La principal conclusión del año 2014, fue que el Complejo Agroindustrial es el principal aportante de dólares genuinos para estabilizar las reserva del Banco Central a pesar del sesgo anti campo del gobierno nacional y gobernadores que lo acompañan. Si se hubieran destrabado la capacidad productiva del agro y la colocación de sus producciones en tiempo y forma en los mercados mundiales, el gobierno no estaría mendigando e imaginando alquimias financieras, para hacerse de los 10 a 15.000 mil millones de dólares que le hacen falta para el año 2015.
Conclusiones: Muy caros el capricho del gobiernos por hacer demagogia y populismo, que lo pagaran como siempre los más pobres por la recesión y pérdida de trabajo, mayor inflación y la caída de inversiones para la generación de nuevos trabajo por fuga de dólares por la desconfianza que genera la gestión del gobierno. Mientras tantos el país nuevamente no superará las 100 millones de TT de granos en 2015, por el manejo económico del gobierno con ideología y revancha con el agro después seis años desde la 125. Lo sucedido confirma el dicho: La inteligencia tiene límite la estupidez es ilimitada.
Otra conclusión, en la actividad gremial empresaria, fue la falta de protagonismo de la dirigencia agropecuaria en la discusión política por no trabajar en conjunto, mostrando falta de capacidad para hacer propuesta por mayoría para concretar las políticas de estados que la misma dirigencia reclama al gobierno. Inclusive al trabajar de esa forma, no se generó una estrategia de comunicación para poder llegar al público en general - no solamente al agro -, haciendo docencia de lo que sucedía con el sector y de esa forma ir cambiando la imagen en la ciudadanía o votante, para empezar a construir el poder político que necesitamos acorde al poder económico del sector.
Los únicos ejemplos que mostraron una estrategia en común en los últimos tiempo, fue el diagnóstico y propuesta sobre la situación coyuntural en el tema de rentabilidad de la soja que hicieron en conjunto en una conferencia de prensa AACREA, AAPRESID Y ACSOJA y el balance de fin de años que hicieron en conjunto en el coctel de fin de años MAIZAR, ACSOJA, ARGENTRIGO Y ASAGIR que es las más objetiva descripción económica, social y política de la situación del sector agropecuario y agroindustrial al finalizar el 2014.
A esta altura del debate, nadie puede ignorar ni oficialismo, ni oposición- el rol estratégico que juega el sector agroindustrial en la consolidación del crecimiento y el desarrollo sustentable de la economía nacional. Claro está, si se respeta la división de poderes y el federalismo fiscal, como determina nuestra Constitución. Por lo cual todas las entidades en conjunto deben definir propuesta por mayoría. El desafío es como trabajar para consensuar, hacer las propuestas y gestionar su implementación.
No por conocida han dejado de tener vigencia las propuestas que vengo haciendo que las puede encontrar en mi página www.arturonavarro.com.ar. Esta serían las bases de la propuesta de la agenda a todos los partidos políticos. No debemos preguntarles más a los políticos cuál es su política para el sector. Tenemos que tener nuestras propuestas por mayoría, para poder salir definitivamente de la actual decadencia.
En un nuevo año electoral la situación que vivió el sector en el año 2014 debería de suficiente enseñanza para cambiar y los principales actores para concretarlo deben ser todos los dirigentes de las entidades agropecuarios trabajando unidos, ante el nuevo escenario productivo y de gestión del siglo XXI. Hay profesionalizando las gestiones gremiales, tener una estrategia de comunicación en conjunto para todos los días del año y toda esta nueva acción gremial empresaria financiada con el aporte obligatoria de todos los productores.
La industrial más grande y competitiva del país no puede estar más afuera de la mesa de negociación de las políticas general. Esto dependerá principalmente de nuestra dirigencia del agro si está dispuesta a trabajar unida institucionalmente. Al existir propuesta por mayoría de todos productores, deberían ser apoyadas por todos los partidos políticos de la oposición y comprometiéndose a ser tratadas a partir del 1° de marzo del 2016 más allá de quienes sean oficialistas u oposición.
Asumir la acción política requiere madurez pero es, también, la única forma de lograr cambios reales que el sector necesita. Coincidir en una propuesta común desde un sector no supone la pérdida de identidad de las distintas entidades. Aceptar las diferencias por mayoría nos permitiría un trabajo de largo plazo, como viene realizando Brasil desde 1964 cuando planifico el rol de la producción agropecuaria y agroindustria en el país y creó por ley la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA) para trabajar en una acción institucionalizada pública-privada permanente en la defensa de las propuestas, sanción de las mismas y control de la gestión de las políticas públicas.
En resumen: Por la falta de resultados concretos en el trabajo gremial, por todos estos argumentos descriptos y otros que se podrían agregar, los dirigentes del sector tienen la obligación y responsabilidad de cambiar en forma urgente la forma de trabajar, proponiendo algo similar a lo de Brasil para poder concretar las propuestas que necesita el sector y el país, para despertar el potencial dormido de producción que existe en nuestros emprendedores, transformando la producción en alimentos terminado con mano de obra argentina en todo el interior del país, que es la mejor forma para duplicando el volar de nuestras exportaciones en unos pocos años.
Otra conclusión, en la actividad gremial empresaria, fue la falta de protagonismo de la dirigencia agropecuaria en la discusión política por no trabajar en conjunto, mostrando falta de capacidad para hacer propuesta por mayoría para concretar las políticas de estados que la misma dirigencia reclama al gobierno. Inclusive al trabajar de esa forma, no se generó una estrategia de comunicación para poder llegar al público en general - no solamente al agro -, haciendo docencia de lo que sucedía con el sector y de esa forma ir cambiando la imagen en la ciudadanía o votante, para empezar a construir el poder político que necesitamos acorde al poder económico del sector.
Los únicos ejemplos que mostraron una estrategia en común en los últimos tiempo, fue el diagnóstico y propuesta sobre la situación coyuntural en el tema de rentabilidad de la soja que hicieron en conjunto en una conferencia de prensa AACREA, AAPRESID Y ACSOJA y el balance de fin de años que hicieron en conjunto en el coctel de fin de años MAIZAR, ACSOJA, ARGENTRIGO Y ASAGIR que es las más objetiva descripción económica, social y política de la situación del sector agropecuario y agroindustrial al finalizar el 2014.
A esta altura del debate, nadie puede ignorar ni oficialismo, ni oposición- el rol estratégico que juega el sector agroindustrial en la consolidación del crecimiento y el desarrollo sustentable de la economía nacional. Claro está, si se respeta la división de poderes y el federalismo fiscal, como determina nuestra Constitución. Por lo cual todas las entidades en conjunto deben definir propuesta por mayoría. El desafío es como trabajar para consensuar, hacer las propuestas y gestionar su implementación.
No por conocida han dejado de tener vigencia las propuestas que vengo haciendo que las puede encontrar en mi página www.arturonavarro.com.ar. Esta serían las bases de la propuesta de la agenda a todos los partidos políticos. No debemos preguntarles más a los políticos cuál es su política para el sector. Tenemos que tener nuestras propuestas por mayoría, para poder salir definitivamente de la actual decadencia.
En un nuevo año electoral la situación que vivió el sector en el año 2014 debería de suficiente enseñanza para cambiar y los principales actores para concretarlo deben ser todos los dirigentes de las entidades agropecuarios trabajando unidos, ante el nuevo escenario productivo y de gestión del siglo XXI. Hay profesionalizando las gestiones gremiales, tener una estrategia de comunicación en conjunto para todos los días del año y toda esta nueva acción gremial empresaria financiada con el aporte obligatoria de todos los productores.
La industrial más grande y competitiva del país no puede estar más afuera de la mesa de negociación de las políticas general. Esto dependerá principalmente de nuestra dirigencia del agro si está dispuesta a trabajar unida institucionalmente. Al existir propuesta por mayoría de todos productores, deberían ser apoyadas por todos los partidos políticos de la oposición y comprometiéndose a ser tratadas a partir del 1° de marzo del 2016 más allá de quienes sean oficialistas u oposición.
Asumir la acción política requiere madurez pero es, también, la única forma de lograr cambios reales que el sector necesita. Coincidir en una propuesta común desde un sector no supone la pérdida de identidad de las distintas entidades. Aceptar las diferencias por mayoría nos permitiría un trabajo de largo plazo, como viene realizando Brasil desde 1964 cuando planifico el rol de la producción agropecuaria y agroindustria en el país y creó por ley la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA) para trabajar en una acción institucionalizada pública-privada permanente en la defensa de las propuestas, sanción de las mismas y control de la gestión de las políticas públicas.
En resumen: Por la falta de resultados concretos en el trabajo gremial, por todos estos argumentos descriptos y otros que se podrían agregar, los dirigentes del sector tienen la obligación y responsabilidad de cambiar en forma urgente la forma de trabajar, proponiendo algo similar a lo de Brasil para poder concretar las propuestas que necesita el sector y el país, para despertar el potencial dormido de producción que existe en nuestros emprendedores, transformando la producción en alimentos terminado con mano de obra argentina en todo el interior del país, que es la mejor forma para duplicando el volar de nuestras exportaciones en unos pocos años.
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