De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto para la Investigación del Consumidor (GICR) de Georgetown, considerando los objetivos establecidos y las actualizaciones propuestas por la FDA respecto a la información nutricional, los consumidores encontraron que las nuevas etiquetas son más fáciles de leer en menor tiempo. Asimismo, creen que las porciones de alimentos y bebidas de gran tamaño son menos saludables.
Luego de las primeras modificaciones propuestas por la FDA a la tabla de Información Nutricional hace ya más de veinte años (léalo aquí), dos investigadores del GICR trataron de averiguar cómo proponer a los consumidores etiquetas nutricionales útiles y actualizadas, examinando en particular, la efectividad de las etiquetas al leerlas rápido y si el aumento de tamaño de las porciones y las calorías, hacen que sean más precisas.
Para el estudio iniciado en marzo de 2014, se presentaron 830 consumidores cada uno con una botella de soda de 590 ml (20 oz), una pizza congelada, una bolsa de papas fritas de 227 gr (8 oz), seguido por una imagen de la etiqueta nutricional hecha para cada producto. Los consumidores fueron asignados al azar para ver la etiqueta actual, la propuesta y una alternativa. Cada etiqueta también contenía la información nutricional del tamaño de las porciones o para 1,5 veces el tamaño de la porción existente para reflejar los ajustes de tamaño propuestos por la FDA. Por último, la información de la etiqueta nutricional fue presentada a cualquiera, por diez segundos, para imitar la compra en una tienda o por una cantidad ilimitada de tiempo.
Los investigadores comentaron a FoodNavigator que el hallazgo más sorprendente fue la relación entre el tiempo de visualización y la etiqueta que los consumidores encontraron más útil. Los consumidores evaluaron mejor la etiqueta propuesta al visualizarla por un breve tiempo. Sin embargo, al darles tiempo ilimitado consideraron la etiqueta actual más útil que la propuesta.
Como parte del estudio, los investigadores analizaron la cantidad promedio de tiempo que una persona podría observar una etiqueta mientras realiza sus compras en una tienda, encontrando que el tiempo promedio es de diez segundos.
Entre los cambios más notables en materia de etiquetado, la FDA propuso ajustar el tamaño de las porciones, en un esfuerzo por solucionar la confusión sobre los tamaños que se recomiendan versus la cantidad de consumidores que normalmente consumen alimentos. Por ejemplo, la mayoría de los consumidores comen más de doce papas fritas o beben más de 237 ml (8 onzas) de refresco de una sola vez, a pesar de que estos productos se mostraron como tamaño único de la porción.
Se reflejó en los resultados obtenidos por el GICR, cuando los consumidores vieron las propuestas, que los tamaños más grandes sirvieron para precisar las dimensiones actuales. También encontraron que el aumento de tamaño de las porciones generó en los consumidores la percepción de alimentos poco saludables y más perjudiciales que las porciones actuales. Estos hallazgos sugieren que los objetivos previstos se pueden lograr con las nuevas etiquetas.
Se reflejó en los resultados obtenidos por el GICR, cuando los consumidores vieron las propuestas, que los tamaños más grandes sirvieron para precisar las dimensiones actuales. También encontraron que el aumento de tamaño de las porciones generó en los consumidores la percepción de alimentos poco saludables y más perjudiciales que las porciones actuales. Estos hallazgos sugieren que los objetivos previstos se pueden lograr con las nuevas etiquetas.
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