Con la cosecha de soja en marcha en algunas regiones, comenzó el momento de plantear el escenario para la campaña 2017/18. Los productores están afinando los lápices para sacar cuentas y las primeras proyecciones indican que la superficie con gramíneas (trigo y maíz) volvería a ganar más terreno.
Aquí juega un papel la mejora en la relación insumo-producto, a partir del año pasado se evidenció una baja en el precio de los fertilizantes y los agricultores argentinos aprovecharon la oportunidad. Ahora el planteo es similar por lo que las expectativas para la próxima campaña son positivas.
“La superficie de trigo y maíz tenderán a crecer en la próxima campaña. Los productores están tomando a la cobertura y la rotación de cultivos como los mejores aliados para enfrentar los períodos húmedos, y dar una pelea más eficaz y con menores costos al gran avance de malezas resistentes. En Pergamino, por ejemplo, la presencia de yuyo colorado se ha generalizado. El año pasado fue el año de quiebre, la soja cedió un área importante al maíz y al doble cultivo trigo/soja. La relación soja/gramíneas volvería a estrecharse en favor de un sistema productivo más sustentable. Esta tendencia permitiría aumentar la utilización de agua por los cultivos, acompañando los mayores regímenes pluviométricos que se viene dando en los últimos años.”, indicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
A la par, durante la campaña anterior el cereal cosechado fue de mejor calidad y esto favoreció a la industria aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Así es que los productores advierten que en el mercado local todavía no hay precios realmente significativos por el trigo de calidad.
De todas formas la apuesta está en obtener un producto con niveles de proteína adecuado y por eso en la precampaña, las firmas de insumos detallan que hay una mayor apuesta a variedades que ofrecen este plus.
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