El Director Comercial de Pesquera Veraz S.A., Federico Angeleri, se pronunció ayer sobre el estudio de la variación de la calidad organoléptica del langostino fresco realizado en Chubut, y tomó distancia de las conclusiones preliminares del trabajo realizado por la Secretaría de Pesca de esa provincia.
La empresa que tiene plantas de procesamiento en Mar del Plata, Rawson y Puerto Deseado planteó que no se demonice a los buques fresqueros de altura al sostener que en el marco de la prolífica pesquería del langostino pueden convivir las diferentes estratificaciones de flota.
Angeleri confirmó el anuncio de REVISTA PUERTO en el sentido de que la empresa participó del trabajo de investigación. “Hemos colaborado con la Provincia del Chubut para la realización del estudio y lo seguiremos haciendo cada vez que las autoridades provinciales o nacionales nos convoquen, ya que estamos comprometidos con la calidad y sustentabilidad del langostino”, destacó.
Polémica por el método
El ejecutivo de la compañía aclaró: “Debemos advertir que no compartimos la metodología utilizada para realizar el estudio en cuestión. Durante los días en que se llevaron a cabo las pruebas alertamos a los especialistas sobre cuestiones que a nuestro criterio debían tenerse en cuenta para intentar imitar las condiciones a las que se somete un langostino pescado en aguas nacionales por un fresquero”, dijo al cuestionar la forma en que se realizó el relevamiento; y en tal sentido consideró que “dejar un cajón de langostino sin refrigeración durante 96 horas es una condición muy distinta a las que tiene un barco fresquero que acondiciona con hielo y posee la bodega refrigerada”.
“Deben coexistir”
Angeleri consideró en este marco que están de acuerdo en que la calidad del producto siempre es mejor cuanto más pronto se procesa y congela el langostino, “pero ese argumento no debe ser malinterpretado para generar una puja entre flotas congeladoras y fresqueras; amarilla y colorada”, se diferenció.
El Director Comercial de Pesquera Veraz interpreta que “ambas flotas pueden y deben coexistir, procurándose que sus condiciones de operatividad sigan siendo razonables y que el producto se procese en los puertos más cercanos al caladero, para evitar pérdidas de calidad”. Y en este sentido la provincia de Chubut “tiene un privilegio único”, opinó, “debido a su cercanía a la zona de pesca, que debe ser bien capitalizado. Formamos parte del conjunto de la flota que opera en la pesquería: congelador, fresquero de altura y flota amarilla, y en virtud de ello y del conocimiento que nos permite tener, es que sostenemos la coexistencia de los distintos actores”, razonó al plantear que no se generen enfrentamientos entre sectores.
Mercados exigentes
“Nuestra firma está comprometida con la calidad”, aclaró Federico Angeleri al indicar que las plantas de esa empresa, en la Patagonia, “son actualmente las únicas de la región que se encuentran con el 100% de sus procesos certificados bajo la norma BRC Foods. Este sello de calidad nos ha permitido acceder a las góndolas de los mercados más exigentes del mundo y gran parte de estos productos son elaborados con materias primas que se capturan durante la temporada de aguas nacionales”, puso como ejemplo. “Somos el único grupo empresario que tiene una planta donde se reprocesa langostino durante todo el año, uno de los que mayores divisas genera y más cantidad de personal emplea en relación al langostino capturado, por lo tanto, consideramos que nuestra opinión debería ser tenida en cuenta. Fomentar
la concentración de la extracción del recurso en unas u otras manos desacreditando a productos pretendidos en los mercados más exigentes, es desconocer la potencialidad que el langostino le da a la industria hoy día, en un contexto general de incertidumbre y falta de rentabilidad”, agregó al plantear reparos sobre el estudio realizado en Chubut.
Reclaman campañas del INIDEP
En este sentido, el representante de Veraz consideró que el debate principal en cuanto al manejo del recurso “pasa por la sustentabilidad del mismo”. Y a tal respecto dijo que “se debe reparar en información científica real. Es indispensable que el INIDEP realice las campañas de investigación pertinentes para poder, en base a ellas, tomar las medidas correspondientes en el marco de una comisión de langostino que funcione como tal”, reclamó. “No se puede intentar manejar una pesquería que está siendo el sostén de toda una industria, en base a decisiones que favorezcan a un solo sector. Debemos ser todos responsables, ya que están en juego muchos puestos de trabajo, sobre todo en tierra, que podrían multiplicarse en provincias como Chubut y Santa Cruz”, estimó.
Valor agregado en tierra
Por otra parte, Angeleri aconsejó que “para aumentar el empleo y las divisas exportadas con un mismo nivel de capturas, se debe apuntar a la calidad a bordo tanto de la flota fresquera de altura como de la flota amarilla. Pero también se debe fomentar la elaboración de productos con mayor valor agregado procesados en tierra”. Para ello, sostiene que “hay que seguir permitiendo la operatoria de la flota fresquera que abastece a las plantas, pero además hay que aplicar medidas que alienten la elaboración de productos finales y no materia prima para ser reprocesada luego en terceros países. Las denominadas colas en bloque son producidas tanto con materia prima proveniente de aguas nacionales como de aguas provinciales de Chubut; afirmar que este commodity se fabrica debido a la mala calidad de la materia prima es una gran falacia”, evaluó el Director Comercial de Pesquera Veraz.
Sin incentivos a la industria
Asimismo, interpreta que “mientras no haya incentivos para que la industria pueda desarrollarse de manera competitiva, se seguirá optando por lo más simple y menos problemático. No podemos continuar aceptando que quien pela y desvena un langostino y lo empaca individualmente en envases mayores a un kilo reciba el mismo nivel de reintegro que aquel que solo le saca la cabeza y lo congela en pastillas de seis kilos. De la misma manera es necesario eliminar las distorsiones que tienen algunos convenios laborales para fomentar el procesamiento en tierra en lugar de ahuyentarlo a otros puertos más lejanos o incluso a otros países”, razonó sobre los motivos que llevan a optar por esa alternativa. “En definitiva creemos que el problema no es el langostino de los barcos fresqueros, sino el oportunismo de intentar una mayor rentabilidad a base de volumen en lugar de productos finales de calidad y sustentables”, concluyó.
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