Rusia, el cuarto exportador mundial de trigo, planea incrementar en 5 millones de toneladas los stocks de trigo este año para garantizarse abastecimiento interno y frenar la escalada en los valores del pan, que en un mes fue de 12%.
En medio de un martes negro para ese país, con la fuerte devaluación del rublo y suba de tasas de interés, el ministro de Agricultura ruso, Nikolai Fedorov, dijo que el gobierno de Vladimir Putin analiza medidas para garantizarse el abastecimiento de ese volumen de trigo, luego de que el debilitamiento de la moneda hizo al cereal ruso más competitivo para las exportaciones.
Y aunque no habló de restricciones a las ventas externas del cereal, algo que Rusia ya aplicó en años anteriores por escasa cosecha o exportaciones demasiado holgadas, ese temor se apoderó de los mercados. De inmediato, los futuros a marzo del trigo se dispararon en Chicago 3,2%, para marcar u$s 234,7 la tonelada, un nivel que no el grano alcanzaba desde mayo pasado.
Finalmente, en el principal mercado global de commodities agrícolas, el trigo a marzo cerró a u$s 229 la tonelada, por una toma de ganancias tras la euforia inicial.
La preocupación de que Rusia podría limitar las exportaciones de trigo se producen en momentos en que ese país lleva exportadas algo más de 15 millones de toneladas del cereal sobre una proyección en torno a 22,5 millones de toneladas para todo el año agrícola, comentó José Frogone, analista de la corredora Cortina Beruatto.
Si finalmente Putin decide limitar exportaciones, sea mediante un cepo como ya ocurrió o con una suba de los precios ofrecidos al productor, ese volumen a exportar caería en torno a 5 millones de toneladas, lo que complicaría el abastecimiento de los países que dependen del trigo ruso, y los obligaría a buscar en otros proveedores, en una campaña con buena oferta pero con demanda sostenida.
Así, el trigo fuera la estrella de la jornada en Chicago, lejos de lo que ocurre en Argentina, donde la cosecha nueva ya finalizó y persisten inconvenientes de comercialización, a partir de los cupos exportables.
En ese sentido, mientras en el mundo, el trigo sube a nivel local se produjeron abruptas caídas. Ayer en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), el contrato enero ?15 terminó en u$s 130,8 la tonelada, una retracción de 4%. Los analistas indican que el comportamiento responde a los limitados cupos exportables. Hasta ahora se autorizaron anotar 2,2 millones de toneladas de trigo nuevo con embarque desde el 15 de diciembre y desde el 1º de enero. Pero de esa cantidad, sólo se otorgaron Roes por menos de 700.000 toneladas, y cuando la exportación cuenta con trigo comprado en torno a 4 millones de toneladas, entre cosecha vieja y nueva. Además, los embarques apenas llegaron a 80.000 toneladas, cuando diciembre es “alta temporada” para el trigo argentino.
Y aunque no habló de restricciones a las ventas externas del cereal, algo que Rusia ya aplicó en años anteriores por escasa cosecha o exportaciones demasiado holgadas, ese temor se apoderó de los mercados. De inmediato, los futuros a marzo del trigo se dispararon en Chicago 3,2%, para marcar u$s 234,7 la tonelada, un nivel que no el grano alcanzaba desde mayo pasado.
Finalmente, en el principal mercado global de commodities agrícolas, el trigo a marzo cerró a u$s 229 la tonelada, por una toma de ganancias tras la euforia inicial.
La preocupación de que Rusia podría limitar las exportaciones de trigo se producen en momentos en que ese país lleva exportadas algo más de 15 millones de toneladas del cereal sobre una proyección en torno a 22,5 millones de toneladas para todo el año agrícola, comentó José Frogone, analista de la corredora Cortina Beruatto.
Si finalmente Putin decide limitar exportaciones, sea mediante un cepo como ya ocurrió o con una suba de los precios ofrecidos al productor, ese volumen a exportar caería en torno a 5 millones de toneladas, lo que complicaría el abastecimiento de los países que dependen del trigo ruso, y los obligaría a buscar en otros proveedores, en una campaña con buena oferta pero con demanda sostenida.
Así, el trigo fuera la estrella de la jornada en Chicago, lejos de lo que ocurre en Argentina, donde la cosecha nueva ya finalizó y persisten inconvenientes de comercialización, a partir de los cupos exportables.
En ese sentido, mientras en el mundo, el trigo sube a nivel local se produjeron abruptas caídas. Ayer en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), el contrato enero ?15 terminó en u$s 130,8 la tonelada, una retracción de 4%. Los analistas indican que el comportamiento responde a los limitados cupos exportables. Hasta ahora se autorizaron anotar 2,2 millones de toneladas de trigo nuevo con embarque desde el 15 de diciembre y desde el 1º de enero. Pero de esa cantidad, sólo se otorgaron Roes por menos de 700.000 toneladas, y cuando la exportación cuenta con trigo comprado en torno a 4 millones de toneladas, entre cosecha vieja y nueva. Además, los embarques apenas llegaron a 80.000 toneladas, cuando diciembre es “alta temporada” para el trigo argentino.
En ese marco, desde las exportadoras consideran que sería “un gran incentivo” que el Gobierno habilite en el corto plazo otras 4 millones de toneladas para vender al exterior, a fin de llegar a las 6 millones de toneladas. “Esto posibilitaría una mayor competencia y facilitaría que el productor reciba un mejor precio”, señalaron desde el sector agroexportador.
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