miércoles, 24 de diciembre de 2014

La crisis de la carne también golpea a Mendoza


La situación de los frigoríficos pasa por un mal momento, en Buenos Aires cerraron siete de manera simultanea y peligran 3000 empleos. En Mendoza, aun no ha habido despidos pero advierten que la “situación es complicada” y responsabilizan al gobierno por no subir el valor de la introducción de carne
La industria cárnica no está pasando por su mejor momento. En Mendoza la situación es un tanto compleja, a la baja en la producción y rentabilidad se les suma un impuesto poco favorable que perjudica a los frigoríficos locales que acuden a reducir la faena, realizar pagos semanales o elevar los costos de venta. 

La novedad que no es noticia, comenzó hacer ruido esta semana cuando unos 15.000 trabajadores se declararon en estado de alerta al enterarse que hasta el 7 de enero se suspenderán las actividades laborales en siete plantas frigoríficas exportadoras en la provincia de Buenos Aires.

Es que según advirtieron a Noticias Argentinas desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne de Buenos Aires: “Nunca en la historia de la industria ha pasado esto, ya que es el momento de mayor producción por las fiestas de fin de año”, alertó el gremio mediante un comunicado.

 La medida perjudica directamente a 3.000 trabajadores que tienen contratos temporales, según advirtió el gremio.
Las empresas que cerraron sus puertas por 15 días son Gorina, Friar, Arre Beef, Importadora y Exportadora de la Patagonia, Compañía Bernal, Carnes Pampeanas, JBS Argentina.


Qué pasa en Mendoza


En la provincia la situación es casi un reflejo del contexto nacional. La baja en las ventas ha impulsado una crisis interna en los frigoríficos, por lo que para poder seguir adelante algunas empresas han optado por reducir las horas de faena para disminuir el consumo de servicios externos, otras por pagarle a sus empleados de manera eventual o semanal equiparando con algunas horas extras y otras hasta algunas han tenido que aumentar el costo de sus productos para la venta.

En el caso del Frigorífico San Javier, quien desde octubre viene advirtiendo sobre una crisis en el sector, el panorama que se avecina no es el mejor.

Según explicaron desde San Javier, pasaron de faenar 370 animales diarios a 170, por la baja en las ventas. Esto registra “una caída del 50% en la producción”, por lo que para poder seguir en pie, el frigorífico ha optado por reducir las horas de faena y así consumir menos luz y agua.

Asimismo desde la empresa maipucina explicaron que la principal causa que perjudica a la producción de carnes mendocinas es que el “gobierno de Mendoza no cobra más cara la introducción de carnes”.

“Para introducir carne a la provincia de Mendoza se cobra $0.35 por kilo, cuando en todas la provincias el impuesto es de entre $5 y $7. Esto no nos ayuda, porque fomentan que se compre carne afuera y no de producción local, un ejemplo de ello son los hipermercados”, dicen desde San Javier.

Y explicaron, que con el valor de la producción que ahora tienen -50 %-, la empresa puede sostener a sus empleados y los gastos básicos, pero no invertir, ni comprar maquinaria nueva para innovarse.

En tanto, Rubén Pontel, el propietario del frigorífico que lleva su apellido y comparte firmemente las políticas del gobierno de Cristina Kirchner, admitió que “las ventas han bajado”.

“Han bajado las ventas por el poder adquisitivo de la gente, pero acá, por el momento no hemos tenido despidos. La situación ha sido normal porque el personal que está asignado por tarea y cobra por hora semanal, entonces si tenemos más trabajo les pagamos horas extras y así equiparamos”, explicó el dueño de carnes Pontel.

Por su parte, desde el frigorífico María del Carmen Sacia advierten sobre una crisis y responsabilizan al gobierno por utilizar medidas que no benefician al sector.

“La responsabilidad absoluta de todo, acá es del gobierno, tanto nacional como provincial”, disparó Diego Correa responsable del matadero.

Correa consideró que la crisis del sector “viene desde que el gobierno nacional decidió bloquear las exportaciones, porque frenó el precio de la carne por dos años y luego se disparó por lo que hoy no tiene techo”. También, sostuvo que por estas políticas “la hacienda en pie aumentó de $3 a $9”.

Si bien desde el frigorífico María del Carmen Sacia apuntaron hasta el ejecutivo nacional, también pusieron el ojo sobre el gobierno provincial por permitir que haya establecimientos sin control de Senasa y por el valor del impuesto por introducción de carnes.

“En la provincia somos sólo cuatro los frigoríficos con habilitación de SENASA, lo cual nos permite faenar hasta 150 animales por día y los demás que solo tienen permisos provinciales y municipales no tienen límites de faena, entonces es una competencia desleal y nosotros que tenemos más inspección sanitaria, más controles de calidad y pagamos un arancel por control y análisis tenemos que producir menos”, sostuvo Correa.

Y explicó que por este motivo, la empresa ha tenido que aumentar el costo de los productos faenados $0,50, para poder sostener los gastos de inversión y mantenerse al día con los empleados.

Pero estos no son los únicos puntos por los cual María del Carmen Sacia responsabiliza al gobierno de turno de fomentar la crisis cárnica, coincidiendo con San Javier, desde el frigorífico de Guaymallén consideran que el impuesto por introducción de carnes a la provincia -de $0.35- “es un chiste para los mataderos”, porque para poder sostener a los más de 100 empleados de planta que tienen, deben vender sus productos y si el valor por ingreso de mercadería de otras provincias sea tan bajo, muchos optan por esa opción y no por comprar carnes de producción local.

En tanto, la situación que se agrava en la interna de los frigoríficos y mataderos, repercute directamente sobre el mostrador de la carnicería y el bolsillo de los compradores.

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