El presidente de la Sociedad de Apicultores del Uruguay (SAU), Ruben Riera, señaló que además de los problemas comerciales surgidos a partir de la presencia de residuos en la miel, el uso de glifosato impacta en la nutrición de las abejas y ocasiona pérdidas de productividad.
El dirigente explicó que “la zafra viene moderadamente bien”, pero llamó otra vez la atención por el uso de glifosato tanto desde el punto de vista comercial, como de productividad e incluso con la posibilidad de que conlleve riesgos para la salud humana.
El primero en dar alerta de esta situación en agosto del año pasado fue Alemania, uno de los principales compradores de miel uruguaya. El presidente de la SAU dijo a TodoElcampo que “es muy difícil que se logre abolir el uso de este producto porque el país tiene una gran dependencia económica en el área productiva, por eso aspiramos a una disminución de la carga de glifosato sobre estas tierras”. Señaló que en diferentes regiones europeas “se ha logrado parar el uso de este herbicida”.
Riera dijo que además del problema comercial, existen dos razones para cuestionar el uso de glifosato. Una de ellas es que el producto combate toda floración silvestre, que es fuente de la diversidad proteica de polen para las abejas, lo que genera trastornos nutricionales, con lo que pierden productividad. Mientras que otro aspecto cuestionado sobre el nivel de toxicidad del herbicida es su efecto en la salud de los seres humanos, con relación al consumo de los alimentos ya sea miel, leche o carne, entre otros.
Hizo referencia además a la disminución del número de colmenas que se repitió en 2016, aunque en una cantidad menor a la inicialmente esperada. De las 3.300 colmenas existentes en 2015, el año pasado pasaron a ser 3.080. En determinadas zonas los temporales de lluvia provocaron pérdidas importantes y la última zafra 2015-2016 se vio afectada por grandes problemas climáticos y se utilizó un plan de emergencia para solucionarlos.
Entre los eventos climáticos más destacados, mencionó la sequía en julio de 2015 y luego el exceso de lluvias en 2016 que empezó a fin de diciembre y se extendió hasta enero de este año. Riera señaló que existen pocos productores que llegan a las 1.000 colmenas, debido fundamentalmente al costo de la mano de obra necesaria para manejarlas y a la falta de personal capacitado para ejecutar esa tarea. Indicó que mayoría de productores que trabaja con esa cantidad de colmenas son familias numerosas.
Respecto al mercado, sostuvo que esperan que el precio de la miel en el mercado internacional suba para revertir la situación negativa que vive el sector, pero alertó que los costos de exportación son muy altos y que estos recaen en los productores. “No es solo lo que vale en el mercado internacionales la miel de mejor calidad, sino en qué condiciones está nuestra miel para competir con esas mieles”, dijo.
El dirigente explicó que “la zafra viene moderadamente bien”, pero llamó otra vez la atención por el uso de glifosato tanto desde el punto de vista comercial, como de productividad e incluso con la posibilidad de que conlleve riesgos para la salud humana.
El primero en dar alerta de esta situación en agosto del año pasado fue Alemania, uno de los principales compradores de miel uruguaya. El presidente de la SAU dijo a TodoElcampo que “es muy difícil que se logre abolir el uso de este producto porque el país tiene una gran dependencia económica en el área productiva, por eso aspiramos a una disminución de la carga de glifosato sobre estas tierras”. Señaló que en diferentes regiones europeas “se ha logrado parar el uso de este herbicida”.
Riera dijo que además del problema comercial, existen dos razones para cuestionar el uso de glifosato. Una de ellas es que el producto combate toda floración silvestre, que es fuente de la diversidad proteica de polen para las abejas, lo que genera trastornos nutricionales, con lo que pierden productividad. Mientras que otro aspecto cuestionado sobre el nivel de toxicidad del herbicida es su efecto en la salud de los seres humanos, con relación al consumo de los alimentos ya sea miel, leche o carne, entre otros.
Hizo referencia además a la disminución del número de colmenas que se repitió en 2016, aunque en una cantidad menor a la inicialmente esperada. De las 3.300 colmenas existentes en 2015, el año pasado pasaron a ser 3.080. En determinadas zonas los temporales de lluvia provocaron pérdidas importantes y la última zafra 2015-2016 se vio afectada por grandes problemas climáticos y se utilizó un plan de emergencia para solucionarlos.
Entre los eventos climáticos más destacados, mencionó la sequía en julio de 2015 y luego el exceso de lluvias en 2016 que empezó a fin de diciembre y se extendió hasta enero de este año. Riera señaló que existen pocos productores que llegan a las 1.000 colmenas, debido fundamentalmente al costo de la mano de obra necesaria para manejarlas y a la falta de personal capacitado para ejecutar esa tarea. Indicó que mayoría de productores que trabaja con esa cantidad de colmenas son familias numerosas.
Respecto al mercado, sostuvo que esperan que el precio de la miel en el mercado internacional suba para revertir la situación negativa que vive el sector, pero alertó que los costos de exportación son muy altos y que estos recaen en los productores. “No es solo lo que vale en el mercado internacionales la miel de mejor calidad, sino en qué condiciones está nuestra miel para competir con esas mieles”, dijo.
FUERTE RETRACCIÓN
La producción de miel en Uruguay tuvo un 2016 con una fuerte retracción, tanto a nivel de la producción por el tema climático, como también por la detección en Europa de residuos de herbicidas en los embarques hacia ese destino. Esto determinó un menor volumen de ventas y, por ende, un bajo nivel de precios que estuvo atado en especial a la liberación de los stocks argentinos al mercado luego del cambio de gobierno en el vecino país.
El exportador Cristopher Leritiher, principal de la firma Urimpex, dijo que los valores que se tenían el año pasado en el país no permitió competir con los precios ofrecidos por quienes realizaron traslados de miel de manera ilegal a Brasil. “Tuvimos en los meses de noviembre, diciembre y enero, en la parte exportadora, bastantes dificultades con la competencia de la miel que salió para Brasil ilegalmente y la cantidad que se exportó desde Uruguay fue inferior a lo normal”, acotó.
El empresario estimó que “se calcula que más o menos tres millones de kilos fueron los que pasaron de Uruguay a Brasil ilegalmente”. Este año la cosecha de miel en Argentina se encuentra muy reducida. Eso está provocando “que el mercado esté subiendo y entonces los precios que paga la parte legal y los de la parte ilegal se van acercando mucho más en este momento. No sé si se va realmente a equiparar, pero por el momento estamos más competitivos”.
Los valores que actualmente se manejan en el país, según dijo Leritiher a diario Cambio, posicionan a “las mieles oscuras en U$S 1,75, mientras que las claras pueden llegar a U$S 2 más o menos”. Explicó que son valores generales de referencia, porque “siempre es a levantar y depende el lugar donde se encuentre la miel y si el flete es más caro o más barato, si el lote es grande o pequeño, pero digamos que está en ese entorno”.
La producción de miel en Uruguay tuvo un 2016 con una fuerte retracción, tanto a nivel de la producción por el tema climático, como también por la detección en Europa de residuos de herbicidas en los embarques hacia ese destino. Esto determinó un menor volumen de ventas y, por ende, un bajo nivel de precios que estuvo atado en especial a la liberación de los stocks argentinos al mercado luego del cambio de gobierno en el vecino país.
El exportador Cristopher Leritiher, principal de la firma Urimpex, dijo que los valores que se tenían el año pasado en el país no permitió competir con los precios ofrecidos por quienes realizaron traslados de miel de manera ilegal a Brasil. “Tuvimos en los meses de noviembre, diciembre y enero, en la parte exportadora, bastantes dificultades con la competencia de la miel que salió para Brasil ilegalmente y la cantidad que se exportó desde Uruguay fue inferior a lo normal”, acotó.
El empresario estimó que “se calcula que más o menos tres millones de kilos fueron los que pasaron de Uruguay a Brasil ilegalmente”. Este año la cosecha de miel en Argentina se encuentra muy reducida. Eso está provocando “que el mercado esté subiendo y entonces los precios que paga la parte legal y los de la parte ilegal se van acercando mucho más en este momento. No sé si se va realmente a equiparar, pero por el momento estamos más competitivos”.
Los valores que actualmente se manejan en el país, según dijo Leritiher a diario Cambio, posicionan a “las mieles oscuras en U$S 1,75, mientras que las claras pueden llegar a U$S 2 más o menos”. Explicó que son valores generales de referencia, porque “siempre es a levantar y depende el lugar donde se encuentre la miel y si el flete es más caro o más barato, si el lote es grande o pequeño, pero digamos que está en ese entorno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.