Seis países bloquean carne brasileña
Arabia Saudita, Egipto y Corea del Sur anunciaron ayer la suspensión de la compra de carne bovina procedente de Brasil debido a la detección de un caso del mal de la «vaca loca», con lo cual ya son al menos seis los países que restringieron el ingreso de ese producto. En tanto Rusia, el mayor [...]
Arabia Saudita, Egipto y Corea del Sur anunciaron ayer la suspensión de la compra de carne bovina procedente de Brasil debido a la detección de un caso del mal de la «vaca loca», con lo cual ya son al menos seis los países que restringieron el ingreso de ese producto.
En tanto Rusia, el mayor comprador de carnes brasileñas, también expresó su preocupación y anunció que enviará expertos para visitar haciendas en los próximos meses. El Ministerio de Agricultura informó que el lunes recibió una comunicación del Gobierno de Arabia Saudita, uno de los 10 mayores compradores de carnes brasileñas, en que se reportó la suspensión de las importaciones de ese producto en general.
Arabia Saudita importó 31.300 toneladas de carne vacuna en los diez primeros meses de este año por un monto de u$s 143,5 millones dijo el especialista Alex Lopez da Silva, un monto que es relativamente bajo, pero su decisión puede generar un efecto «cascada» en otros países de la región como Irán, que la semana pasada formuló una advertencia a Brasil.
Mientras Arabia Saudita prohibió el desembarque de toda la carne vacuna procedente de Brasil las autoridades egipcias impusieron restricciones al ganado producido en el estado de Paraná, donde fue confirmado al menos un caso del mal de la «vaca loca» o encefalitis espongiforme bovina.
Egipto es el tercer importador de carnes brasileñas, pero por lo pronto el impacto económico de su anuncio es relativamente bajo pues sólo prohibirá el desembarque de ganado paranaense y continuará adquiriendo la producción procedente de otros estados brasileños.
A su vez, Corea del Sur anunció un embargo a las carnes bovinas procesadas brasileñas bajo el argumento de la posibilidad de una contaminación por el llamado mal de la «vaca loca».
De enero a octubre, Corea del Sur compró 15 toneladas de carne procesada brasileña, volumen inferior a los demás países que también suspendieron importaciones. Así lo precisó por la tarde el Ministerio de Agricultura, que considera a los países que prohibieron el ingreso de carnes brasileñas como pequeños importadores, según la estatal Agencia Brasil.
También Japón, China y Sudáfrica dejaron de comprar ganado vacuno al tiempo que Chile y Venezuela solicitaron informaciones sobre la situación sanitaria y, por lo pronto, van a seguir importando.
Demora
Brasil, que es el segundo exportador mundial de carnes, reportó hace dos semanas a la Organización Mundial de Salud Animal la muerte de una vaca reproductora de 13 años ocurrida en 2010 en Paraná, estado sureño y limítrofe con Paraguay y la Argentina.
«No es posible que el Gobierno demore un año y medio en enviar esa información a la Organización de Salud Animal. Nosotros sabemos que hay cada vez menos presupuesto para Seguridad Sanitaria y por eso pasan estos atrasos», criticó Bruno Brecher, especialista en agronegocio.
«El negocio de la exportación de carnes son u$s 15.000 millones que ingresan cada año (a Brasil) y nuestros competidores van a querer sacar partido de esto», comentó ayer Blecher.
El Gobierno reconoce que en los restos de la vaca se detectó la presencia del agente transmisor de la encefalitis espongiforme bovina, pero no fue esa dolencia la que causó la muerte del animal.
Ante el número creciente de países que levantaron sus compras o advirtieron que pueden hacerlo el Ministerio de Agricultura anunció que un grupo de especialistas realizará una gira internacional para explicar que el caso de Paraná es «atípico».
Por otra parte, la Asociación de Industrias Exportadoras de Carnes de Brasil sostuvo que la Organización Mundial de Salud Animal tipificó como «insignificante» el riesgo de que haya un brote del mal en todo el país.
El superávit del comercio exterior brasileño depende en gran medida del dinamismo de las commodities, ante el estancamiento de las exportaciones industriales, y un embargo generalizado de las carnes puede representar un golpe duro, especialmente si se suma Rusia, que es el primer comprador.
La presidenta Dilma Rousseff visitó la semana pasada Moscú donde se reunió con su par Vladimir Putin, mientras funcionarios de ambos gobiernos analizaron el embargo ruso a la importación de ganado de tres estados que son Mato Grosso, Rio Grande do Sul y Paraná.
A pesar de ese veto a tres provincias, Rusia compra a otros estados brasileños y sigue siendo el mayor importador de carnes brasileñas.
La visita de Rousseff a Rusia tuvo como saldo favorable el hecho de que Moscú no amplió sus barreras hasta nuevo aviso y con ello se «evitó un retroceso» en un momento difícil para los exportadores, según comentó el empresario Pedro de Camargo Neto.
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