salga de un laboratorio.
Para garantizar que el mundo permanezca libre de la peste bovina, la OIE hace un llamamiento a todos los países para que destruyan las existencias restantes de virus de peste bovina o se aseguren de que el virus sea transferido a un laboratorio de referencia aprobado. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han exigido también una moratoria de la investigación con virus vivos de peste bovina.
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