Investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid han comprobado que el cebo de hembras de ternero de raza Avileña-Negra Ibérica en pastoreo, suplementadas con pienso, implica ventajas económicas para los productores y una mejora de la calidad de la carne para los consumidores. Investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid han […]
Investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid han comprobado que el cebo de hembras de ternero de raza Avileña-Negra Ibérica en pastoreo, suplementadas con pienso, implica ventajas económicas para los productores y una mejora de la calidad de la carne para los consumidores.
Investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid han demostrado que el sexo y el sistema de alimentación afectan a la calidad de la carne y de la grasa de terneros de raza avileña-negra ibérica.
Tras realizar una serie de estudios experimentales, un equipo de investigadores de la UPM y la UCM ha demostrado que la calidad de la misma puede mejorarse mediante nuevas estrategias de alimentación que no implican un aumento de los costes de producción para los ganaderos. Esto supone que los consumidores, para conseguir la calidad deseada, podrían elegir en el mercado carne de vacuno según el sexo del animal y el sistema de alimentación empleado durante el cebo.
TRES EXPERIMENTOS
En el primer experimento, explica la UPM en una nota de prensa, los terneros se cebaron en estabulación, alimentados con paja y pienso a voluntad. La carne derivada de estos animales exhibía un color rosado y tenía un adecuado grado de engrasamiento que dota a la carne de buen sabor. Bajo este modelo de explotación, las hembras sintetizan más grasa intramuscular que los machos, lo que se traduce en que la carne sea más tierna, jugosa y sabrosa.
En un segundo experimento, en el que los terneros se cebaron en pastoreo suplementados con 2,8 kilos al día de un pienso integrado por cebada, trigo y guisantes, se observó que su carne tenía un contenido adecuado de grasa intramuscular y era rica en ácidos grasos insaturados de la familia n-3, beneficiosos para la salud, y en vitamina E, que es un antioxidante eficaz. La carne de las hembras tenía más grasa intramuscular que la de los machos.
En el tercer experimento, se compararon dos grupos de terneros entre 400 y 520 kilos. Uno de ellos fue acabado en establo, consumiendo diariamente 9,5 kilos de pienso y 1,32 kilos de paja por animal y el otro fue acabado en pastoreo suplementado con 4,7 kilos de pienso por animal y día. El sistema de acabado no afectó a los resultados productivos, a la calidad de la canal y al color de la carne de los animales, pero la composición en ácidos grasos y el contenido en vitamina E de la grasa de los terneros acabados en pastoreo fue mucho más favorable para la salud humana que la de los acabados en estabulación.
A la luz de estos resultados parece que, en el escenario productivo de la dehesa española, el cebo de hembras en pastoreo suplementadas con pienso implica ventajas económicas para los productores y una mejora de la calidad de la carne para los consumidores.
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